SHMULEY BOTEACH
Pero tal vez la mayor mancha en el legado de Obama será la masacre de Siria y cómo nuestro presidente vio morir a cientos de miles de árabes inocentes y no hizo absolutamente nada

SILVIA SCHNESSEL PARA AGENCIA DE NOTICIAS ENLACE JUDÍO MÉXICO – Mientras el presidente Obama se acerca al final de su presidencia, está disfrutando especialmente de una política exterior que, tal como él lo ve, evitó la intervención de Estados Unidos en el exterior. Sí, hubo ese negocio sucio con Libia, pero aparte de eso el presidente siente que su temperamento no emocional, no excitable – su capacidad de no inmutarse en ninguna tormenta – le permitió soportar la presión de usar la fuerza en Siria o tener tropas estadounidenses en Irak o Afganistán para mantener la paz. El presidente lo expresó mejor cuando habló en West Point y dijo que la esencia de su política exterior es “no hacer estupideces”.

Pero luego vino la sorpresa de Brexit, el vuelco de los sueños preciados del presidente de un mundo multicultural multiétnico. Ni se dio cuenta de que no haciendo nada en Siria y creando la mayor crisis humanitaria de nuestro tiempo, sus acciones conducirían indirectamente a la votación de Gran Bretaña para salir de la UE, un golpe catastrófico a la noción de un mundo sin fronteras.

¿Por qué votó Gran Bretaña salir de la UE? Sobre todo por el tema de los inmigrantes. Sí, existe la pesadilla del infierno regulador de la UE, y sí, hay quienes simplemente querían que el Reino Unido recuperara su independencia. Pero el problema fundamental fue la inmigración, principalmente de Europa del Este y Oriente Medio.

La canciller alemana, Angela Merkel, introdujo un millón de refugiados sirios. Eso fue virtuoso, pero no había ninguna posibilidad de que fueran examinados, y con los ataques terroristas en París y Bruselas, los europeos y británicos estaban preocupados.

Muchos describieron esto como racista. Tal vez lo fue; yo mismo he escrito que Estados Unidos debe aceptar refugiados sirios cuyas vidas están amenazadas, aunque después de hacer esfuerzos para investigarlos.

Pero fue el presidente Obama el que permitió que se desarrollara la más grande de todas las crisis humanitarias. Si hubiera tomado medidas en Siria, si hubiera creado al menos una zona de exclusión aérea para detener la masacre indiscriminada de más de 250.000 árabes inocentes, millones no se habrían visto obligados a abandonar sus hogares.

Hay dos tipos de pecado en el mundo: los pecados de comisión y los pecados de omisión.

Las cosas malas que hacemos y las cosas buenas que no hacemos.

obama en cuba
Presidente Obama en la Plaza de la Revolución durante visita a Cuba.

El presidente Obama no quiere hacer estupideces. No quería cometer los mismos errores, como él los vio, de George W. Bush. Pero por exagerar las lecciones de Irak y Afganistán es culpable de grandes pecados de omisión, que permitieron que el genocidio de los yazidis y los inicios de genocidio en Siria se desplegaran durante su administración.

Todos debemos tratar de no hacer cosas estúpidas. Pero igualmente debemos tener cuidado de no dejar de hacer cosas buenas.

Qué irónico que temiendo cometer un terrible error por la intervención de Estados Unidos, el presidente Obama permitió el desplazamiento de millones de personas que buscaban seguridad en otros lugares.

Los países morales siempre deben hacer lo posible por acoger a los refugiados, pero deben hacer aún más para evitar que se conviertan en refugiados en primer lugar.

Si bien es cierto que el presidente Bush calculó mal el número de tropas que necesitaba para invadir y conservar Irak, no es menos cierto que el presidente Obama hizo un error catastrófico no haciendo absolutamente nada en Siria.

No era necesario enviar tropas a Siria.

EE.UU. podía haber apoyado a las tropas rebeldes moderadas antes de que el Estado Islámico (ISIS) comenzara a conquistar grandes franjas del país y después que el presidente sirio Bashar Assad utilizara gas venenoso en los niños, algo que el propio presidente había prometido.

El pecado del presidente Obama puede ser el mayor de los dos. Él tenía mucha más popularidad internacional que el presidente Bush y pudo haber reunido una coalición internacional que tomara medidas para detener la masacre en masa en Siria. Pero viendo el poder estadounidense como fundamentalmente perturbador, y viendo la intervención militar como un atolladero, el presidente permitió que millones perdieran sus hogares y buscaran refugio en Europa, provocando el tipo de reacción que estamos presenciando en Europa en general y Gran Bretaña en particular.

Que quede claro: No justifico la intolerancia ni la xenofobia de ninguna índole y he hablado públicamente contra cualquier intento de prohibir a los musulmanes entrar en EE.UU., un acto que fundamentalmente violaría los valores y principios estadounidenses básicos. Pero de la misma manera comprendo que el sentimiento de una migración masiva de pueblos que puede contener terroristas de ISIS es algo que será rechazado por la mayoría de las naciones, que legítimamente exigirán que haya la más básica investigación de antecedentes.

He escrito antes que la política exterior del presidente Obama está fatalmente viciada por la aparente ausencia del presidente de odio al mal. Una cosa es volver a abrir relaciones diplomáticas con Cuba. Otra cosa es comer perritos calientes en un partido de béisbol con el dictador Raúl Castro. Una cosa es negociar un acuerdo catastrófico con Irán para permitir que el régimen terrorista sea una potencia nuclear. Otra cosa muy distinta es inclinar el poder en Medio Oriente hacia el dominio de Irán, como ha revelado el principal asesor de Obama Ben Rhodes que era la intención del presidente desde el principio.

Pero tal vez la mayor mancha en el legado de Obama será la masacre de Siria y cómo nuestro presidente observó a cientos de miles de árabes inocentes morir, incluido un número incalculable de niños, y no hizo absolutamente nada.

Ciertamente estupideces.

El autor, a quien The Washington Post llama “el más famoso rabino en América” es el director ejecutivo de la World Values Network, que promueve valores universales en la política y la cultura, y es el autor internacional de los 30 libros más vendidos, incluido el próximo, Manual de guerreros de Israel.

Fuente: The Jerusalem Post – Traducción: Silvia Schnessel – Reproducción autorizada con la mención: ©EnlaceJudíoMéxico