A 16 meses de la muerte del fiscal Alberto Nisman,  se dio a conocer el audio de la llamada telefónica que hizo su madre, Sara Garfunkel, al servicio de emergencias de Swiss Medical, luego de encontrar a su hijo muerto en el baño de su departamento en la torre Le Parc, de Puerto Madero.

AGENCIA DE NOTICIAS ENLACE JUDÍO MÉXICO

Luego de presentarse al asistente de la mutua Swiss Medical que responde el teléfono y pedir una “ambulancia urgente” para la lujosa torre de apartamentos donde vivía Nisman en Buenos Aires, la mujer detalla la situación con la que se encontró, según se escucha en un audio emitido por Radio del Plata.

“Yo vine acá y está muerto”, dice cuando el operador le pregunta que qué le ocurre a su hijo.

Operador: : ¿Cómo que está muerto?

-G: Sí, no atendía el teléfono y abrimos la puerta.

-O: ¿Quién corroboró que está muerto?

-G: Y, está lleno de sangre el baño.

-O: ¿Con qué se golpeó?

-G: No sé, estaba tirado en el piso. Para mí que se golpeó, porque en la casa está todo prendido.

Tras intercambiar algunos datos duros, el diálogo sobre la salud de Nisman continúa:

-O: ¿Respira?

-G: No, si está lleno de sangre el piso. Desde las 11 del mediodía no contesta los llamados.

-O: ¿Puede corroborar si está respirando?

-G: Bueno, espéreme un segundo.

Unos segundos después, Garfunkel vuelve al teléfono:

-G: No le puedo hacer ninguna reanimación, si la sangre del piso está casi seca.

-O: ¿Puede ver dónde fue el golpe?

-G: No sé donde fue, está acostado en el piso.

0013017176-e1437496017437

Sobre el final de la llamada, el que toma el teléfono es el custodio Niz. “Lo encontramos sin vida. No está respirando. Entré y lo vi”, le aclara al operador de la empresa. Cuando le consultan si quiere hacer reanimación, refuta. “¿Cómo vamos a hacer reanimación si hay un charco de sangre? Seguramente se reventó la cabeza”.

Nisman, fiscal especial de la causa sobre el atentado de 1994 contra la mutual judía AMIA, en el que murieron 85 personas, fue hallado sin vida en su domicilio de Buenos Aires el 18 de enero de 2015, con un tiro en la sien, y tras casi un año de investigación aún no se han aclarado las circunstancias del deceso.

Más de un año después, la Justicia no ha podido determinar si se trató de un suicidio, suicidio inducido o un homicidio, como sostiene la familia del fiscal.

El fallecimiento ocurrió pocos días después de que denunciara a la entonces presidenta, Cristina Fernández, por presunto encubrimiento de los iraníes supuestamente responsables del ataque a la AMIA, una querella que posteriormente fue desestimada.

Hasta ahora, en la causa por el fallecimiento solo están imputados Diego Lagomarsino, colaborador informático de Nisman, por prestarle el arma que acabó con su vida y los escoltas que debían custodiarlo, acusados de incumplimiento de los deberes de funcionario.

El informático sostiene que el fiscal, con quien colaboraba profesionalmente, le pidió un arma para proteger a sus hijas, algo puesto en duda por Garfunkel.

En la conversación difundida hoy no se nombra la aparición de un arma, aunque en una entrevista realizada en enero pasado por la Agencia Judía de Noticias (AJN), Garfunkel se refirió al tema.

“Cuando yo abrí la puerta no vi nada, yo lo vi a él. Salgo y llamo a Swiss Medical, viene el médico, asoma la cabeza y dice ‘hay un arma’. Cerró la puerta y se fue. Entonces yo digo ‘yo no vi ningún arma, quiero ver’. Miré de vuelta y se veía el mango del revólver acá (hombro). Entonces yo no entiendo como hizo el arma para aparecer abajo del hombro izquierdo”, prosiguió.