CNAAN LIPHSHIZ
El comercio y el turismo desde un próspero Israel son tentadores en tiempos de crisis económica, pero un arraigado antisemitismo todavía tiene una fuerte presencia
SILVIA SCHNESSEL PARA AGENCIA DE NOTICIAS ENLACE JUDÍO MÉXICO – Sólo el año pasado, España seguía siendo el bastión indiscutible para el movimiento BDS en Europa.
Unos 50 municipios españoles habían aprobado resoluciones en los últimos años avalando el BDS – un acrónimo del movimiento Boicot, Desinversión y Sanciones contra Israel – más que en ningún otro país europeo.
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Apoyados en el respaldo de una fuerte extrema izquierda, las ramas del movimiento BDS de España fueron capaces de ejercer una presión considerable.
En agosto pasado, activistas del BDS presionaron a los organizadores de un festival de reggae cerca de Barcelona exigiendo que el cantante judío estadounidense Matisyahu firmara una declaración condenando el trato de Israel a los palestinos. Matisyahu, el único artista al que se pidió firmar el documento, vio rechazada su invitación cuando se negó. Luego fue vuelto a invitar a raíz de una protesta internacional por lo que se percibía como una medida anti-semita.
No fue un hecho inusual en un país que en 2015 encabezó el índice de antisemitismo de la Liga Anti-Difamación en Europa Occidental, y donde los judíos suelen ser ligados a Israel – incluso por un legislador catalán que en mayo exigió que el presidente de la comunidad judía de Barcelona será retirado del parlamento del gobierno local por ser “un agente extranjero”.
Pero el viento se ha desplazado al BDS en España, donde el movimiento fue marcado recientemente como discriminatorio en una serie de derrotas legales y creciente resentimiento contra sus militantes que se oponen al comercio con Israel en un momento de crisis económica.
Durante el año pasado, los activistas pro-Israel han obtenido 24 sentencias, dictámenes legales y prohibiciones contra el BDS en España, de acuerdo con ACOM, una organización no lucrativa con sede en Madrid. Gracias a un litigio de su equipo de voluntarios, entre ellos varios abogados, los pasos del BDS han sido derogados, suspendidos o derrotados este año en una docena de municipios españoles.
“El movimiento de BDS en España se establece y funciona de forma sistemática”, dijo el presidente de ACOM, Ángel Mas. “Sin embargo, por primera vez, están encontrando una respuesta que es igua de sistemática”.
El mes pasado en Campezo, una ciudad a 210 millas al norte de Madrid, un ultimátum de ACOM obligó al Ayuntamiento a desechar una resolución aprobada en junio en apoyo del BDS. ACOM amenazó con demandarlos basado en precedentes establecidos este año en los tribunales españoles que fallaron que el BDS es inconstitucional y discriminatorio.
En enero, el Consejo de Estado, máximo órgano consultivo del país en España, emitió un fallo similar, obligando al gobierno a compensar a una universidad israelí de Judea y Samaria por una suma de $ 107.000 por su exclusión por razones políticas de una competición científica patrocinada por el Estado.
Dichas resoluciones son lugar común en la vecina Francia, donde el BDS se incluye entre otras formas de discriminación ilegal contra países o sus ciudadanos en virtud de una ley de 2003 presentada por Pierre Lellouche, un legislador judío. Decenas de activistas del BDS han sido condenados en Francia por incitar al odio o la discriminación basados en la ley Lellouche y otras leyes. El gobernante del Partido Conservador de Gran Bretaña en febrero dijo que aprobaría leyes similares.
Sin embargo, en España, donde un juez en 2009 abrió una investigación por crímenes de guerra contra el difunto primer ministro israelí, Ariel Sharon, el tratamiento judicial tan fuerte del BDS es inesperado y revolucionario, de acuerdo con Yigal Palmor, ex portavoz del Ministerio de Exteriores de Israel, que había servido en España durante la década de 1990 como agregado cultural y portavoz de la embajada.
Palmor dijo que el cambio del BDS coincidió con varios desarrollos en España que fueron bien recibidos por los diplomáticos israelíes y líderes de la comunidad judía. Incluyen la legislación de naturalizar a los judíos sefarditas, el apoyo a la posición de Israel sobre un Estado palestino, la represión de las expresiones de odio antisemita y una gran inversión en la restauración del patrimonio judío.
Palmor atribuye estos cambios a una combinación de factores, incluyendo la adopción gradual de España de las normas europeas sobre el discurso del odio, la mejora del estado de derecho y la elección de un gobierno centrista relativamente estable.
Y luego está el efecto de la crisis financiera. Muchos españoles sienten que su país no puede permitirse el lujo de despreciar a ningún socio – especialmente no un país occidental afluente como Israel. El año pasado, España tenía un 21 por ciento de desempleo y un 45 por ciento entre los trabajadores menores de 25 años.
Los efectos de la crisis financiera sobre las actitudes populares hacia el BDS estuvieron en plena exhibición el mes pasado en la ciudad norteña de Santiago de Compostela. Después que su Ayuntamiento aprobara una resolución no vinculante de apoyo al BDS, la aerolínea nacional de Israel El Al dio por finalizadas las conversaciones sobre la apertura de una conexión directa a la ciudad.
Los políticos locales del conservador Partido Popular de España acusaron al gobierno local, dirigido por un partido de extrema izquierda, de sabotear la industria turística local y puestos de trabajo preciosos.
Israel, cuyo PIB per cápita en 2015 fue 36 por ciento superior al de España $ 25.831, ofrece a España cerca de 350.000 turistas anualmente.
Algunos observadores también ven un incentivo económico en la legislación histórica de España del año pasado de conceder la ciudadanía a los judíos sefarditas con vínculos con España.
Las banderas de Israel y España se ven en la ceremonia de bienvenida al entonces presidente Shimon Peres en Madrid, España el 21 de febrero de 2011. (Amos Ben Gershom / GPO / FLASH90)
Los funcionarios españoles describieron la medida como corregir el error histórico hecho para con los judíos ibéricos durante la Inquisición española – una campaña estatal y respaldada por la iglesia de la persecución que se inició en 1492 y no fue abolida hasta 1834. Durante ese período, cientos de miles de judíos huyeron de España y muchos otros se convirtieron en cristianos bajo coacción.
Al menos 4.500 de sus descendientes se convirtieron en ciudadanos españoles en virtud de la legislación en un proceso que generó millones de euros en ingresos para los notarios españoles, las oficinas gubernamentales y los profesores de idiomas. La legislación coincidió con varias iniciativas españolas para atraer a residentes ricos del extranjero, así como turistas.
En 2014, el Congreso de España aprobó una moción de apoyo acondicionado no vinculante para un Estado palestino en las negociaciones directas entre ambas partes. La moción fue considerada una victoria diplomática para Israel y sus partidarios, sobre todo después que los Parlamentos de Gran Bretaña, Francia y otros países europeos comprometieron apoyo incondicional a Palestina.
Hasta hace poco, el poder judicial en gran medida independiente de España estaba sujeta a la presión de los partidarios del BDS, señaló Ramón Pérez-Maura, periodista del diario ABC de España.
“El problema era la presión y la intimidación de los jueces por los grupos de presión con tradiciones anarquistas y tácticas violentas”, dijo a JTA. “Ha habido una campaña contra este tipo de vandalismo y esto ha facultado al poder judicial, no sólo respecto a Israel”.
Los representantes del movimiento BDS en España no respondieron a las solicitudes de JTA para una entrevista. Sin embargo, una campaña lanzada en su página web en abril mostró que están sintiendo el calor.
En una petición titulada “dejar de criminalizar al BDS”, afirmaron que “los activistas de la lucha no violenta [contra Israel] están bajo amenaza”. Instaron a la Comisión Europea de aplicar en España “directrices de derechos humanos que garantizan la libertad de expresión y el derecho a boicotear”.
Aunque España se ha modernizado considerablemente desde la caída en 1975 del régimen dictatorial de Francisco Franco, “sigue arrastrando una década o dos atrasos en muchas áreas” en comparación con otros países de Europa occidental, dijo Palmor. Muchos españoles muestran un fuerte sentimiento anti-estadounidense – y por proximidad, anti-israelí – y “una visión del mundo de los judíos a veces basada en la imaginería medieval”, dijo.
Con una población judía de tan sólo 45.000, hay “mucha ignorancia sobre los judíos”, dijo Palmor, que se manifiesta en fenómenos que difícilmente se producen en otras partes de Europa Occidental, incluyendo la emisión de soleras antisemitas en la radio pública y casos como el asunto de Matisyahu.
Esas tendencias sugieren por qué Mas del grupo ACOM no celebra sus victorias sobre el BDS por el momento. Él lo llama una lucha contra un rival mucho más grande y más fuerte que su grupo de voluntarios.
“La comunidad judía española es pequeña y está sobrecargada”, dijo. “No es el tipo de comunidad que pueda enfrentar fácilmente por tiempo un reto presentado por activistas muy arraigados con financiación extranjera y un punto de apoyo en el gobierno”.
Fuente: The Times of Israel – Traducción: Silvia Schnessel – © EnlaceJudíoMéxico
