La ministra del exterior australiana, Julie Bishop, ha solicitado que sea revelada la verdad acerca de la suerte del héroe del Holocausto, Raoul Wallenberg.

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La ministra australiana del exterior, Julie Bishop, ha solicitado que sea revelada la verdad sobre la suerte del héroe del Holocausto, Raoul Wallenberg, después de la noticia de una iniciativa para persuadir al presidente ruso Vladimir Putin de devolver los restos del primer y único ciudadano honorario de Australia, para que sea enterrado junto a sus padres en Suecia.

Con nuevos detalles de su desaparición en una prisión soviética saliendo a la luz, Bishop describió al diplomático sueco como “un héroe valiente que salvó a tantas personas del régimen nazi asesino”, y agregó que, “Apoyo los esfuerzos para determinar su suerte luego de su arresto en 1945 y deseo a la familia Wallenberg todo el éxito en buscar cerrar el capítulo sobre la vida extraordinaria de Raoul Wallenberg.”

En 1944, en Hungría, Wallenberg emitió visas protectoras que salvaron a decenas de miles de judíos de ser llevadas a Auschwitz. Pero aparentemente, por ser sospechoso de espionaje contra la Unión Soviética, fue visto por última vez en arresto soviético después que su ejército ingresó a Budapest en enero de 1945.

Recientemente fueron publicados los diarios de un prominente funcionario de la KGB – el jefe de la policía secreta, Ivan Serov – descubiertos, según se informa, en los muros de su casa de verano en Moscú que estaba renovando hace cuatro años su bisnieta. En los diarios, Serov, quien murió en 1990, dio aparentemente el relato más claro hasta ahora de la desaparición de Wallenberg.

Información reciente parece indicar que Wallenberg fue ejecutado por inyección letal en la prisión Lubyanka de Moscú en 1947 bajo órdenes que pueden ser atribuidas a Joseph Stalin.

En una carta abierta a Putin, firmada por Eduardo Eurnekian y Baruch Tenembaum, respectivamente el presidente y fundador de la Fundación Internacional Raoul Wallenberg (IRWF) en Nueva York, ambos funcionarios han ofrecido “reunirse con usted y su equipo y coordinar todos los arreglos necesarios para facilitar el retorno a casa de Raoul Wallenberg”.

Sin embargo, el niño sobreviviente, el Profesor Frank Vajda, un aclamado neuro-farmacólogo de Melbourne, cuya vida fue salvada por Wallenberg, es escéptico acerca de la campaña.

Como un niño de nueve años en Budapest en 1944, Vajda y su madre estaban en un grupo de judíos a punto de ser ametrallados por la Cruz Flechada húngara pro-nazi por no llevar la Estrella de David, cuando Wallenberg convenció a sus captores que liberaran al grupo.

Aunque perdió a su familia, Vajda logró llegar a Australia donde ahora dirige el Registro Australiano de Embarazo para mujeres embarazadas con epilepsia.

Vajda ha sido un activista crucial para que Wallenberg fuera designado ciudadano honorario de Australia, y en el año 2013, la entonces primera ministra Julia Gillard confirió la primera ciudadanía honoraria de Australia al enviado sueco, citando su valentía y humanitarismo.

En su autobiografía, “Salvado para Recordar”, Vajda recordó el horror de su niñez. El libro fue publicado en junio por el diputado federal Josh Frydenberg, cuyo distrito electoral Kooyong es el lugar de un sitio recordatorio para el héroe sueco.

Frydenberg dijo a AJN esta semana que los diarios “pueden ser el eslabón perdido en comprender lo que sucedió luego del arresto de Wallenberg por parte de los soviéticos. Sólo es lógico, dado este último acontecimiento, que continúe la búsqueda para encontrar sus restos. Es lo menos que podemos hacer por un hombre cuya valentía moral fue un faro de luz en un período muy oscuro.”

Pero Vajda señaló que dudaba que los restos de Wallenberg fueran repatriados, ya que probablemente haya sido cremado. También es escéptico con respecto a que los diarios de Serov surgieran accidentalmente.

“Lamentablemente esto es el equivalente a desclasificar los expedientes [de Wallenberg], porque ahora conocemos a toda la gente involucrada, sabemos la fecha, el lugar, el método [de su ejecución] y hay muy poco más que vayamos a obtener.

“El hecho que lo hayan divulgado ahora pienso que es un gesto de Putin para librarse de esta historia,” dijo Vajda, “admitir que esto es lo que sucedió sin tener que admitir que tenían los archivos.”

Judi Schiff, de Melbourne – quien, con el comerciante de sellos, el fallecido Max Stern, trabajó exitosamente en favor de la Unidad Raoul Wallenberg de la B´nai B´rith para una emisión australiana de sellos en el año 2010 conmemorando a Wallenberg – dijo: “Raoul Wallenberg ahora es un ciudadano honorario de Australia, Canadá, Estados Unidos, Hungría e Israel. Tal vez los líderes actuales de estas naciones podrían actuar al unísono para presionar a Vladimir Putin para que diga el relato real de lo que sucedió.”

Fuente: Arutz Sheva
Traducido por Marcela Lubczanski para Enlace Judío México