Hace casi exactamente un año, comenzaron a surgir informes que Hezbolá había sido obligado a recortar una cantidad de gastos en vista de problemas financieros sin precedentes.
ACUERDO

AGENCIA DE NOTICIAS ENLACE JUDÍO MÉXICO – Impulsando este programa de austeridad, decían los informes, había tres tensiones fundamentales en la economía de Irán, el principal patrocinador y patrón del partido: actividad militar en expansión, ya sea directa o a través de representantes, a través del Medio Oriente; un precio del petróleo cayendo en picada; y serias sanciones internacionales impuestas por la supuesta búsqueda de armas nucleares por parte de Teherán.

Hoy día, el petróleo puede haberse derrumbado aún más a una baja de trece años de u$s27 por barril, y la República Islámica puede no haber reducido ninguna de sus ambiciones en la región (o más allá), pero en el tercer frente, ha sido arrojado recién un salvavidas muy sustancial. El sábado marcó el llamado ‘Día de Implementación’ del Plan de Acción Integral Conjunto, también conocido como el Acuerdo con Irán, poniendo en movimiento el levantamiento de todas las sanciones contra Teherán, liberando así decenas de miles de millones de dólares de fondos iraníes congelados y, potencialmente más importante, abriendo la economía iraní a un futuro de negocios lucrativos en los mercados europeo y otros globales.

Pocos dudan que esta ganancia financiera inesperada para Irán hinchará los cofres de sus subsidiarias paramilitares, incluido Hezbola. El mismo presidente estadounidense Barack Obama ha admitido eso, diciendo en julio, “¿Pensamos que con las sanciones cayendo, Irán tendrá algunos recursos adicionales para su ejército y para algunas de las actividades en la región que son una amenaza para nosotros y una amenaza para nuestros aliados? Pienso que es una probabilidad […] Ellos actualmente están apoyando a Hezbollah […] ¿entonces pueden intentar potencialmente obtener más ayuda allí? Si.”

Aunque en esta etapa es imposible conocer con exactitud cuanto está a punto de recibir Hezbola, y para que propósito específico – el propio liderazgo iraní puede no haberlo decidido aún – todavía hay ciertas bases sobre las cuales pueden ser hechas suposiciones educadas.

Volver a comprar apoyo

Cuando salieron a la luz por primera vez el año pasado las estrecheces financieras del Partido, fueron muy manifiestas en las esferas de las provisiones socioeconómicas para la base más general de partidarios y miembros de bajo rango, al contrario de las actividades militar y otras esenciales de su núcleo operativo. Fueron hechas reducciones en cosas como estipendios para aliados políticos no partidarios, beneficios médicos para parientes de combatientes, y salarios para empleados de empresas afiliadas al Partido. En forma acorde, la expectativa de los analistas con quienes habló NOW fue que sería en estas mismas áreas que sería gastado primero el grueso de cualquier dinero recién llegado desde Irán.

“Yo pensaría que la prioridad estaría en fomentar las redes de bienestar social, salarios, pagos a familias de mártires, los hospitales, las escuelas, ese tipo de cosas”, dijo Nicholas Blanford, autor de Guerreros de Dios: Dentro de la Lucha de Treinta Años de Hezbolá Contra Israel.

Aunque estos pueden parecer de menor importancia que la campaña militar directa, son de hecho de importancia esencial en mantener las simpatías políticas del electorado en su mayoría musulmán chií del Partido, dijo Blanford – no menos en una época en que las altas tasas de víctimas fatales de la guerra en Siria han provocado descontento a nivel de las bases. Un informe reciente afirmó citar a la esposa de un combatiente de Hezbola herido de gravedad, quejándose amargamente: “Una miseria aflige a los chiíes; solía venir de Israel, ahora viene de Siria […] Quiero comprender, ¿las personas del sur están destinadas [permanentemente] al sometimiento y lágrimas y dolor? ¿Cuál es nuestra relación con Siria? Ya tenemos suficientes [problemas]. ¡El Profeta Mahoma fue a Siria y regresó, pero Sayyid Hassan [Nasrallah] nos envió allí y nos mantuvo allí en tormento!”

“Una de las cosas importantes es que el conflicto en Siria está poniendo tirantez en la base de apoyo”, dijo Blanford a NOW. “Aunque ellos continúan apoyando generalmente las aspiraciones y objetivos de Hezbola en Siria, no obstante esta es una guerra que se está prolongando, sin ningún final a la vista, y siguen regresando las bolsas con cadáveres. El dinero en términos de compensación y ayuda financiera puede ir en cierta forma para mantener ese apoyo de base por el Partido y por sus actividades en Siria.”

Todo lo cual no es decir que el Partido dirigiría necesariamente la totalidad de cualquier bono en efectivo a empresas estrictamente civiles. El analista del Washington Institute, Dr. Matthew Levitt, autor de Hezbola: La Huella Global del Partido de Dios de Líbano, escribió en septiembre que, “Un Hezbola recién enriquecido sería más agresivo en casa y en el exterior, desafiando a partidos menos militantes a través del espectro político libanés e impulsando sus actividades desestabilizadoras fuera de Líbano.”

¿Un contramovimiento?

Al mismo tiempo que la comunidad internacional, por la iniciativa de Estados Unidos, está levantando las sanciones contra Irán, Washington está no obstante apretándolas más que nunca hacia abajo específicamente sobre Hezbola. Como informó NOW el mes pasado, el 18 de diciembre el Presidente Obama convirtió en ley el Acta de Prevención de Financiamiento Internacional a Hezbola, imponiendo “las más duras sanciones estadounidenses sobre Hezbola, cualquier organización o individuo afiliado a él, y cualquier institución financiera en cualquier parte del mundo que “A sabiendas facilite una transacción para ellos.” Menos de un mes más tarde, el 7 de enero, el Acta fue puesta en uso por primera vez cuando el Departamento del Tesoro de Estados Unidos sancionó a un nacional libanés, Ali Youssef Charara, por financiar al Partido a través de su empresa de telecomunicaciones con sede en Líbano.

El caso de Charara ilustra como continuar las sanciones estadounidenses contra Hezbola puede contrarrestar en cierta medida las ganancias del Partido a partir de un Irán más rico, según el analista libanés Ali al-Amin. Charara fue un ejemplo, dijo Amin, de una clase de empresarios que trabajaban con Hezbola no, o no sólo, por lealtad al Partido, sino también simplemente para obtener un lucro.

“Algunos empresarios tratan con Hezbola económicamente no por amor al Partido, sino […] para lograr sus propios intereses,” dijo Amin a NOW. “Pero con los riesgos que crearán tales sanciones, estos empresarios no tendrán más opción que cortar sus relaciones financieras con el Partido.”

Blanford concordó en que las sanciones fueron responsables de interrumpir el ingreso de Hezbola en cierta medida.

“Hezbola es tan grande ahora, una organización tan grande con múltiples ramas de ingresos de todo el mundo, que uno no imaginaría que algunas de estas vías de ingresos van a terminar siendo vulnerables de ser cerradas por los Estados Unidos y quien quiera”, dijo a NOW.

Al mismo tiempo, sin embargo, la expansión del Partido durante décadas ha hecho mucho más difícil atacar todas sus rutas de provisión pecuniaria, agregó Blanford.

“Ellos no dependen únicamente de los fondos iraníes [ya],” dijo él. “Ahora han obtenido su propia generación de ingresos, aquí y en todo el mundo.”

“Básicamente, ellos han diversificado su cartera de inversión.”

Fuente: Now Lebanon