MARK DUBOWITZ Y JONATHAN SCHANZER


La Casa Blanca parece a punto de dar a Irán acceso al sistema financiero de Estados Unidos. Cuidado.

Terminó la dura batalla entre el presidente y el Congreso que rodea al acuerdo nuclear con Irán. El Plan Integral de Acción Conjunta, a pesar de sus muchos defectos preocupantes, ya está siendo implementado. Pero ahora se está gestando otra terrible batalla.

Aun cuando Washington se preparó para liberar un estimado de $100 mil millones de dólares en activos petroleros iraníes restringidos y allanó el camino para que Teherán recupere el acceso a la red SWIFT (Sociedad para Telecomunicación Interbancaria Mundial)— permitiéndole transferir fondos a través del sistema bancario electrónico—el gobierno de Obama prometió que la República Islámica nunca obtendría el premio final: acceso al sistema financiero de Estados Unidos o transacciones en dólares.

El Secretario del Tesoro, Jacob Lew, fue firme durante un intenso interrogatorio del Congreso en julio pasado. “Los bancos iraníes no podrán liquidar dólares a través de Nueva York,” dijo al Comité de Relaciones Exteriores del Senado, o “mantener cuentas de corresponsalía con instituciones financieras, o entrar en acuerdos financieros con bancos estadounidenses”.

Pero como destacó el Representante Ed Royce (R., Calif.) en una carta del 22 de marzo a la Casa Blanca, el Sr. Lew, durante una audiencia del Comité de Servicios Financieros más temprano ese día, “pareció dejar la puerta abierta” para que Irán obtenga acceso al sistema financiero de Estados Unidos. El Sr. Royce recordó al Sr. Lew lo que él dijo el año pasado: que había recibido informes de la administración que ahora está considerando proporcionar a Irán acceso a los sistemas financieros de Estados Unidos.

Presionó repetidamente al Sr. Lew: “Específicamente, ¿está usted considerando permitir que los bancos iraníes compensen transacciones en dólares con bancos estadounidenses o instituciones financieras incluyendo cámaras de compensación offshore?”

El Sr. Lew evitó una respuesta directa, diciendo en cambio que la administración continúa explorando formas “para asegurar que Irán obtenga alivio” de las sanciones. Con esta no respuesta, el Congreso se está preparando para una lucha.

No es difícil comprender el por qué. La Fuerza de Tareas de Acción Financiera, un organismo global de finanzas antiterroristas, mantiene una advertencia seria acerca de las prácticas financieras iraníes. El mes pasado advirtió que “la falla de Irán en encarar el riesgo de la financiación terrorista” presenta una “amenaza seria. . . para la integridad del sistema financiero internacional.” El Departamento del Tesoro también reconoció el peligro, en el año 2011, etiquetando a la República Islámica una “jurisdicción de preocupación principal de lavado de
dinero.” Esa conclusión, que sigue vigente, cita el “apoyo al terrorismo” y las “actividades financieras ilícitas y engañosas” de Irán.

¿Qué explica esta posible marcha atrás? Muy probablemente la exigió Irán. El Secretario de Estado John Kerry y Foggy Bottom, siempre temerosos que Teherán se aleje del acuerdo nuclear, pueden estar preparados para cumplir.

No esperen que la Casa Blanca admita esto; es más probable que la administración ofrezca una afirmación débil de que su capacidad de supervisar las transacciones iraníes en dólares podría devengar mejor inteligencia.

En el 2008, sin embargo, el Departamento del Tesoro prohibió a las instituciones financieras de Estados Unidos procesar transacciones en dólares temporarias entre bancos no estadounidenses y bancos iraníes. El Tesoro determinó que los riesgos simplemente superaban los beneficios de la información. Cuatro años después, el Tesoro presionó para excluir a muchos bancos iraníes, incluido el banco central, del sistema de mensajes SWIFT. La amenaza de los bancos iraníes para la integridad del sistema financiero global, determinó nuevamente, era muy grave, a pesar de la información que podría reunirse.

La administración podría afirmar que el Tesoro puede capturar activos denominados en dólares cuando Irán viole el acuerdo nuclear o use los dólares para financiar terrorismo o misiles balísticos.

Esto no sería realista. Irán sabe que Estados Unidos puede congelar las transacciones que están incluso temporariamente convertidas en dólares, haciendo improbable que ellos mantengan cuentas en dólares en cantidades suficientes en bancos donde las autoridades de Estados Unidos tienen alcance. En todo caso, ellos mantendrán sus tenencias en dólares en cuentas offshore o en pallets de dinero en efectivo. Si el régimen contempla una violación nuclear o se entera de nuevas sanciones, se desharía de cualquier activo en dólares rastreable que tenga.

Podemos también escuchar a través de la administración que tenemos que proporcionar incentivos económicos para que Teherán cumpla con el acuerdo nuclear. Pero durante el debate del año pasado, funcionarios de la administración afirmaron que negar a Irán acceso a los dólares y al sistema financiero de Estados Unidos proporcionaría a Washington influencia después que se lograra el acuerdo. ¿Por qué arrojar esa influencia a cambio de ninguna nueva concesión?

Los europeos están permitiendo que los bancos iraníes se reincorporen al SWIFT. Esa es su decisión. Pero hasta que el Congreso pueda lograr que la comunidad de inteligencia verifique que los bancos iraníes han dejado de financiar a grupos terroristas tales como Hezbolá y Hamas—por no mencionar lavado de dinero y otros delitos financieros—ustedes pueden apostar que el Congreso se opondrá al acceso de Irán al sistema financiero de Estados Unidos.

Dubowitz y Schanzer son, respectivamente, director ejecutivo y vicepresidente de investigación en la Fundación para la Defensa de las Democracias y su Centro sobre Sanciones y Finanzas Ilícitas.

Fuente: The Wall Street Journal- Traducido por Marcela Lubczanski para Enlace Judío México