La organización, que comenzó a funcionar en 2011, no sólo era una red de prostitución, sino que también traficaba personas, como lo hace el Estado Islámico, vendiendo y comprando mujeres.

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El grupo terrorista comandaba un burdel  en el Libano con más de 75 mujeres, en su mayoría sirias, que eran torturadas y explotadas sexualmente. Habían llegado a Beirut engañadas, escapando de la brutal guerra en su país.

Mientras que los periódicos pro-Hezbolá consideran que la organización terrorista libanesa ayudó a la exposición de la organización, activistas afirman que uno de sus miembros era la cabeza de la red.

La Policía local reveló que las mujeres, en su mayoría sirias, fueron engañadas para dejar sus casas y viajar al Líbano con falsas promesas de trabajo en restaurantes. En la redada al burdel, se constató que las víctimas eran obligadas a servir como prostitutas 20 horas al día.

Los clientes, además, estaban habilitados para golpearlas. Y los explotadores también abusaban de ellas.

Cuatro mujeres lograron huir de la pesadilla y llegaron a Dahiya, un suburbio de Beirut conocido como enclave de Hezbolá. Pensaban que allí conseguirían refugio; sin embargo, descubrieron que miembros del grupo terrorista participaban en el negocio.

El periodista libanés Jerry Maher afirmó que la red estaba encabezada por Ali Hussien Zeaiter, líder terrorista. De hecho, Zeaiter fue sancionado por el Departamento del Tesoro de los Estados Unidos en 2014 por “ayudar a Hezbolá a adquirir UAV (vehículos aéreos no tripulados)”.

Además, el reporteo denunció que un grupo de diputados de Hezbolá en el Parlamento libanés ayudó a los miembros de la red.


Fuente:infobae.com