ODED SHALON – ILANA CURIEL

Pagados por su trabajo con un salario mensual, más y más gazatíes toman parte en la campaña de Hamas para llegar a Israel y llevar a cabo actos de terrorismo; tres capturados hace poco en Israel explican su razonamiento y motivaciones.

El 6 de abril, un hombre de Gaza llamado Mahmoud Atauna se infiltró en Israel. La hazaña no llevó mucho esfuerzo o ingenio; todo lo que tuvo que hacer fue saltar sobre un cerco de alambre de púas y luego arrastrarse debajo de un segundo vallado. Después que fue atrapado, había contado a sus interrogadores que estaba planeando matar a soldados de las FDI.

Otro residente gazatí llamado Medhat Abu-Zenima había cruzado la misma frontera una semana antes de Atauna. Inicialmente había intentado cruzar la frontera a Egipto en busca de su hermano Abdallah, quien se había unido al ISIS en la Península del Sinaí. Cuando vio la gran presencia del ejército egipcio junto a la frontera, sin embargo, trató de regresar a Gaza, finalmente decidió huir a Israel.

Otro hombre joven, cuya identidad permanece sin ser divulgada, se había infiltrado en Israel desde Gaza un mes antes después de un altercado físico con su padre, quien había sospechado que él estaba cortejando a la hija del vecino.

Después de ser interrogados por el Shin Bet y la Unidad Central de Policía, todos han sido acusados bajo delitos de seguridad y están actualmente a la espera de juicio en la Prisión Shikma en Ashkelon. Ellos no están solos, sin embargo: desde el inicio del año, 61 gazatíes fueron encontrados cruzando ilegalmente la frontera hacia Israel, de los cuales 14 han sido acusados por temas relacionados con la seguridad. En el 2015, 25 gazatíes fueron interceptados y acusados, todos ellos son miembros activos o ex miembros de Hamas, y algunos habiendo estado hace poco trabajando en la excavación de túneles a Israel. Sus testimonios ofrecen una rara visión del creciente submundo en Gaza, incluidos los métodos utilizados por los excavadores, su rutina diaria e incluso su salario.

Hasta ahora, los arrestados han proporcionado información valiosa con respecto al ala militar de Hamas, su participación en la excavación de túneles, los nombres de otros miembros activos, armamento disponible y formas de entrenamiento. Pero en sus testimonios también incluyeron una forma diferente de información vital al describir la pobreza abyecta y falta de oportunidades de empleo que contribuyen a que miles de jóvenes gazatíes excaven túneles clandestinos por u$s150 a u$s200 mensuales. El trabajo es intenso, corre alrededor del reloj e incluye tanto los túneles que pasan a través de Gaza como también los que cruzan a Israel.

Dos cuchillos para una vida mejor

Atauna estaba viviendo en el campamento de refugiados gazatí de Jabalia con sus padres, esposa y dos hijos. Él dijo a sus interrogadores que había decidido infiltrarse en Israel armado con dos cuchillos debido al difícil estado financiero de su familia. “Los llevé conmigo a Israel para apuñalar a algún israelí hacia el que podría correr, tal vez un soldado. En esa forma iría a prisión, y mis hijos obtendrían una vida mejor, ya que la AP da un salario a (la familia de) todo prisionero.”

Además explicó que lo que lo hizo querer herir y matar a judíos fue “lo que ves en televisión, disparar a palestinos en la calle y ejecutarlos, como lo que había sucedido con el soldado en Hebrón.”

Atanua se unió al ala militar de Hamas allá por el año 2006 y fue un miembro activo hasta el año 2014. Su entrenamiento incluyó uso de armas, correr y arrastrarse. Después que había terminado con su entrenamiento, Atanua se unió a la unidad de guardias civiles de Hamas, llamada Ribat.

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“La tarea de Ribat es manejar a colaboradores y actuar como una defensa contra la entrada de las FDI al área”, dijo Atanua. Agregó, sin embargo, que su unión no fue motivada principalmente por los ideales. “Lo que yo estaba buscando obtener de Ribat fue un sustento de u$s100 mensuales por mi trabajo.”

Además de tomar parte en un curso de granadas propulsadas por cohete y llevar a los combatientes de Hamas a sus distintos enclaves, Atanua también participó en excavación de túneles.

“En el 2007, obtuve u$s150 por trabajar en un túnel en el norte de Gaza por dos meses”, dijo a sus interrogadores, diciendo que también trabajó en “un túnel interno usado por activistas de Hamas para escapar del alcance de los aviones no tripulados de las FDI.

Compartió también la rutina diaria de sus días excavando túneles con riguroso detalle.

“Usabamos una carretilla de acero para quitar la arena y suministrarnos con el extremo de un tubo de oxígeno. Excavabamos unos 3 o 4 metros diarios, y el capataz nos traía bebidas y dos comidas diarias.” Los túneles alcanzaban 250 metros y además de servir para ocultarse de ataques aéreos, serían utilizados “para sorprender a los soldados terrestres de las FDI durante tiempos de guerra.”

El hombre gazatí cuyo nombre no puede ser divulgado contó sus experiencias propias.

“Trabajabamos en la noche, de 10 p.m. a 5 a.m., todos los días excepto viernes”, dijo, agregando, “Mi tarea era hacer la excavación, limpiar (el túnel y colocar las pistas usadas por los carros que entregaban suministros y cargaban la basura —OS & IC).”

Una granada propulsada por cohete oculta bajo tu cama

El infiltrado se explayó sobre sus deberes en un túnel en particular perteneciente a la Brigada Qassam de Hamas. “Terminé el trabajo allí unos 4 meses después de la guerra en Gaza (Operación Escudo Protector), después de lo cual llegaron nuevos obreros y continuaron la tarea. Creo que el túnel ya ha pasado la frontera y entrado en Israel.”

Según su testimonio, se le solicitó bajar cuatro artefactos explosivos dentro de otro túnel. “Caminamos unos 100 metros dentro del túnel, hasta que llegamos a la habitación de los obreros, donde colocamos los artefactos explosivos en un contenedor azul, lo cerramos y partimos.”

Continuó diciendo que otro túnel más en el que había trabajado, que tenía 200 a 400 metros de largo, “fue usado para permitir a la (unidad de combate de élite de Hamas) Nokhba atacar al ejército israelí y llevar a cabo ataques suicidas contra las FDI, secuestrar a soldados y entrar a territorio israelí. Nuestras instrucciones eran llegar con ropas civiles, en vez de ropa militar, y llevar un cambio de ropa debido a la suciedad y evitar levantar sospechas.”

Tanto él como Atanua participaron en colocar artefactos explosivos cerca de la frontera de Gaza con Israel, aparte de almacenar armas en sus propias casas, incluyendo rifles, proyectores de cohetes y artefactos explosivos. A Atanua se le pagaron 300 shekels mensuales por esto, pero cuando su padre se enteró de eso, hizo que Atanua sacará todas las armas de su casa. El otro hombre guardó un proyector de granadas propulsadas por cohete y un rifle kalashnikov cerca de su cama, por lo cual recibió 200 shekels mensuales.

Abu-Zenima comenzó trabajando en un túnel y finalmente se volvió socio en uno. A través de su túnel, “contrabandeamos tabaco, cigarrillos, Kalashnikovs, cajas llenas de municiones y tubos de plomo que pesaban aproximadamente 500 kilos, que por lo que entendí iban a ser usados para hacer cohetes en Gaza.” Según él, todos estos tejes y manejes fueron hechos con el conocimiento pleno de Hamas. “Ellos recibirían un porcentaje de impuestos de los bienes que pasaban a través de nuestro túnel”, explicó. “No sé cuánto.”

La captura final de Abu-Zenima fue resultado del miedo y un error personal. “No tuve ninguna intención de llegar a Israel,” dijo a los investigadores. “Inicialmente quería llegar a Egipto y buscar a (mi hermano) Abdullah u obtener información sobre él, ya fuera que estuviera vivo o muerto.” Después de descubrir al ejército egipcio junto a la frontera, intentó regresar, fue cuando se cruzó con un grupo que tomó por soldados de Hamas. “Sólo comencé a huir de ellos”, dijo. “Salté sobre la valla hacia Israel, caminé unos 100 metros, me quité los zapatos y chaqueta y me senté sobre un camino de asfalto. Encendí un cigarrillo por el temor de ser ejecutado por llegar muy cerca de una base militar israelí. Quince minutos después, un jeep pasó por ahí y me arrestó.”

Cuando se le pidió que explicara por qué había huido de Hamas para empezar, Abu-Zenima explicó, “Estaba en un área sensible y temía que Hamas pudiera pensar que estaba regresando de (el asentamiento judío de) Kerem Shalom, y que era un colaborador.”

Los tres hombres arrestados serán representados legalmente por Muhammad Jabareen. Están citados para aparecer ante un tribunal en Be’er Sheva y enfrentarán la posibilidad de una larga sentencia de prisión si son condenados.

Debe destacarse que las FDI han invertido sustanciales recursos tecnológicos, operativos y relacionados con la inteligencia para desbaratar la excavación de túneles por parte de Hamas. Un funcionario del ejército israelí se refirió a la batalla en curso, explicando, “No estamos sentados sobre la valla aquí.”

La información proporcionada por los infiltrados de Gaza tales como los tres mencionados en este artículo es parte de estas campañas.

(Todas las citas fueron tomadas de las transcripciones de las investigaciones.)

Fuente: Yedioth Ahronoth
Traducido por Marcela Lubczanski para Enlace Judío México