EVELYN GORDON

En un artículo del Jerusalem Post del lunes, el historiador Efraim Karsh planteó una idea que he planteado muchas veces antes: Contrariamente a la noción popular de que la “ocupación” de Israel incita al terror palestino, los números prueban indiscutiblemente que el terror se incrementa cada vez que los palestinos obtienen control de territorio y baja cada vez que Israel reafirma el control.

De hecho, Karsh dijo que el promedio anual de muertes de Israel por el terror posterior a Oslo (remontándose a 1993) es aproximadamente el triple. Pero aunque él cita correctamente la ausencia del ejército de Israel como una razón principal para este incremento, otro factor no es menos importante: Dándole control a la Autoridad Palestina sobre las escuelas, Israel le permitió dar inicio a una campaña de educación de odio que ha impulsado significativamente la motivación para el terror contra Israel.

Antes de discutir lo que conlleva esta educación, consideren dos demostraciones de su eficacia. Un sondeo del verano pasado del Fikra Forum comparando las actitudes de los palestinos de Jerusalem Oriental, quienes no están bajo el control civil palestino, con las de aquellos en la Margen Occidental y Gaza, que lo están. Encontró que los residentes de Jerusalem eran en su gran mayoría más moderados.

Una mayoría (62%) piensa que Israel existirá aún, ya sea como un estado judío o uno binacional, en 30 o 40 años, comparado con apenas el 47% de los cisjordanos y el 42% de los gazatíes que lo piensan. El 30% de los palestinos de Jerusalem Oriental, contra un 18% de cisjordanos, dice que hubo reinos y templos judíos en Jerusalem en tiempos antiguos.

Un asombroso 70% dice que aceptaría la fórmula de “dos estados para dos pueblos: el pueblo palestino y el pueblo judío. “En la Margen Occidental, la cifra comparable es 56%; en Gaza, 44%. Un igualmente notable 40% en Jerusalem Oriental dice que “los judíos tienen algunos derechos a la tierra junto con los palestinos” – contra apenas el 13% en la Margen Occidental o el 11% en Gaza. Y con respecto a la propia Jerusalem, sólo el 23% de sus residentes palestinos insiste en la soberanía palestina sobre la ciudad entera – apenas la mitad del porcentaje con esa opinión ya sea en la Margen Occidental o Gaza.

La segunda es una entrevista con el Times of Israel por parte del ex periodista del New York Times, David Shipler, quien publicó hace poco una versión revisada de su libro ganador del Premio Pulitzer sobre el conflicto israelí-palestino. Cuando se le preguntó qué había cambiado en los 30 años desde que fue publicado originalmente “Árabe y Judío: Espíritus Heridos en una Tierra Prometida”, Shipler dijo que el cambio más grande fue la forma en que se han endurecido las posiciones y visiones palestinas de Israel.

“Tierra por paz parecía una idea posible y legítima por entonces. La mayoría de los palestinos en la Margen Occidental y Gaza con los que hablé regresaron en la historia a 1967. Ellos querían retrasar el reloj por medio de una retirada israelí de los territorios conquistados en la Guerra de los Seis Días”, dijo Shipler.

“Pero al hablar a la gente ahora, comprendí que el marco de tiempo para los palestinos se ha vuelto 1948. Siempre se ha tratado de agravios históricos y un choque de narrativas nacionales, pero ahora hay distorsiones más serias de la historia, especialmente del lado palestino. Ahora los israelíes son vistos sólo como colonizadores. No hay reconocimiento de la historia judía en la Tierra de Israel, del Holocausto, y las razones verdaderas para la creación de Israel”, continuó.

Shipler también advirtió que tres décadas después, hay menos—si es que alguna—luz natural entre las opiniones expresadas de los palestinos individuales y la línea oficial del liderazgo palestino.

“Las conversaciones que tuve con los palestinos esta vez fueron más militantes y menos matizadas que a principios de la década de 1980″, dijo.

La conclusión es que, después de más de dos décadas de adoctrinamiento de la AP, los palestinos que han estado viviendo bajo el control civil palestino son mucho más anti-Israel y están menos dispuestos a comprometerse que lo que estaban en 1986, y también que sus pares que pasaron esas décadas bajo control civil israelí. Tampoco eso es sorprendente cuando examinas lo que la AP enseña a sus niños.

A principios de este mes, IMPACT-SE publicó su último estudio de los manuales de texto palestinos. Entre otros, encontró, que los mapas omiten por lo general a Israel, e incluso la Israel anterior a 1967 es nombrada como una tierra bajo “ocupación” israelí.” La historia judía en la Tierra Santa no es meramente ignorada, sino borrada en forma activa: En un ejemplo notorio, el Jerusalem Post informó, “las letras hebreas son quitadas de una estampilla trilingüe del período del Mandato Inglés.” Algunos libros incluso promueven en forma activa la yihad, como esta oración de un texto de octavo grado: “Oh hermano, los opresores han excedido todos los límites y son necesarios la yihad y el sacrificio.”

El año pasado, Palestinian Media Watch publicó su propio estudio de la educación de odio palestina, el cual destacaba que al menos 25 escuelas son nombradas como terroristas palestinos, a quienes los estudiantes son alentados activamente a ver como ejemplos a seguir. En una película mostrada en la televisión oficial de la AP, por ejemplo, un estudiante en una escuela nombrada como Dalal Mughrabi–perpetradora del ataque terrorista más letal en la historia de Israel–dijo que la ambición de su vida “es llegar al nivel que alcanzó la combatiente mártir Dahlal Mughrabi,” informó el Jerusalem Post.

Otro clip noticioso televisado en la AP mostraba a un niño diciendo que aprendió en la escuela a “combatir a los judíos, matarlos y derrotarlos”, y otro dijo a los niños que los judíos son “Satán con una cola.”

El informe también contiene capítulos sobre incitación en los libros de texto palestinos, materiales educativos glorificando a Hitler, y la política de la AP de bloquear las actividades conjuntas de creación de paz entre los niños palestinos e israelíes.

Además, lo que los niños aprenden en la escuela es reforzado por incitación incesante por parte de funcionarios de la AP y los medios de comunicación controlados por la AP. Solamente esta semana, por ejemplo, el Ministerio del Exterior de la AP acusó a un rabino israelí inexistente de instar a sus seguidores a envenenar las fuentes palestinas, un libelo que repitió el presidente de la AP, Mahmoud Abbas, en su discurso ante el Parlamento Europeo el jueves. También esta semana, la estación oficial de televisión de la AP transmitió un programa de Ramadán diciendo a los espectadores que Nazaret, Haifa, Jaffa, y Aco–todas ciudades en la Israel anterior a 1967–son parte de “la santa Palestina que es un waqf . Por lo tanto está prohibido renunciar a un sólo grano de su suelo.” La semana pasada, el ministro de educación de la AP visitó una escuela para “honrar” al “mártir” que asesinó a una mujer policía israelí en febrero.

Y todo lo antes mencionado es de la AP “moderada.” En la Gaza controlada por Hamas, la incitación es peor aún.

Empeorando el problema está que el aumento en el terror posterior a Oslo creó un círculo vicioso: Para protegerse, Israel recortó el acceso palestino a su territorio; por consiguiente, la mayoría de los palestinos hoy sabe menos sobre Israel que hace 30 años, cuando muchos trabajaban o iban de visita allí. Ellos ya no tienen experiencia personal con la que contrarrestar lo que les enseña la AP y Hamas.

Al ceder territorio a una organización terrorista impenitente, los Acuerdos de Oslo permitieron que una generación entera sea criada con una dieta continua de odio a Israel. Y al hacerlo, ellos hirieron de muerte a la misma solución de dos estados que buscaban promover.

Fuente: Commentary
Traducido por Marcela Lubczanski para Enlace Judío México