GISSELLE JARA

Es verano y el sol oriental tiñe la piel de cientas de personas de un dorado áureo. El clima caluroso de Israel combinado con la brisa marina, que llega desde la costa del Mar Mediterráneo, convierte a este país en un destino de playa y turismo de alto nivel que se debe visitar al menos una vez en la vida.

Israel como destino turístico ofrece algo muy especial a los visitantes, muy difícil de encontrar en los lugares convencionales que vemos en los avisos de viajes: el contraste mágico entre el génesis bíblico y la modernidad occidental de sus puntos de entretenimiento.

Los extranjeros descubren en las ciudades israelíes monumentos históricos mencionados en escritos milenarios mientras disfrutan de una hotelería de lujo, exquisita gastronomía, transportes accesibles y tecnología de punta, todo pensado para el máximo confort de la estadía.

Playas paradisíacas en la costa oriental mediterránea

Tel Aviv es la segunda ciudad de mayor importancia en Israel donde conviven habitantes provenientes de todas partes del mundo en busca de una ciudad moderna y entretenida; las embajadas y oficinas públicas también tienen sus sedes allí. Es moderna, frenética, cosmopolita y con fuerte influencia europea; está repleta de restaurantes, bares y lugares de esparcimiento al aire libre. Es muy segura, la gente camina despreocupada por sus calles y el nivel de delincuencia es tan bajo que llevar objetos de valor no supone ningún inconveniente.

Los turistas pueden disfrutar de una Tel Aviv muy occidentalizada que ofrece todo tipo de servicios las 24 horas. Durante el día, uno puede recorrer la costanera con sus fantásticas playas de arenas blancas, bañadas por las diáfanas y salinas aguas que se pierden en el horizonte. El clima es ideal para aquel que disfruta del mar, ya que prácticamente el sol brilla los 365 días del año.

Desde las ventanas de los hoteles, que miran hacia el espejo azul marino, se aprecia el intenso movimiento playero, repleto de bañistas desde muy tempranas horas. Es normal y una obligación, antes del chapuzón salado, esquivar las pelotitas del Matket (deporte muy practicado en Israel, similar al tenis de playa). El clima también invita a ponerse en forma, un circuito de running muy bien diseñado motiva a lucir el bronceado sin prejuicios.

Gastronomía frente al mar

¿Quién no ha soñado alguna vez con un desayuno al estilo imperial frente al mar? Tel Aviv fue pensada para satisfacer este deseo aprovechando al máximo su privilegiado paisaje. En toda la costa se puede encontrar restaurantes que combinan cocina israelí e internacional a cualquier hora.

Una costumbre que no debe sorprendernos, muy común entre los habitantes de este país, es la de desayunar “a lo grande”. La comida de la mañana está compuesta por abundantes platos con pescado crudo, humus (pasta de garbanzo), ensaladas frescas condimentadas con aceite de oliva y diferentes especias, aceitunas de distintos colores y tamaños, tahini (pasta de sésamo), entre otras delicias mediterráneas.

En Alma Bech, al sur de la ciudad, se encuentra Manta Ray, un restaurante donde se puede vivir una experiencia culinaria como la que mencioné, frente al mar. “Nuestro restaurante es un lugar relajado frente a las olas que chocan. La comida es muy buena y nos enfocamos en una cocina creativa del medio oriente donde servimos mariscos frescos y lo hacemos con amor y pasión”, destaca el chef Ronen Skinezis.

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Barrios cool

En el recorrido por la ciudad uno puede visitar los barrios más emblemáticos, divididos por zonas de interés. Por ejemplo, Florencio es un barrio bohemio donde se encuentran las tiendas de moda hipster, entre las que sobresale Trash, una marca de ropas recicladas con mucha onda.

Old Jaffa es otro barrio con mucha historia donde conviven en armonía judíos, cristianos y musulmanes. Allí se encuentra uno de los puertos más antiguos del mundo, conocido además porque fue el lugar desde donde el profeta Jonás se embarcó a Tarsis (Libro de Jonás 1:3).

Los edificios de Old Jaffa tienen una marcada arquitectura arábiga, con pasillos y callejuelas encantadores, los cuales fueron restaurados y convertidos en galerías de arte, teatros, restaurantes, cafés, comercios y tiendas.

Sarona es otro lugar que no se puede dejar de visitar. Se trata de todo un barrio refaccionado y transformado en una ciudadela de compras y entretenimiento. Los fundadores de Sarona pertenecían a una colonia alemana cristiana llamada Templer, quienes fueron expulsados en 1871. Hoy día, las particulares casas de estilo alemán están convertidas en restaurantes y mercados de muy buen gusto.

Tips para el viajero

Los paraguayos no necesitan visa.

La seguridad en el aeropuerto es extrema por lo que se recomienda a los pasajeros responder con tranquilidad las preguntas que son de rutina.

El Aeropuerto Tel Aviv Ben Gurion queda a unos 20 minutos de la ciudad, el costo en taxi puede ser de unos 50 dólares.

La playa está llena de bares. Una cerveza puede costar alrededor de seis dólares.

Los sábados son feriados en Israel, por lo que algunos locales pueden estar cerrados.

Es recomendable llevar dólares y cambiarlos por shekels, la moneda oficial de Israel.

El alquiler de una reposera y sombrilla cuesta alrededor de cinco dólares.

Formas de traslado: trasporte público, tren o taxi.

El idioma oficial es el hebreo, pero la mayoría habla inglés e inclusive un poco de español.

En la mayoría de las ciudades hay wifi gratuito.

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Jerusalén, un capítulo aparte

Cuando hablamos de turismo en Israel es casi imposible separarlo del turismo religioso. Por eso la ciudad de Jerusalén, capital de Israel, debe estar incluida en el tour y se le debe dedicar por lo menos siete días, así nos lo recomienda Benjamín Maich, guía turístico especializado nacido en Uruguay, que vive hace más de 30 años en Israel y que habla español. Es recomendable visitar los lugares con un guía para apreciar mejor los destinos y su historia.

Jerusalén es una ciudad muy bella, con edificios construidos con piedra caliza y con diferentes estilos arquitectónicos que atestiguan las innumerables ocupaciones a la que fue sometida.

Su hotelería asegura al huésped no solo un buen descanso después de largas caminatas por el centro de la ciudad, sino también una experiencia gastronómica enriquecedora. Los vinos israelíes son excelentes y maridan muy bien con pescado, carne, humus y, por supuesto, platos fusionados con corrientes culinarias modernas.

El punto fuerte de esta ciudad se centra en la vieja Jerusalén, donde se reúnen miles de turistas de todo el mundo para revivir las estaciones de la vía dolorosa o vía crucis de Jesús antes de su crucifixión.

El otro punto de visita está ubicado en el Muro de los Lamentos, el lugar más sagrado del judaísmo y en donde los visitantes, creyentes y no creyentes, depositan sus intenciones en las grietas de los muros.

La Cúpula de la Roca o el Domo de la Roca es el monumento islámico situado también en Jerusalén, donde los musulmanes creen que Mahoma ascendió a los cielos para reunirse con Dios. El sitio es considerado sagrado por los musulmanes y un monumento arquitectónico admirable construido entre los años 687 y 691.

Tips para el viajero

Es recomendable cubrirse los hombros y las rodillas en lugares sagrados.

Para ingresar a la vieja Jerusalén es aconsejable entrar por el Portón de Las Flores.

Es aconsejable evitar el uso de túnicas árabes en lugares sagrados judíos.

Los lugares turísticos son gratuitos.

Es casi una obligación regatear en los mercados, en especial el de Mahane Yehuda.

Otras curiosidades

Israel tiene cientos de lugares turísticos además de los ya mencionados anteriormente. Entre ellos figura el Monte Carmelo, los jardines de Bahaí en la ciudad de Haifa (a dos horas de Tel Aviv) y los templos en Nazareth.

A 30 km de Jerusalén se encuentra el Mar Muerto, el lago salado que está ubicado en una depresión a 416,5 metros bajo el nivel del mar. Sus propiedades cosméticas son conocidas en todo el mundo; inclusive Cleopatra ya aprovechaba sus beneficios.

Fuente:lanacion.com.py