Al parecer, el joven habría preparado el tiroteo días antes en Facebook, haciendo un llamamiento a que acudieran a la hamburguesería del centro comercial con el reclamo de que “la tarde no saldría demasiado cara”. Un extremo que la investigación trata de confirmar.

SILVIA SCHNESSEL PARA AGENCIA DE NOTICIAS ENLACE JUDÍO MÉXICO – Según datos ofrecidos por la Policía y la Fiscalía de Múnich, el joven vivía con sus padres, un taxista iraní y una dependienta, y su hermano en un quinto piso en el humilde barrio muniqués de Maxvorstadt. Estudiaba en el mismo barrio, aunque la policía ha preferido no revelar el nombre del centro, y nadie sospechaba que pudiera llevar a cabo un crimen de esta naturaleza.

Su identidad ha sido revelada por varios medios alemanes, durante su ataque mató a nueve personas, seis de ellas adolescentes de entre 14 y 20 años, y después de convertir a Múnich en un fortín de miedo y pánico, caminó un kilómetro y junto a unos árboles se suicidó de un disparo.

Ali David Sonboly era un joven de 18 años, nacido en Múnich, residente allí, estudiante en la capital bávara que el 21 de julio de 2016 cogió una 9 mm comprada en el mercado negro, se acercó al McDonald’s del centro comercial de Olympia con una mochila cargada con 300 balas y comenzó a disparar indiscriminadamente contra todos los transeúntes que pasaban junto a él. Después entró en el centro comercial y siguió con la matanza.

“Creo que hay una vinculación con la matanza de Utoya, de verdad lo pienso”, ha sentenciado Andrä.

El propio jefe de la Policía de Múnich, Hubertus Andrä ha señalado las coincidencias con el crimen de Ali: “no sólo coincide su interés por estos actos de locura, sino la fecha de la matanza (la de Utoya fue el 22 de julio de 2016) y la edad de las víctimas”.

Del primero, según ha explicado el fiscal, Ali poseía abundantes datos. La matanza fue cometida por Tim Kretschmer, un joven de 17 años, que en 2009 irrumpió fuertemente armado en una escuela secundaria de Alberville, situada en la localidad alemana de Winnenden, matando a 15 personas. Kretschmer acabó suicidándose tras ser rodeado por la Policía.

Sus padres, “destrozados”, no han podido declarar todavía, pero “son conscientes del crimen cometido por su hijo”. Un crimen que las autoridades alemanas vinculan con un ataque en solitario y lo relacionan con dos matanzas muy similares a la suya: la de Winnenden y la de Utoya, llevada a cabo por Anders Breivik.

La Policía de Múnich en el tiroteo del maniaco depresivo solitario Ali David Sonboly obsesionado con tiroteos | Daily Mail Online
La Policía de Múnich en el tiroteo del maniaco depresivo solitario Ali David Sonboly obsesionado con tiroteos | Daily Mail Online

Varios medios extranjeros apuntan a que detrás del ataque está “la venganza”. Según el diario alemán ‘Bild’ y el británico ‘Daily Star’, Ali llevaba años sufriendo el acoso de sus compañeros y el tiroteo fue su forma de vengarse. La Policía no ha querido informar “sobre especulaciones”.

Un síndrome, definido en 1972, que consiste en una súbita y espontánea explosión de rabia salvaje, que provoca que la persona afectada corra armada y mate indiscriminadamente a las personas que se le crucen. Según los expertos el ataque va precedido de preocupación, pesadumbre y depresión moderada, como la que probablemente sufría Ali.

Los investigadores no han encontrado ningún indicio de que Ali estuviera vinculado al Estado Islámico, pero sí han hallado abundante material que demuestra su interés por las conocidas como matanzas en solitario. En su habitación, Ali coleccionaba recortes de periódico de las actuaciones policiales en casos de este tipo. En la mochila que utilizó en el tiroteo hallaron el libro ‘Amok, por qué matan los estudiantes’, que trata el conocido síndrome de Amok y su relación con los ataques de estudiantes.

De hecho, la policía alemana intenta verificar un vídeo, emitido por el canal alemán NTV, en el que el joven dice que “estuve hospitalizado por problemas psiquiátricos” y a continuación grita: “Soy alemán, nací en Alemania”.

El registro realizado en su casa tras su suicidio ha revelado el oscuro universo de Ali. Aunque todavía falta la confirmación oficial, los investigadores tienen constancia de que el adolescente se encontraba en tratamiento psiquiátrico por un trastorno “depresivo”.

Vecinos que le conocían, de hecho, explicaron que era un chico tímido, callado e introvertido que en ocasiones trabajaba como repartidor de periódicos para ganar algo de dinero.

Fuente: El Mundo – Reproducción autorizada con la mención: ©EnlaceJudíoMéxico