La ciudad, a orillas del Mar Rojo, con aguas claras y corales, atrae a visitantes que buscan seguridad tras los atentados en el  Sinaí.

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Eilat, en el extremo más al sur de Israel se ha convertido en el último refugio occidental del golfo de Aqaba. Locales y extranjeros ya no visitan los enclaves turísticos egipcios, mucho más baratos, pero hoy cerrados tras los últimos atentados terroristas en la Península del Sinaí.

Janet Schwartz, fotógrafa de origen neoyorquino aunque afincada en México durante más de tres décadas, reside en Eilat desde hace un par de años. Tras estar casada durante veinte con un porteño de “izquierdas y hippie”, según cuenta -y dos hijos en común-, decidió hacer Aliyá (inmigrar como judía a Israel) e instalarse a orillas del Mar Rojo.

“Este lugares muy especial para los judíos porque según la Biblia fue precisamente aquí donde Dios hizo el milagro y abrió el mar para que pudieran salir de Egipto y huir de la esclavitud de los egipcios”, comenta desde la orilla de la Playa de Coral, al sur de Eilat y a solo 1 kilómetro de la frontera con Egipto.

“Lo que más me gusta es salir a bucear y hacer fotos. Aquí tenemos uno de los arrecifes de coral más bonitos del mundo”, explica antes de agarrar una cámara herméticamente cerrada y, ayudada por una máscara y unas aletas, sumergirse en estas aguas claras, hogar de 1200 especies de peces y 250 de corales, según los datos facilitados por el Ministerio de Turismo israelí.

Esta historiadora del arte, experta en arte precolombino y después fotógrafa para publicaciones como el New York Times, cuenta que Eilat es puerto franco (libre de impuestos) y “donde todo está organizado para que llegue turismo de todo el mundo. Vemos gente de Alemania, de los países Bálticos, de Asia o de Estados Unidos”, comenta Schwartz a pocos metros de una pareja ucraniana que se encuentra de vacaciones con su hijo por las festividades de la Semana Santa ortodoxa, que este año ha coincido con la Pascua Judía.

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“Este invierno ha sido maravilloso porque hemos tenido un aumento del 40% de ocupación respecto del invierno pasado”, asegura Shabtai Shay, director de la Asociación de Hoteleros de Eilat desde uno de los carísimos hoteles de la zona del centro, dirigidos a un turismo más adinerado y selecto.

“Ahora la mayoría de los turistas aterrizan en vuelos directos de bajo costo fletados desde Europa, bien desde Polonia, Hungría, Lituania, Ucrania y también desde Rusia, donde poco a poco vuelve el interés por el Mar Rojo“, agrega este israelí en relación al derribo hace un año del aparato de la aerolínea Metrojet que explotó mientras sobrevolaba el Sinaí con 220 turistas a bordo.

Este atentado terrorista y la ofensiva que el Ejército egipcio lleva a cabo contra el ISIS (Daesh, cuya filial local es conocida como Ansar Beit Al Maqdis) han hecho que los antaño llenos –especialmente durante la Pascua judía en que muchos israelíes iban al Sinaí– enclaves turísticos de Sharm el Sheij, Nuweiba y Dahab, hoy en día estén prácticamente vacíos.

Únicamente la ciudad fronteriza de Taba, situada a tres kilómetros de Eilat, sigue atrayendo a algunos israelíes que cruzan para jugar en el casino (dado que el juego está prohibido en Israel al ser contrario a la ley judía o Halajá).

Fuente: clarin.com