Mil letones, según cifras policiales, muchos de ellos con flores, marcharon hasta el Monumento a la Libertad en Riga para homenajear a los soldados de la “Legión Letona” que lucharon en las filas de las Waffen-SS alemanas durante la ocupación nazi del país báltico en la Segunda Guerra Mundial.

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La marcha, precedida por un servicio religioso, se celebra cada año desde los noventa a pesar de la desaprobación internacional y las contramanifestaciones, en las que se denuncia la glorificación de las unidades militares que lucharon junto a las tropas de Adolf Hitler.

La jornada también recibe críticas de los medios y de las autoridades rusas, de quienes el país se independizó en 1991 y que consideran que los actos conmemorativos son una señal de que las ideas nazis están regresando a Letonia.

En la manifestación, convocada formalmente por la organización de veteranos de guerra, participaron varios miembros del Parlamento letón, la Saeima, en representación de Alianza Nacional, uno de los tres partidos que forman la coalición de gobierno del pequeño país báltico.

Los manifestantes, incluidos varios veteranos de la Legión Letona, desfilaron junto a las numerosas banderas rojiblancas letonas que portaron miembros de las juventudes de Alianza Nacional.

Frente a ellos protestaron alrededor de 25 personas, la mayoría procedentes de un grupo antifascista alemán que viajó a Riga para la jornada, mientras que miembros de la comunidad judía leían los nombres de los asesinados durante la ocupación del país, entre 1941 y 1945.

Según los historiadores letones, la Legión Letona fue formada entre 1943 y 1944, tras el Holocausto cometido en el país en los primeros años de la ocupación, aunque hubo miembros de los batallones policiales y de otras unidades letonas vinculados a los asesinatos de judíos y civiles antes de alistarse en ese cuerpo.

En opinión del director del Centro Simon Wiesenthal de Jerusalén, Efraim Zuroff, que estuvo en Riga como observador de la marcha, este tipo de homenajes públicos a los soldados que lucharon en las filas nazis durante la Segunda Guerra Mundial sólo pueden dañar la imagen de Letonia.

A pesar de ello, rechazó las críticas de los medios rusos, que apuntan a que la manifestación anual es muestra del “renacimiento del nazismo” en el país báltico.

“Letonia es un país democrático”, recalcó para subrayar la importancia de comprender los complejos matices de su historia y, al mismo tiempo, documentar y estudiar la participación de los letones en los asesinatos de sus vecinos judíos durante la guerra.

En años anteriores la marcha y las contramanifestaciones derivaron en incidentes y enfrentamientos, pero la policía decidió en esta ocasión que las distintas convocatorias se desarrollaran en lugares separados.

El ministerio de Interior informó que la policía detuvo a al menos una persona, un periodista británico que presuntamente gritó consignas y trató de obstruir la marcha, y se impidió a “varios” miembros de un grupo alemán “antifascista” entrar en el país por razones de seguridad.

El titular del departamento, Rihards Kozlovskis, subrayó que la manifestación fue la más pacífica de los últimos años y destacó que también fue menor el número de participantes y espectadores.

En otros países que fueron ocupados por los nazis se registran también reuniones de ex combatientes de las Waffen SS alemanas, la mayoría ya nonagenarios, pero Letonia es el único donde la cita tiene lugar en público, junto al emblemático Monumento a la Libertad levantado en el centro de la capital.

Fuente:aurora-israel.co.il