Fotos, relojes, carteras, anillos de boda e incluso cartas requisadas a prisioneros antes de entrar en los campos de concentración nazis forman parte del archivo de objetos personales, todavía muchos sin dueño, que guarda el Servicio de Búsqueda Internacional (ITS).

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El organismo, con sede en Bad Arolsen (oeste de Alemania), reunió multitud de esos objetos y decidió lanzar una campaña de búsqueda “a gran escala” para poder analizarlos y devolverlos a los familiares de las víctimas.

Fundado antes de terminar la Segunda Guerra Mundial con el propósito de localizar a familiares separados por el conflicto, desaparecidos o muertos, este organismo reúne además cerca de 30 millones de documentos, desde testimonios de supervivientes e informes de los aliados, a listados con los nombres de millones de trabajadores forzosos en empresas colaboradoras con el Tercer Reich.

“Cuando los prisioneros ingresaban en los campos, les quitaban todo lo que llevaban encima”, explica a Efe la encargada de la comunicación del ITS, Friederike Scharlau.

“No es tanto por el valor monetario que puedan tener las joyas. Lo que importa es el valor sentimental”, apunta Scharlau.

A pesar de los diferentes proyectos de investigación llevados a cabo en 2009 y en 2011, todavía muchas de las pertenencias que el ITS atesora mantienen la etiqueta de “propietario desconocido”.

Para hacer frente a este problema y facilitar a familiares y herederos la identificación de los objetos, el organismo mantiene abierta al público una lista en su página web con todo su inventario.

A partir de esa lista han salido a la luz casos sorprendentes, como el hecho público hoy por el ITS: el del reloj del padre Engelmar Unzeitig, miembro de la orden de misioneros de Mariannhill y fallecido en el campo de concentración de Dachau en marzo de 1945.

Un desconocido se encontró el reloj rastreando los archivos de la página web, informó a la congregación religiosa y ésta se puso en contacto con el ITS, explica Scharlau.

Durante el periodo nazi, recuerda, muchos religiosos se manifestaron en contra de Hitler y denunciaron, en sus sermones, la persecución de los judíos y las atrocidades que se cometían en los campos de concentración.

Por este motivo fueron detenidos, secuestrados y enviados a muchos de esos campos, como el de Dachau, donde en la categoría de “clérigos presos” hay anotados 1.675; la cifra, advierte el centro, no incluye a los que pudieron ser inscritos en otra categoría o a quienes fueron pasados por alto.

El reloj del padre Engelmar Unzeitig, que ha sido entregado esta semana a la orden religiosa, se encontraba en el archivo de la institución junto a otros miles de objetos confiscados por los nazis.

La gran mayoría de los fondos del ITS proceden de los campos de concentración alemanes de Neuengamme y de Dachau, aunque también cuenta con pertenencias de prisioneros de la Gestapo de Hamburgo y de los centros Bergen-Belsen (Alemania) y Natzweiler (Francia), así como de los campos de tránsito de Amersfoort (Holanda) y Compiègne (norte de Francia).

En su mayor parte fueron donados por el ejército británico tras la liberación del campo de concentración de Neuengamme, en las cercanías de Hamburgo, a sendas oficinas creadas para la restitución de los bienes confiscados en Stadthagen (noreste) y Múnich (sur).

Éstas, a su vez, decidieron ceder todo su inventario al ITS, que también recibió donaciones importantes por parte de la Cruz Roja de Hamburgo y de particulares.

El grueso de las consultas que recibe para solicitar información provienen de Alemania, Rusia, Polonia, Estados Unidos, Francia, Israel, Italia, Ucrania, Australia y Holanda.

Fuente:terra.com.mx