Las autopsias revelan placas en el cerebro de las personas que murieron después de recibir injertos de cadáveres.

Por Alison Abbot

AlzheimerAGENCIA DE NOTICIAS ENLACE JUDÍO MÉXICO – Los depósitos de proteína amiloide-β (marrón) en la corteza frontal de pacientes desarrollaron la ECJ (Enfermedad de Creutzfeldt-Jakob) después de la cirugía.

Por segunda vez en cuatro meses, los investigadores han reportado resultados de la autopsia que sugieren que la enfermedad de Alzheimer puede ocasionalmente ser transmitida a personas durante ciertos tratamientos médicos – aunque los científicos dicen que ningún conjunto de resultados es concluyente.

Las últimas autopsias, que se describen en el Swiss Medical Semanal 1 del 26 de enero, se llevaron a cabo en los cerebros de siete personas que murieron de la rara enfermedad de desgaste del cerebro Creutzfeldt-Jakob (ECJ). Décadas antes de su muerte, todas habían recibido injertos quirúrgicos de duramadre – la membrana que cubre el cerebro y la médula espinal. Estos injertos se han preparado a partir de cadáveres humanos y fueron contaminados con la proteína del prión causante de la ECJ.

Pero además de los daños causados por los priones, cinco de los cerebros muestran algunos signos patológicos asociados con la enfermedad de Alzheimer, informan investigadores de Suiza y Austria. Se descubrieron placas formadas a partir de la proteína amiloide-β en la materia gris y los vasos sanguíneos. Los individuos, con edades comprendidas entre 28 y 63 años, eran inusualmente jóvenes para haber desarrollado estas placas. Un conjunto de 21 controles, que no habían tenido injertos quirúrgicos de duramadre pero muertos de ECJ esporádica en edades similares, no tenían esta firma amiloide.

Problemas de Trasplantes

Según los autores, es posible que la duramadre trasplantada estuviera contaminada con pequeñas “semillas” de proteína amiloide-β – que algunos científicos creen que podría ser desencadenante de la enfermedad de Alzheimer – junto con la proteína priónica que dieron a los receptores de la ECJ.

Ambas enfermedades tienen largos períodos de incubación. Pero mientras que la ECJ progresa rápidamente una vez iniciada, la enfermedad de Alzheimer relacionada con la edad se desarrolla lentamente. Ninguno de los individuos había mostrado síntomas evidentes de Alzheimer antes de su muerte.

Los resultados siguen a un estudio publicado en Nature 2 de septiembre pasado en el que científicos de la University College de Londres informaron de que cuatro de ocho personas relativamente jóvenes, todos los cuales murieron de décadas de ECJ después de recibir los lotes contaminados de la hormona de crecimiento preparada a partir de cadáveres, también mostraron placas amiloides en los vasos sanguíneos y la materia gris de sus cerebros.

“Nuestros resultados son consistentes”, dice el neurólogo John Collinge, co-autor de la revista Nature. “El hecho de que el nuevo estudio muestre la misma patología emergente después de un procedimiento completamente diferente aumenta nuestra preocupación”.

No es contagiosa

Ningún estudio implica que la enfermedad de Alzheimer pueda transmitirse a través del contacto normal con los cuidadores o familiares, subrayan los científicos. Y nadie utiliza ya preparativos de cadáver derivados en la clínica. La hormona del crecimiento sintética se utiliza para los trastornos de crecimiento, y las membranas sintéticas se utilizan para remendar en cirugía cerebral.

Pero los científicos dicen que si la teoría de la siembra amiloide resulta ser cierta, tendría importantes implicaciones clínicas. En cirugía general, por ejemplo, cualquier proteína amiloide-β, que es muy pegajosa, no se eliminaría de los instrumentos quirúrgicos de forma rutinaria; los procedimientos de esterilización estándar no pueden cambiarla.

“Es nuestro trabajo como médicos ver de antemano lo que podría convertirse en un problema en la clínica”, dice el neuropatólogo Herbert Budka del Hospital Universitario de Zurich, Suiza, co-autor del último documento.

“Aun no se ha demostrado nada”, advierte Pierluigi Nicotera, director del Centro Alemán para Enfermedades Neurodegenerativas en Bonn. Señala que el amiloide-β no se ha identificado en los preparativos trasplantados, tanto en los estudios de la hormona del crecimiento como los de la materia duramadre. Tampoco pueden los investigadores descartar la posibilidad de que la enfermedad subyacente que condujo a la necesidad de neurocirugía pudiera haber contribuido a la patología amiloide observada, como indican los autores de la última publicación.

“Son necesarios más estudios sistemáticos en organismos modelo para averiguar si la hipótesis de la siembra de la enfermedad de Alzheimer es la correcta”, dice Nicotera.

Fuente: Nature Traduce y edita: Silvia Schnessel para Enlace Judío México

https://www.enlacejudio.com/2016/01/28/mas-evidencias-de-la-teoria-del-alzheimer-transmisible/

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