RAPHAEL AHREN
En un cambio significativo, la comunidad internacional no sólo critica el tiroteo mortal, sino también las expresiones de odio palestinas. Aún así, las iniciativas de paz y la presión al estado judío seguirán según lo previsto.

SILVIA SCHNESSEL PARA AGENCIA DE NOTICIAS ENLACE JUDÍO MÉXICO – En sus declaraciones sobre el ataque terrorista mortal del miércoles en Tel Aviv, los líderes mundiales se abstuvieron de pedir en su coro habitual a israelíes y palestinos, en el mismo tono, ejercer “moderación” y reanudar las conversaciones de paz. Se limitaron a condenas directas de los homicidios y en algunos casos incluso denunciaron a Hamas por celebrar el baño de sangre y llamaron a poner fin a la propaganda anti-judía que claramente lo ha inspirado.

Sin embargo, más que un cambio radical en las actitudes del mundo hacia el conflicto palestino-israelí, este tono notablemente diferente de la comunidad internacional es únicamente una cuestión semántica.

Por lo tanto, es probable que la presión sobre Israel para avanzar hacia la implementación de una solución de dos estados no tarde mucho después que desaparezcan de los titulares los informes de este ataque, e incluso es probable que se intensifiquen drásticamente en las próximas semanas y meses.

Sin embargo, el cambio en el estilo de condenas posteriores a un ataque es inconfundible, como indica una comparación rápida.

Después del ataque en noviembre de 2014 a una sinagoga en el barrio de Har Nof de Jerusalem, durante el cual cuatro judíos y un policía drusos fueron asesinados y varios quedaron heridos, el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, denunció todas las formas de terrorismo y luego pidió “liderazgo político y valor a ambos lados para tomar medidas para hacer frente a la situación muy tensa” en la capital de Israel”.

“Todas las partes deben evitar el uso de la retórica provocativa que sólo alienta elementos extremistas”, declaró Ban. A continuación, invocó “el imperativo para los líderes de ambas partes de tomar decisiones difíciles que promuevan la estabilidad y garanticen la seguridad a largo plazo tanto para israelíes como palestinos”.

Tras una serie de ataques contra judíos en Jerusalem en octubre de 2015, Ban dijo que estaba “profundamente preocupado” por los grupos palestinos que alaban estos actos. A continuación, pasó a instar a “todos los líderes a condenar la violencia y la incitación, mantener la calma y hacer todo lo posible para evitar una mayor escalada”.

Concluyendo su intervención, reiteró su creencia de que el conflicto palestino-israelí podría resolverse a través de “una solución negociada de dos estados”.

Secretario General de la ONU, Ban Ki-moon (AFP / Don Emmert)

Su declaración en el tiroteo de la noche del miércoles en el mercado Sarona de Tel Aviv fue notablemente diferente. No sólo condenó el acto en sí mismo, sino que añadió que “no hay justificación para el terrorismo ni para la exaltación de los que cometen tales actos atroces”.

Ban Ki-Moon
Secretario General de la ONU Ban Ki-Moon

Ban dijo que estaba “sorprendido de que los líderes de Hamas hayan optado por cometer este ataque y algunos eligieran celebrarlo”. Su declaración terminó con una llamada a la dirección palestina “a la altura de su responsabilidad de mantenerse firme contra la violencia y la incitación que la alimenta”. No contenía llamados a la moderación ni a una rápida reanudación de las negociaciones de paz.

La Unión Europea también ha cambiado el texto de sus respuestas al terrorismo palestino.

Un ataque en noviembre de 2014 en el este de Jerusalem sirvió como “una prueba dolorosa más de la necesidad de emprender serios esfuerzos hacia un acuerdo de paz sostenible en el conflicto palestino-israelí”, dijo entonces la zarina de la política exterior de la UE, Federica Mogherini. Después de expresar condolencias a la familia de la víctima, exhortó a “todas las partes a actuar de manera responsable y mostrar moderación, para no inflamar aún más la situación ya muy tensa”. Ni una palabra sobre la incitación o la exaltación de la violencia.

Su declaración sobre el ataque del miércoles en Tel Aviv utilizó un tono diferente. En lugar de usar frases repetitivas sobre la necesidad de reanudar las conversaciones de paz, se limitó a expresar solidaridad con los que perdieron a sus familiares y concluyó con estas frases enérgicas: “Los responsables de estos crímenes deben ser llevados ante la justicia. Los que alaban este ataque deben ser condenados”.

La Hasbará de Israel, o diplomacia pública, parece haber sido eficaz en esta área. Desde el estallido de la actual ola de terrorismo, el primer ministro Benjamin Netanyahu ha llamado a menudo a la comunidad internacional no sólo a denunciar los actos violentos contra los israelíes, sino a denunciar a la Autoridad Palestina por no hablar en contra de ellos con suficiente fuerza. Esta “no condena del terrorismo”, dijo en marzo, “debe ser condenada por sí misma por todo el mundo en la comunidad internacional”.

Horas después del ataque del miércoles, el embajador de Israel ante la ONU Danny Danon pidió las condenas del Secretario General y del Consejo de Seguridad. “El atroz ataque de hoy demuestra lamentablemente que cuando la comunidad internacional se niega a condenar el terrorismo contra los israelíes, el siguiente ataque es sólo cuestión de tiempo”, dijo.

Embajador de Israel en la ONU Danny Danon
Embajador de Israel en la ONU Danny Danon

Incluso antes que Danon emitiera su declaración, el enviado especial de la ONU para el proceso de paz, Nickolay Mladenov, había twitteado que estaba “conmocionado” de ver a Hamas celebrar el baño de sangre del miércoles en Tel Aviv, añadiendo que los líderes “deben estar en contra de la violencia y la incitación que lo alimenta, no aprobarla”.

El hecho de que Mladenov se adelantara a Danon en denunciar no sólo el ataque en sí, sino también la incitación y la glorificación de la violencia ilustra acertadamente que las demandas de Israel en este frente han sido tenidas en cuenta, al menos en cierta medida.

Y, sin embargo, Netanyahu y su embajador en la sede de Turtle Bay de la ONU tienen pocas razones para alegrarse. El hecho de que los líderes del mundo hoy parezcan menos inclinados a llamar a la “restricción” y más inclinados a condenar el discurso del odio palestino de ninguna manera predice un cambio radical en la forma en que tratan de solucionar el conflicto en Oriente Medio.

Mientras muchos israelíes sostienen que es imposible crear un Estado palestino, estando la región en crisis – es como sentar las bases para una nueva casa justo en medio de un terremoto, le gusta decir al ministro de Defensa Avigor Liberman – la mayor parte de la comunidad internacional está de acuerdo.

Por el contrario, el conflicto palestino-israelí todavía se considera la causa de muchos problemas de la región. Su solución podría estabilizar la zona, argumentó el presidente francés, Francois Hollande, por ejemplo, en su discurso en la cumbre de paz de la semana pasada en París.

Reconoció que algunos consideran la cuestión palestina como bajo control y por lo tanto menos urgente que la situación en Siria e Irak. “Pero creo que, por el contrario, estos cambios hacen que sea aún más urgente resolver el conflicto”, declaró, “y que los levantamientos regionales crean nuevas obligaciones para la comunidad internacional y para la consecución de la paz”.

Hollande conferencia de paz
El presidente francés, Hollande, habla durante una reunión interministerial en un intento por revivir el proceso de paz israelí-palestina en París, 3 de junio de 2016. (AFP / Stéphane de Sakutin, Pool)

Hollande no está solo en su valoración. En sus declaraciones sobre el baño de sangre de Tel Aviv es posible que no lo especifiquen en esta ocasión, pero muchos líderes mundiales están convencidos de que este ataque – y la respuesta anticipada de Israel, que probablemente frustrará aún más a la opinión pública palestina – hace que otro impulso hacia la paz sea más urgente que nunca.

El plan francés para una conferencia de paz internacional a finales de este año aun está sobre la mesa, al igual que el espectro de una resolución pro-palestina de la condición de Estado en la ONU en otoño que Estados Unidos podría apoyar o negarse a vetar.

En el período inmediatamente posterior al tiroteo del miércoles, es previsible que Netanyahu hable menos de su afán de llevar a cabo negociaciones de paz, como hizo las últimas semanas, y más de su determinación de luchar contra el terrorismo. Pero la presión internacional se reanudará muy pronto. Netanyahu hará su mejor esfuerzo para eludirla, pero esta vez será más difícil argumentar que el mundo ignora la incitación palestina.

Fuente: The Times of Israel – Traducción: Silvia Schnessel – Reproducción autorizada con la mención: ©EnlaceJudíoMéxico