Un movimiento de aficionadas iraníes llamado Open Stadiums busca terminar con la discriminación en las competencias internacionales.

AGENCIA DE NOTICIAS ENLACE JUDÍO MÉXICO

Cada evento deportivo disputado en Irán se transforma en una ofensa para las mujeres, quienes son excluidas de las competencias locales e internacionales, a las que sólo pueden asistir los hombres, como dictan las estrictas normas islámicas.

En 2012, a la exclusión que pesaba sobre las mujeres para asistir a partidos de fútbol se sumó la de vóley. La Federación Internacional de Vóley (FIVB) presionó al régimen de los ayatollahs para que hiciera concesiones a las mujeres, particularmente en una época en que los equipos nacionales vienen acumulando buenos desempeños –se clasificaron a los Juegos Olímpicos de Río–, pero todavía surgen hechos que demuestran que nada ha cambiado.

Si bien el pasado viernes 1 de julio, en el Estadio Azadi, en Teherán, hubo un grupo reducido de mujeres –no está claro si eran invitadas y personalidades públicas o público general–, dos días más tarde, en el partido entre la Argentina e Irán por la Liga Mundial de Vóley, nuevamente hubo ausencia de público femenino en las gradas.

Las autoridades de la FIVB habían anunciado su compromiso para que las mujeres estuvieran autorizadas a asistir al torneo, pero numerosas aficionadas iraníes señalaron que a pesar de reiterados intentos, no pudieron comprar sus entradas.

“Honestamente, cuando leí el comunicado dije: ‘Si la FIVB fuera Pinocho, su nariz iría desde Lausana hasta Teherán’. ¿Por qué mienten tanto?”, comentó una mujer iraní de 32 años que representa al grupo Open Stadiums, un movimiento que buscan terminar con la exclusión. Ella no brindó su nombre por miedo a las represalias.

Seguramente temió correr la misma suerte que Ghoncheh Ghavami, una estudiante británica-iraní que se convirtió en el primer caso emblemático por pasar más de 100 días en prisión por intentar asistir a un partido masculino de vóley en Azadi, disputado en junio de 2014.

Ghoncheh Ghavami, una estudiante británica-iraní, pasó más de 100 días en prisión por intentar asistir a un partido de vóley en Azadi Ghoncheh Ghavami, una estudiante británica-iraní, pasó más de 100 días en prisión por intentar asistir a un partido de vóley en Azadi

Al respecto, el director del Consejo del Seminario Islámico en Teherán, el ayatollah Ali Akbar Rashad, explicó que dadas las condiciones físicas y morales impropias de los estadios, la presencia de las mujeres en la arena deportiva no es del interés de la sociedad.

La polémica está instalada a nivel mundial y pone en jaque la realización de eventos deportivos en este país. La titular de la Federación de Vóley de Estados Unidos, Lori Okimura, sostiene que organizar competencias en Irán es avalar la prohibición: “Al continuar adjudicando a Irán los eventos de vóley internacional, se envía el mensaje, alto y claro, de que la discriminación de género es aceptada por la FIVB y sus 221 federaciones miembros”.

Fuente:cciu.org.uy