ISRAEL – La importante encuesta del Centro Pew destaca las divisiones sociales en Israel, revela distintos enfoques con respecto a la influencia de la religión en el país y la naturaleza judía o democrática del Estado, así como un desacuerdo radical entre judíos y árabes sobre la discriminación de los musulmanes.

ESTI PELED PARA AGENCIA DE NOTICIAS ENLACE JUDÍO MÉXICO – Casi la mitad de los judíos israelíes creen que los árabes deben ser expulsados o transferidos de Israel, según un amplio estudio realizado por el Centro de Investigación Pew.

Pew entrevistó a más de 5,600 adultos israelíes cara a cara entre octubre de 2014 y mayo de 2015. El sondeo se refiere a una amplia gama de temas religiosos, sociales y políticos.

Los resultados indican que el 79 por ciento de los árabes israelíes opina que existe una gran discriminación contra los musulmanes en la sociedad israelí, mientras que los judíos expresan lo contrario. La gran mayoría de ellos, el 74 por ciento, no creen que haya una gran discriminación contra los musulmanes en Israel.

Al mismo tiempo, la opinión pública entre los judíos se divide sobre la cuestión de si Israel puede ser un hogar nacional para el pueblo judío, manteniendo una minoría árabe en el país. Casi la mitad de los ciudadanos judíos, el 48 por ciento, sostienen que los árabes deben ser deportados o expulsados de Israel, en tanto que el sector religioso expresa un mayor apoyo a tal movimiento: cerca del 71 por ciento está de acuerdo en que los árabes deben ser expulsados.

Por otro lado, el 58 por ciento de los judíos seculares se opone a la idea de expulsar a los ciudadanos árabes, incluyendo un 25 por ciento que se opone terminantemente. Sin embargo, alrededor de un tercio de los judíos seculares expresaron que apoyarían dicha expulsión.

Distribución religiosa

De acuerdo con la encuesta, la gran parte de la población judía en Israel es religiosa o tradicionalista: sólo el 40 por ciento de los judíos en el país son seculares, mientras que el 23 por ciento son tradicionalistas, el 10 por ciento son ortodoxos y el ocho por ciento ultra-ortodoxos. Además, el 10 por ciento de la población no es judía, incluyendo un 14 por ciento de musulmanes, dos por ciento de drusos, el mismo porcentaje de cristianos y el uno por ciento de la población no tiene una religión.

En comparación, el primer censo en Israel, realizado en 1949, muestra un 86 por ciento de judíos, 9 por ciento de musulmanes, 3 por ciento de cristianos y 1 por ciento de drusos en Israel. Pero en 2014, sólo el 75 por ciento de la población era judía, mientras que el ritmo del crecimiento demográfico de los musulmanes se duplicó al 18 por ciento y los cristianos representaron sólo el dos por ciento de la población.

La proporción de la población secular se mantuvo generalmente estable a lo largo de los años, mientras que se reducía el número de judíos tradicionalistas y aumentaba el de los ultra-ortodoxos. Nueve por ciento de los judíos israelíes en 2013 se definieron como ultra-ortodoxos, un aumento del seis por ciento en una década. Entre 2002 y 2012, la proporción de judíos ortodoxos de 20 años en adelante saltó del 16 al 19 por ciento.

Un factor importante para estas tendencias es el tamaño de la familia. El 28 por ciento de los encuestados ultra-ortodoxos mayores de 40 años, tanto hombres como mujeres, tienen de siete hijos en adelante. Entre los encuestados, pocos ortodoxos (cinco por ciento), tradicionalistas (dos por ciento) y seculares (uno por ciento) indicaron que tenían siete o más hijos.

Como resultado de las diferencias en las tasas de natalidad, el ritmo demográfico de los judíos seculares es menor entre adultos menores de 30 años (44 por ciento) que entre adultos judíos mayores de 50 años.

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Observancia religiosa

Estudios previos muestran un descenso del 34 por ciento en las tasas de judíos israelíes con un grado moderado de observancia religiosa en los últimos años, a diferencia de las encuestas realizadas por el Centro Guttman en 1991-2009, según las cuales cuatro de cada diez judíos son observantes moderados – es decir, aproximadamente el 40 por ciento.

Los judíos seculares consideran que su identidad judía es una cuestión de herencia o de cultura, y esto se refleja en sus creencias y costumbres. Sólo algunos encuestados seculares frecuentan la sinagoga cada semana o rezan regularmente, mientras que el 40 por ciento no cree en D-os.

Sin embargo, amplios sectores de israelíes seculares observan los aspectos culturales de la religión. Por ejemplo, el 87 por ciento de ellos organizaron o participaron en un Seder de Pesaj este último año, y aproximadamente la mitad de ellos, el 53 por ciento, encienden velas de Shabat esporádicamente. Sólo el 20 por ciento de los judíos seculares ayunaron en Yom Kippur, en comparación con el 99 por ciento de los ultraortodoxos, el 98 por ciento de los ortodoxos, y el 83 por ciento de los tradicionalistas.

Estado judío y democrático

La mayoría de los judíos, en todo el espectro religioso, coinciden en que Israel puede ser un estado judío y democrático al mismo tiempo. Sin embargo, están divididos en relación a lo que ha sucedido en la práctica cuando la democracia choca con la halajá judía (ley religiosa judía). La gran mayoría de los judíos seculares (89 por ciento) opinan que los principios democráticos deben tener prioridad sobre la religión, mientras que la gran mayoría de los encuestados ultra-ortodoxos (89 por ciento) consideran que la halajá es superior a la democracia.

Los grupos también se dividen en la esencia de la identidad judía. La mayoría de los israelíes ultra ortodoxos dicen que ser judío es primeramente una cuestión religiosa, mientras que más judíos creen que el judaísmo es una cuestión de herencia y cultura. Para algunos, la identidad judía también está ligada con el orgullo nacional israelí.

La mayoría de los judíos seculares en Israel se consideran israelíes y luego judíos, mientras que la mayoría de los judíos ortodoxos se identifican como judíos y luego como israelíes.

Más de tres cuartas partes de los judíos de Israel, el 76 por ciento, creen que el antisemitismo es común y tiende a crecer en todo el mundo. Nueve de cada diez ciudadanos judíos opinan que un Estado judío es fundamental para la supervivencia del pueblo judío.

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La religión y el Estado

La mayor parte de los ultra-ortodoxos y judíos religiosos (86 y 69 por ciento respectivamente) están a favor de un código oficial de leyes religiosas judías, mientras que el 57 por ciento de los tradicionalistas y la gran mayoría de los judíos seculares (90 por ciento) se oponen a tal movimiento.

Por ejemplo, la mayoría de los judíos ultra-ortodoxos y religiosos exigen que el transporte público no funcione en Shabat, mientras que el 94 por ciento de los seculares se oponen a ello. Los judíos tradicionalistas están divididos en este aspecto, ya que el 44 por ciento de los encuestados se oponen al transporte público en Shabat y el 52 por ciento piensa que ciertas opciones de transporte deben estar disponibles en algunos lugares.

La mezcla de hombres y mujeres en público es un factor más de división. Una gran mayoría de judíos ultra-ortodoxos, el 62 por ciento, insta a la segregación de género en las líneas de autobuses frecuentadas por su público, en tanto que sólo el cinco por ciento de los judíos seculares, respalda esta política. La gran mayoría del sector secular, el 93 por ciento, se opone a tal separación, incluso en el transporte que sirve a la comunidad ultra-ortodoxa.

Los ultra-ortodoxos se oponen firmemente a que rabinos no ortodoxos realicen ceremonias matrimoniales en Israel, mientras que la mayoría de los residentes seculares están a favor de modificar la ley con el fin de permitir que rabinos reformistas y conservadores presidan las bodas.

La encuesta revela que los hijos de inmigrantes de la ex Unión Soviética tienden a ser más religiosos que sus padres: el 70 por ciento de los inmigrantes de la segunda generación afirman que creen en D-os, en comparación con el 55 por ciento de los inmigrantes de la primera generación.

En general, más judíos religiosos se identifican con la derecha política (56 por ciento) que con el centro (41 por ciento). Sin embargo, lo ultra-ortodoxo y tradicionalistas tienden a dividirse entre el centro ideológico (52 por ciento) y la derecha (47 por ciento). La gran parte de la población secular, el 62 por ciento, se inclina hacia el centro político. No obstante, los judíos seculares son más propensos a identificarse con la extrema izquierda, pero sólo el 14 por ciento definen a sí mismos de esa manera.

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Preocupación por las divisiones

“Esta encuesta debe ser examinada por los responsables de tomar decisiones y por el gobierno de Israel. Ahora, más que nunca, los resultados reflejan la necesidad de resolver nuestros problemas domésticos,” dijo el presidente Reuven Rivlin a los representantes del Centro Pew que presentaron el informe. “Cuando hablé en junio del año pasado en la Conferencia de Herzliya, acerca de las cuatro tribus de la sociedad israelí, pretendía colocar un espejo ante nosotros para que nos miremos en él. Como sociedad, es evidente que creemos que Israel es un estado democrático y judío. La idea de que el Estado de Israel podría ser una democracia sólo para sus ciudadanos judíos es inconcebible y debemos encontrar una manera de resolver esta situación.

El rabino David Stav, fundador de la Organización Rabínica Tzohar, señaló que el estudio es “una llamada de alerta con respecto a la posición que hemos estado defendiendo desde hace dos décadas; los judíos israelíes desean practicar su judaísmo pero quieren hacerlo sin la coerción o manipulación las instituciones del Estado.”

Si no encontramos la manera de atender estas preocupaciones estaremos creando una realidad de dos naciones judías dentro de un Estado,” concluyó.

Fuente: Ynet / Itamar Eichner

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