No cabe ninguna duda que la fantástica historia del pueblo de Israel nos brinda innumerables lecciones y reflexiones. Pero esto no es todo. El judaísmo tiene su manera propia de estudiar historia.

AGENCIA DE NOTICIAS ENLACE JUDÍO MÉXICO

Si creemos que D´s existe y Su providencia rige la historia de las naciones, entonces conocer los hechos, personajes y fechas, aún dentro del contexto geo-político de su época, no es suficiente, debemos buscar algo más. En las próximas líneas presentamos como el judaísmo transforma el estudio de la historia en una poderosa herramienta para el crecimiento personal.

En las universidades en general e incluso en muchos marcos judíos, el estudio del pasado tiene por objetivo aprender de los errores de nuestros ancestros a fin de que podamos evitarlos en el presente. Según esta filosofía, el pasado debe servirnos como un libro que pasadofue escrito con la sangre de quien lo escribió, y aquél que no lo lee está destinado a escribir un capitulo más del mismo triste cuento. Es común, por ejemplo, oír que hay que estudiar los temas del holocausto, para que tal tragedia no se repita.

El objetivo del historiador de esta escuela es entender el pasado a partir del punto de vista de quien está fuera de las situaciones analizadas. Es como si existieran dos dimensiones totalmente distintas, la dimensión del pasado y la del presente.

En contrapartida, para el judaísmo el estudio del pasado tiene por objetivo darnos las herramientas para un profundo análisis del presente. Según esta filosofía, ya que sufrimos hoy de los mismos males que ocurrieron originalmente en el pasado, el presente y el pasado se mezclan entre sí. Nosotros miramos al pasado de un punto de pasado-futurovista transcendental en relación al tiempo, analizando los factores comunes entre nuestra realidad y la pasada. No estudiamos hechos históricos, sino que los motivos “meta-históricos” que ocasionaran tales hechos y que persisten en el presente.

Según esta perspectiva, no hay dos dimensiones, sino que una sola dimensión que nos une al pasado, haciéndonos ver nuestras vidas, del punto de vista metafísico y humano, como una repetición del pasado no más que en otro escenario. Cambian las circunstancias, pero no los valores involucrados. A pesar del increíble desarrollo tecnológico, el ser humano no ha evolucionado en términos de su esencia. Es decir, los mismos dilemas morales y éticos si repiten en diferentes épocas y en diferentes lugares.

En este sentido el estudio de la historia tiene el propósito de reflejar nuestra propia realidad en otros personajes y otro escenario, permitiéndonos analizarnos a nosotros mismos de una forma más objetiva.

Cuando estudiamos historia de esta forma, es más fácil identificarnos con determinado personaje, pues de hecho vemos a nosotros mismos, reflejados en él. Esto nos motiva a crecer pues vemos que una persona común y corriente como nosotros, pudo superarse hasta llegar a cambiar el mundo. Vemos personal reales, con sus virtudes y defectos, así como somos nosotros.

En distintos lugares del Talmud y de los Midrashim, nuestros sabios, con su profunda perspectiva histórica y con la belleza de su lenguaje metafórico nos trazan el camino para progresar como sociedad y como individuos, llevándonos al crecimiento y perfeccionamiento ético-personal.

Fuente:centrokehila.org