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Buenas tardes a todos. Esta mañana notifiqué al primer ministro que dimito del gobierno y de la Knesset y tomo un descanso de la vida política. No tengo intenciones de abandonar la vida pública y la política, sino postularme en un futuro para liderar el campo nacional de Israel.

Me integré a la vida política a fin de contribuir al Estado de Israel y fortalecer su seguridad principalmente. En todas mis acciones y decisiones vi ante mis ojos la seguridad del Estado y de sus ciudadanos en beneficio de Israel, tanto en cuestiones de seguridad como en temas éticos, profesionales y legales. En todas mis posiciones, tanto militares como políticas, vi una misión y nunca estuve dispuesto a sacrificar las necesidades del Estado o la seguridad de la población de Israel por intereses políticos o personales. Colaboré seriamente y en armonía al lado del primer ministro por un período largo que incluye la Operación Margen Protector y le agradezco por ello.

Pero desafortunadamente, recientemente me encontré en conflicto con el primer mandatario, ministros y diputados sobre temas éticos y profesionales. Luché con todas mis fuerzas contra fenómenos de extremismo, violencia y racismo en la sociedad israelí que amenazan en debilitarla y repercuten en las FDI y en sus soldados. Luché con todas mis fuerzas contra los intentos de dañar a la Corte Suprema y los jueces de Israel, procesos que repercuten en el Estado de Derecho y pueden generar un desastre.

En términos generales, la sociedad israelí es sana con una mayoría que lucha por un Estado judío, democrático y liberal. Un Estado que acepta a todo ser humano, independientemente de su raza, género, origen étnico o tendencia sexual. Un Estado paciente y tolerante hacia grupos en desventaja y minorías, a quienes debemos acercar y no incitar en su contra. Un Estado que lucha enérgicamente contra la exclusión de mujeres, el acoso sexual.

Desgraciadamente, fuerzas extremistas y peligrosas se han apoderado del Estado y del Movimiento del Likud, amenazando con desestabilizar nuestro hogar y dañar a sus habitantes.

Este no es el Likud al que me uní en un principio – el Likud de Zeev Jabotinsky y Menachem Begin – la gran mayoría de sus votantes, un público cuerdo, respetable y responsable, deben comprender la profundidad de la crisis y el espíritu de imprudencia que se apodera del movimiento.

Espero que el público en general, de izquierda y de derecha, comprenda las graves consecuencias de que una minoría radical controle a la mayoría, y lucharé contra esos fenómenos. Esta es parte de nuestra existencia, es el alma del país.

Desafortunadamente, los principales políticos del país han optado por la vía de la incitación y la separación entre sectores de la sociedad, en lugar de unir, enlazar.

En mi opinión, es inaceptable que estemos divididos a causa del cinismo y el deseo de controlar. He expresado mi opinión al respecto más de una vez, en base a una genuina preocupación por el futuro de la sociedad israelí y el de las generaciones venideras.

El deber de los líderes es dirigir de acuerdo a la ética, en base a una brújula y, a veces contra la corriente. Trazar el camino y no dejarse llevar por motivos electorales y encuestas de opinión, no aceptar o regirse por un discurso imprudente e irresponsable.

No me arrepiento de mis posiciones con respecto al profesionalismo y la ética, aunque hayan puesto fin a mi cadencia de ministro de Defensa. Estoy satisfecho con el camino que he elegido, y no me desviaré de él.

Temo por el futuro de Israel, y seguiré luchando por el país porque no tenemos otro.

A lo largo del camino, incluso en los tiempos difíciles, me he colocado al mando de la defensa de Israel con determinación, responsabilidad, discreción y respeto, en base a una comprensión de que la vida de soldados y civiles está en juego.

A pesar de la turbulencia en el Medio Oriente, la Operación Margen Protector y el terrorismo palestino que ahora disminuye gracias a un liderazgo prudente, Israel goza hoy de fronteras relativamente tranquilas, una potencia militar disuasiva e intereses comunes con otros países de la región. Todo esto es también resultado de un liderazgo sensato y responsable del sistema de seguridad.

Agradezco al ex jefe del Estado Mayor teniente general Benny Gantz en la reserva y al actual Jefe de Estado Mayor teniente general Gadi Eizenkot por el trabajo conjunto. Para mí fue un privilegio colaborar con ustedes, con los generales del ejército y otros comandantes en diversos niveles de mando.

No me cabe duda de que continuarán liderando las FDI con responsabilidad y discreción y sabrán frenar fenómenos morales inaceptables.

Los soldados y combatientes de las FDI en aire, tierra y mar, en servicio regular y en la reserva, son causa de un gran orgullo. Ustedes son lo mejor que tenemos, e Israel puede estar orgulloso de confiar en ustedes.

Agradezco a los hombres creativos e innovadores de las industrias de defensa, así como a los colaboradores del Ministerio de Defensa, encabezado por el director general Dan Harel. Un público dedicado y comprometido, que cumple con su misión en silencio, pero su contribución a la seguridad de Israel es inconmensurable.

Agradezco a los dirigentes y miembros de otros organismos de seguridad, encabezados por el Mossad y el Shin Bet, por su fructífera contribución a la seguridad de Israel.

En este momento recuerdo a los soldados que cayeron durante mi mandato como ministro de Defensa, en el cumplimiento de su deber, en la ola de terrorismo y durante la Operación Margen Protector. Héroes que lucharon a lado de sus compañeros para defender a las comunidades del sur y no volvieron del campo de batalla. Los recuerdo, y abrazo a sus familias desconsoladas que veo ante mis ojos en todo momento.

Recuerdo a los soldados heridos de la guerra, las operaciones en curso y la ola de terror, cuya lucha por reanudar una vida activa y creativa es impactante.

Recuerdo a los mártires y a los soldados heridos de todos los tiempos, al igual que a sus familias. A mis compañeros armas, mis subordinados y comandantes.

Recuerdo hoy al sargento Oron Shaul y al teniente Hadar Goldin Z”L, cuyos cadáveres debemos devolver a Israel; a los rehenes israelíes en la Franja de Gaza; y a los soldados desaparecidos.

Agradezco a los ciudadanos israelíes que expresaron palabras de aliento. Ustedes nos proporcionan la fuerza para luchar por la imagen de Israel.

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