Académicos y políticos israelíes alaban el programa de financiamiento de estudios universitarios a veteranos de las FDI que ayudará a cerrar brechas entre ricos y pobres, zonas urbanas y rurales.

ESTI PELED PARA AGENCIA DE NOTICIAS ENLACE JUDÍO MÉXICO – Después de la Segunda Guerra Mundial, unos 16 millones de soldados estadounidenses volvieron a casa en busca de educación, empleo y un lugar para vivir.

A fin de ayudarlos a integrarse a la sociedad civil, el presidente Franklin D. Roosevelt firmó la Ley de Reajuste de los Militares de 1944 conocida como el GI Bill of Rights, que ofrecía beneficios financieros y becas universitarias a veteranos destacados.

Al cabo de una década, más de 2.2 millones de ex militares habían utilizado el GI Bill para obtener una formación profesional. La ley es considerada por los historiadores como un impulso a la economía de Estados Unidos que además contribuyó a la formación de la “gran generación” de veteranos de la Segunda Guerra Mundial.

El lunes, el Jefe del Estado Mayor Gadi Eisenkot dio a conocer su propia versión del GI Bill. Aunque es más modesta que la iniciativa estadounidense, la propuesta de Eisenkot fue rápidamente elogiada por políticos y académicos.

“Es una revolución. La propuesta del jefe del Estado Mayor es un movimiento ético muy importante que mejora las perspectivas de los soldados que viven en la periferia – ciudades y pueblos lejos del centro del país, que históricamente han sufrido de desventajas socioeconómicas,” señaló el profesor Gad Yair del Departamento de Educación de la Universidad Hebrea de Jerusalem.

“Esto continúa la herencia de las FDI como un ejército del pueblo,” añadió.

Según el plan de Eisenkot, veteranos del ejército israelí que comenzaron su servicio después del 1 de julio de 2014, recibirán becas casi totales para estudios académicos o vocacionales.

Pese a que los veteranos procedentes de familias con bajos recursos aún tendrán que solventar costos de vivienda, libros de texto, etc. – el programa al menos elimina algunos obstáculos financieros para un futuro mejor, según Yair.

La “revolución” no pudo haber llegado en un mejor momento, ya que el ingreso a las universidades ha disminuido en los últimos años.

Por ahora, el programa aún sin nombre proporcionará fondos sólo a soldados de combate y “necesitados” que reciben ayuda económica del ejército, pero la intención es ampliar la iniciativa a todos aquellos que terminan su servicio militar, según informes de las FDI.

“En los dos próximos años, extenderemos esta oportunidad a todos los soldados de las FDI que terminan su servicio. Y ese es un proceso que estamos iniciando en este momento,” dijo un portavoz del ejército.

Para Yair, el programa es la iniciativa social más significativa del ejército en casi cuatro décadas.

“Cuando pienso en cuál fue la última iniciativa importante en este aspecto, recuerdo al jefe del Estado Mayor Rafael Eitan quien decía que el ejército se hacía responsable de las poblaciones de la periferia,” comentó.

rafael-eithan3A finales de 1970, Eitan, conocido por el apodo de Raful, inició una serie de programas para ayudar a soldados en desventaja a integrarse en el ejército y, finalmente, en la sociedad israelí.

Los beneficiarios del programa son conocidos como “la juventud de Raful”, (Naarei Raful). Muchos de los proyectos y programas desarrollados en ese entonces siguen funcionando hoy en día.

Casi 40 años después, Eisenkot continúa la tradición de Eitan, agregó Yair. “Este es el mismo tipo de movimiento. Es realmente un paso histórico.”

Los primeros beneficiarios de las nuevas becas fueron liberados del ejército el mes pasado y ya pueden utilizar los fondos en el próximo año académico, dijo un portavoz del ejército.

Los veteranos tienen hasta un máximo de tres años tras su servicio militar para iniciar sus estudios universitarios.

Ya que la beca es válida para soldados que completaron su servicio militar, en el caso de las mujeres que sirven dos años, sólo serán elegibles las jóvenes de familias necesitadas, dijo el portavoz.

Debido al grupo relativamente pequeño de posibles destinatarios, el costo del programa para el próximo año académico será inferior a 100 millones de shekels (30 millones de dólares).

De cara al futuro, se espera que el costo aumente a aproximadamente 230 millones shekels (60 millones de dólares) anuales a partir de julio de 2017, y que llegue a una suma estimada de 500 millones de shekels (130 millones de dólares) al año cuando el programa se extienda a todos los soldados, indicó el ejército.

Los fondos provienen de donaciones hechas a organizaciones como Amigos de las FDI y la Asociación para el Bienestar de los Soldados de Israel.

Fuente: The Times of Israel

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