Los reclutadores no intentan captar a los jóvenes apelando a la guerra santa, sino al dinero que ganarán

El pasado mes de abril 147 personas murieron en un ataque perpetrado por el grupo terrorista Al Shabab contra la universidad keniata de Garissa. Se convirtió en uno de los atentados más sagrientos sufridos por ese país.

Entre los muertos se encontraban cuatro yihadistas que participaron en la masacre. Entre ellos, había un licenciado en leyes por la universidad de Nairobi. Esto demuestra que entre las filas del grupo terrorista se encuentran jóvenes de alta formación y muy preparados, y que es en los ambientes universitarios y en los institutos donde los yihadistas buscan reclutar a una nueva generación de terroristas.

«A estos grupos extremistas les gustan los jóvenes que han sido educados, como en la universidad de Garissa», indica el profesor keniata Ayub Mohamud al medio NPR. «Los grupo terroristas quieren a alguien que entienda…, alguien capaz de dar instrucciones», afirma este docente, que ha centrado parte de su trabajo en enseñar a sus alumnos cómo detectar y evitar caer en las redes de los reclutadores de nuevos milicianos para la yihad.

Su método de enseñanza le ha convertido en uno de los diez finalistas del prestigioso Global Teacher Prize, promovido por la Fundación Varkey, l Teacher Prize, al que el año pasado optó el español César Bona, que se falla hoy y que está dotado con un millón de dólares.

El joven que se acercó a él solo le dijo «que si me unía a su proyecto podría ganar dinero para mi familia», señala Meyow. En ningún momento le informaron de qué se trataba ese proyecto. Tan solo que se habían acercado a él porque era una persona especial, un buen estudiante, «un líder, que he visto que está trabajando duro», le halagó. En efecto, Meyow es el capitán de su clase en el Eastleigh Boys School, en Nairobi.

Meyow no vio la oferta muy clara por lo que decidió hablarle de ella a su familia, que no le creyó. ¿Por qué iban a pagarle 50 dólares al día? Eso era mucho más del salario que recibe un profesor. Pensaron que su hijo se inventaba la historia.

Ante la falta de respuesta del estudiante, el reclutador se volvió a acercar a él para saber si había tomado alguna decisión. Meyow, confuso, decidió contarle su historia a su profesor, que forma parte del grupo de Ayub, «Teacher against violent extremism».

Lecciones anti-radicalización

Antes de ser profesor en una escuela de negocios de Nairobi, Ayub dio clases en escuelas rurales, educando a los hijos de comunidades de pastores al mismo tiempo que intentaba que sus familias fueran conscientes de la importancia de ir al colegio. Este fue un periodo de aprendizaje tanto para él como para sus alumnos. Lecciones que ha ido aplicando después en sus proyectos posteriores.

Ayub siempre ha mantenido una comprometida lucha contra el extremismo y la prevención de la radicalización tanto a nivel local como nacional, lo que le ha llevado a hablar en foros como el Global Counter Terrorism Forum en Abu Dhabi. También ha contribuido a diseñar estrategias contra la violencia extrema a través del grupo mencionado más arriba, que se ha convertido en una red de profesores contra el terrorismo. Ha participado, además, en la implementación de los programas de enseñanza en los colegios en Kenia, incluyendo una formación específica para que los profesores apliquen en sus clases mensajes anti-radicalización cuando hable sobre temas como el islam.

Durante sus clases, Ayub plantea preguntas directas a sus alumnos como «¿qué enseña el islam sobre ir a la guerra?». A lo que uno de sus alumnos responde: «La yihad significa que tu no puedes matar mujeres ni niños». «Significa que no puedes destruir los campos de cultivo ni las infraestructuras», añade otro durante una clase a la que tuvo acceso NPR. «La yihad significa que tu tienes que preguntar a tus padres» antes de unirte a su lucha, sentencia un tercer estudiante.

Para Ayub lo importante no son las respuestas, sino poder hablar del tema en clase. Algo que era tabú no hace mucho tiempo. «Si nosotros no enseñamos a los estudiantes, hay muchas probabilidades de que encuentren respuestas en otro sitio, como los medios de comunicación, las malas compañías… Y si es así, serán mucho más vulnerables». El sueño de este profesor es que este tipo de clases entren a formar parte del programa curricular de la enseñanza nacional. Eso sería un gran paso adelante para frenar el reclutamiento de una nueva generación de yihadistas.

Fuente: ABC España