La comunidad judía argentina se reunió hoy a las puertas de la reconstruida mutualista AMIA, 22 años después de que un atentado acabara con la vida de 85 personas, para denunciar la “impunidad” en torno a esta “herida abierta” y recordar al fallecido fiscal Alberto Nisman, que estuvo a cargo de la causa.

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Unas 600 personas se congregaron frente a la sede de la Asociación de Mutuales Israelitas Argentinas (AMIA) en el barrio de Once de Buenos Aires bajo el lema “La memoria nos une” en un acto al que acudieron familiares de víctimas, representantes de la comunidad judía y autoridades políticas nacionales y locales, entre otros.

A las 09.53 hora local (12.53 GMT), la hora exacta a la que en ese mismo lugar estalló la bomba el 18 de julio de 1994, sonó una sirena como homenaje “a esa sangre inútilmente derramada”, tal y como declaró la periodista y presentadora del evento, Débora Plager, antes de pedir un minuto de silencio por los fallecidos y los más de 300 heridos que dejó el suceso.

“Las heridas que no cierran siguen doliendo. Las heridas que permanecen abiertas son una vergüenza para la sociedad argentina”, dijo a Efe durante el acto el miembro de la Delegación de Asociaciones Israelitas Argentinas (DAIA, brazo político de la comunidad judía local), Julio Schlosser.

El ataque terrorista a la AMIA fue el segundo contra la comunidad judía del país, después de que 29 personas murieran en 1992 al explotar una bomba frente a la embajada de Israel, también en la capital argentina.

Para Schlosser, desde aquel fatídico 18 de julio han pasado 22 años de “constante lucha” contra la “corrupción” y la “complicidad” por parte de células terroristas y de las propias autoridades.

“Todo esto creó un cóctel de impunidad que duele”, aseveró antes de celebrar la presencia del presidente Mauricio Macri, quien previo al acto central realizó una ofrenda floral acompañado por algunos miembros de su Ejecutivo.

Es la primera vez que un jefe de Estado argentino acude al homenaje a las víctimas desde 2011, el último año en el que estuvo presente la exmandataria Cristina Fernández (2007-2015) debido a la polémica que generó después la firma del memorando de entendimiento con Irán para intentar esclarecer el ataque, cuya planificación y ejecución se atribuyen al grupo terrorista Hizbulá.

El acuerdo fue ratificado en 2013 pero en mayo de 2014, a petición de la AMIA y de la DAIA, un tribunal declaró su inconstitucionalidad, decisión que fue apelada por el Gobierno de Fernández pero no por el de Macri, por lo que finalmente quedó sin efecto en diciembre pasado.

El integrante de la DAIA afirmó a Efe que la visita del jefe del Ejecutivo es algo “muy premonitorio” de que para su Gobierno la causa AMIA es “una cuestión de Estado” pero advirtió que la comunidad judía seguirá “esperando” por que se haga justicia.

Durante su discurso, Plager también se dirigió a Macri para decirle que los ciudadanos saben que tiene la “responsabilidad” de conducir a Argentina a un destino en que “la impunidad no le gane a la verdad.”

Los asistentes portaron carteles con las caras y nombres de las 85 víctimas fatales que dejó el suceso y por quienes, además, encendieron una vela y colocaron una rosa para que “no mueran dos veces: una por la bomba y otra por el olvido y la indiferencia”, apuntó la periodista.

Este gesto se repitió en recuerdo de Nisman, quien durante una década fue el fiscal especial de la causa hasta su muerte el 18 de enero de 2015, cuando fue hallado con un disparo en la sien cuatro días después de acusar a Fernández por supuesto encubrimiento de los iraníes señalados como responsables del atentado.

En su denuncia, que la Justicia acabó desestimando, el fiscal se basaba en el acuerdo suscrito entre Argentina e Irán y que, a su juicio, buscaba encubrir a los sospechosos a cambio de impulsar el intercambio comercial de granos argentinos por petróleo de Irán.

En el homenaje, al que también asistió Sara Garfunkel, la madre de Nisman, el vicepresidente de la AMIA, Ralph Thomas Saieg, calificó como “una vergüenza” que la justicia todavía no haya sido capaz de “ofrecer una respuesta” sobre un hecho “tan grave”.

Por otro lado, aseguró que bajo diferentes denominaciones, “el extremismo sigue desangrando día a día numerosos países de todo el mundo”.

Sofía Guterman -madre de Andrea, fallecida en el atentado con 28 años- denunció durante su intervención en el acto ese terrorismo “que une a dios con el odio y se ufana del pánico que siembra” a cargo de “fanáticos, con turbante o sin él” antes de enviar su solidaridad a las familias de los fallecidos durante el ataque de un camión en Niza, Francia, la semana pasada.

Guterman declaró que las hojas de los archivos de la causa AMIA están “contaminadas” y con “olor a viejo” y criticó que ningún Gobierno haya logrado esclarecer lo ocurrido.

“Hace 22 años que están muertos y sus verdugos están libres”, sentenció en referencia a las víctimas.

Fuente: Terra