CARLOS ALAZRAKI

Estimada Hillary:
Fíjate que cuando tu marido estaba en campaña para la presidencia, tú me caías muy bien.

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Te veía como una Jackie Kennedy en potencia y como la futura mujer detrás del trono.
Sonreías, te veías jovial y muy relajada.
Apoyaste a tu esposo durante toda la campaña y muchos votos que ganó Bill fueron, sin duda, gracias a tu carisma y simpatía.
Una vez que Bill triunfó la primera vez, tu actuación como esposa, madre y primera dama fue muy discreta y muy buena.
Te puedo decir que así estuviste los dos periodos de tu marido en la presidencia y te incluyo el negro recuerdo de infidelidad de Bill.
Y a pesar de todo esto tu comportamiento ante la opinión pública fue el de una señora en toda su extensión.
Así también fue tu vida después de los ocho años en la Casa Blanca.
Sobria y discreta.
Hasta ahí siempre me caíste bien y siempre te admiré.
Hasta que…
Decidiste trabajar.
Algo te pasó.
Perdiste con Obama en las primarias.
Te criticaron por tu desempeño como secretaria de Estado con el mismo Obama.
Y a pesar de estos dos hechos este año decidiste contender por la candidatura de tu partido a la presidencia.
Ok, Hillary, hasta ahí todo va bien, y por supuesto que también estás en tu derecho.
Y a pesar de que estoy seguro de que vas a obtener la candidatura…
Me tienes muy nervioso.
¡Y cómo no voy a estarlo!
Si hasta Bernie Sanders te ganó Michigan y otros estados más…
Sí, mi niña… ¡Bernie Sanders!
Y es aquí donde viene mi angustia:
Si no has podido noquear a Bernie Sanders, ¿cómo vas a dominar en la elección a la basura de Trump?
Tu lenguaje corporal está fatal.
En tus presentaciones te ves confundida e insegura. Tu carisma ya se perdió.
Y por más simpática que quieras ser, simplemente no lo estás.
Trato y quiero compararte con la Dama de Acero, Margaret Thatcher. Con la indomable Angela Merkel.
Y con la inolvidable Golda Meir.
Tres mujeres con más pantalones y huevos que muchos líderes del sexo opuesto.
Te veo en la tele y en Internet y observo a una Hillary Clinton Jekyll y Hyde. A una Hillary Clinton bipolar.
A una candidata sin ton ni son.
Y es ahí que me preocupas.
Te vas a enfrentar a un animal indomable que tiene una personalidad muy definida y muy fuerte.
Tiene el carisma de ser amable o perro, según la ocasión.
Tiene más choro que tú y evidentemente comunica mejor.
Si a todo esto le sumas tu debilidad, tu inseguridad y tu poca claridad en comunicar…
“ Houston… we’ve have a problem”…
Querida Hillary:
Ya para despedirme, te dejo un par de consejos:
Tienes que cambiar tu discurso.
Tienes que ser mucho más cabrona.
Debes demostrar a tus electores tu carácter y tu personalidad fuerte. Tienes que comunicar liderazgo y conocimiento.
Si no cambias tu discurso y tu manera de ser…
Bernie Sanders… Hello!!!
Good luck!!!

 

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Fuente:razon.com.mx