AMOS HAREL

Algunos empezaron a creer que lo peor de la ola de terrorismo podría haber quedado atrás, pero el ataque en el corazón de Tel Aviv demuestra que estaban equivocados, siendo ésta la primera prueba para el nuevo ministro de Defensa de Israel.

El tiroteo en el complejo comercial que dejó cuatro muertos y seis heridos, fue el primer ataque mortal en Israel en exactamente tres meses.

La última vez que la llamada ‘intifada de los cuchillos’ cobró una vida fue en marzo, con el asesinato del ciudadano estadounidense Taylor Force en Yafo. Tras el atentado, se registró un descenso en la cantidad y severidad de los ataques, e incluso miembros del aparato de defensa israelí comenzaron a creer que habíamos superado lo peor de los ataques.

El atentado en el Mercado Sarona – un elegante centro de recreación con boutiques, tiendas y restaurantes – demuestra que estaban muy equivocados. El grado de violencia puede haber disminuido y posiblemente las fuerzas de seguridad lograron controlar los ataques de “lobos solitarios”, pero no hay una solución total. Además de jóvenes palestinos no afiliados que atacan con cuchillos, surgen células terroristas que constantemente intentan conseguir armas de fuego con el fin de perpetrar ataques en masa.

Parece ser que el ataque terrorista del miércoles fue un poco más ambicioso que los de los últimos meses. Ambos terroristas trabajaron en coordinación, eligieron el blanco dentro de la Línea Verde – lo que claramente requiere una tercera persona para trasladarlos, con o sin conocer sus motivos – y según las descripciones de testigos, se vistieron de una manera que les permitiera mezclarse con la multitud. Y, sin embargo, no necesariamente se trata de una célula terrorista organizada.

El miércoles por la mañana, surgieron rumores en Whatsapp de que terroristas armados habían sido detenidos en Tel Aviv. Dichas afirmaciones pueden indicar que existía información de inteligencia sobre el ataque. Se requiere una investigación para confirmar si había un conocimiento previo, si éste fue manejado adecuadamente y si las fuerzas de seguridad – el Shin Bet, el ejército israelí y la policía – coordinaron entre ellos.

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Este es el primer ataque terrorista del mes de Ramadán, que comenzó esta semana. Un período en el que tiende a escalar la violencia en los territorios palestinos, generando ataques terroristas. Es evidente que el asesinato de cuatro israelíes en el centro de Israel será considerado un éxito por los palestinos que apoyan el terrorismo, y podría suscitar imitaciones.

Esta también será la primera prueba para el nuevo ministro de Defensa de Israel, Avidgor Lieberman, que hasta su retorno al gabinete la semana pasada, utilizó un lenguaje agresivo tras incidentes similares. Desde que asumió el cargo, ha estado inmerso en sus funciones, desde visitas de trabajo a lo largo de las fronteras de Israel a discursos en ceremonias conmemorativas militares. Ahora que es el responsable, la brecha entre la dura retórica y la verdadera capacidad de actuar se hará evidente.

La calma relativa de los últimos meses ha sido posible en gran parte gracias a la determinación del ejército israelí y el servicio de seguridad Shin Bet, los esfuerzos para evitar el castigo colectivo en los territorios palestinos, y el aumento de la coordinación de seguridad con los aparatos de seguridad palestinos. Esa es una infraestructura relativamente delicada, y fácilmente destrozable con declaraciones imprudentes. En los próximos días quedará claro si la política de Lieberman es significativamente diferente a la de su predecesor, Moshe Yaalon.

Fuente: Haaretz

Traducción: Esti Peled

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