Más de 100 miembros de la comunidad, entre ellos Peter Kohn, acudieron en masa al plenario del JCCV el lunes por la noche cuando el editor de The Age, Andrew Holden, buscaba defender la cobertura de Israel por parte de su diario.

 1340718751823JEWISH NEWS, AUSTRALIA

Como un turista cauto en safari, Andrew Holden, jefe de redacción de The Age, inicialmente mantuvo su distancia del elefante en la sala – en un discurso de 16 minutos ante el plenario del Consejo Comunitario Judío en Victoria (JCCV) el lunes por la noche, él evitó toda mención de los judíos e Israel.

Tal vez anticipando las preguntas inevitables de su público sobre el sesgo anti-Israel en The Age percibido ampliamente, concentró deliberadamente su discurso en cuestiones sociales importantes para sus lectores – matrimonio con el mismo sexo, ética de eutanasia y falta de vivienda.

Pero luego llegaron las preguntas de los miembros de la comunidad – y el elefante entró pesadamente en primer plano-. Durante los siguientes 40 minutos, Holden respondió las preguntas de más de 100 asistentes acerca del tratamiento de su diario a Israel.

El editor bateó lejos una primera del comentarista Michael Burd de radio J-Air – si él pensaba que los judíos eran suficientemente “ingenuos” como para creer que The Age es objetivo acerca de Israel mientras tiene, según Burd, activistas pro-palestinos en su personal editorial. “No hay pensamiento grupal o esquema de pensamiento dentro de The Age o The Sydney Morning Herald que diga que somos anti-Israel,” declaró Holden. “Permítame decir categóricamente que  The Age nunca ha dudado del derecho de Israel a existir.”

Pero el decano del Mount Scopus Memorial College, Rab James Kennard, acusó a Holden de “un argumento espantapájaros … No pienso que la sugerencia o inquietud sea que usted o The Age niegan el derecho de Israel a existir …  Lo que es preocupante es lo que la mayoría de la gente llamaría sesgo … Por supuesto que usted tiene derecho a responsabilizar a [Benjamín] Netanyahu, la mayoría de nosotros lo hacemos también, pero ¿dónde está la…investigación similar… de Hamás y la Autoridad Palestina?”

Holden contrarrestó: “Si usted fuera el embajador de México, me excoriaría por el hecho de que las únicas historias que publico sobre México son señores de la droga matando gente… es la naturaleza de las noticias … que hacemos foco en lo negativo y crítico.”

Pero a pesar de su dictamen que, en sus palabras, “las malas noticias venden“, Holden afirmó que los israelíes muriendo a manos de los palestinos no son las noticias que sus lectores creen importantes.

Cuando uno de los que preguntaba dijo “hay plenitud de malas noticias sucediendo en Israel, donde las madres están siendo asesinadas por terroristas”, el editor expuso: “En dos páginas de [noticias del mundo] impresas cada día, cubrir todo lo que está sucediendo a lo largo del mundo, esas historias importan para esta comunidad [judía] … pero para la comunidad general de Melbourne, no es una de las principales historias del mundo.”

Presionado por otro que preguntaba si el asesinato terrorista de una mujer israelí “no sería suficientemente horrible para vender”, Holden dijo que como material potencial de primera plana, estaba debajo en la escala de “los ataques terroristas en Europa… tiroteos masivos en EE.UU… Boko Haram en África… Lamentablemente es una escala, sé que suena espantoso.”

Un poco incómodo, Holden admitió “mi mente se ha puesto en blanco” cuando intentó responder a la acusación del ex presidente del Consejo Ejecutivo de la judería australiana, Grahame Leonard, respecto a que los artículos de opinión del diario defienden “la causa pro-palestina” por sobre “la democracia de Israel”.

Holden fue criticado cuando confesó que no podía recordar un artículo en The Age del Dr. Bruce Hearn Mackinnon después de las masacres de noviembre en París, en el cual el catedrático de la Universidad Deakin vinculó las atrocidades del ISIS con el “resentimiento, frustración y enojo” por el tratamiento de Israel a los palestinos.

Holden prometió dar una mirada más de cerca al “léxico” editorial y selección de los artículos de opinión sobre Israel. Pero para el periodista veterano y editor que estuvo en el terreno en  Christchurch, Nueva Zelandia, cubriendo el terremoto del 2010, su aparición en el JCCV pareció, en muchas formas, ser otro encuentro sísmico para él.

Traducido por Marcela Lubczanski para Enlace Judío México