Hace 30 años, la mayoría de los judíos franceses inscribían a sus hijos en escuelas públicas, mientras que hoy sólo un tercio de ellos lo hacen.

ESTI PELED PARA AGENCIA DE NOTICIAS ENLACE JUDÍO MÉXICO – Veinticinco años después de graduarse de un bachillerato público en la capital francesa, Stéphane Tayar recuerda favorablemente su experiencia en uno de los mejores sistemas educativos mundo.

Al igual que para muchos otros judíos franceses de su edad, la educación subvencionada por el Estado fue una buena solución para Tayar, un especialista en computación y comunicaciones de 43 años de edad. Elocuente, pero realista, discute las complejidades de la sociedad francesa mientras lucha por un lugar para su motocicleta en el tráfico brutal, entre maldiciones, amenazas y demás.

“Uno aprende a llevarse bien con todo tipo de personas – musulmanes, cristianos, pobres, ricos,” dijo Tayar al recordar sus años escolares. “Discutes, estudias, te metes en peleas. Es una educación bastante sólida.”

Pero cuando llegó el momento de inscribir a sus propios hijos, Stéphane y su esposa optaron por instituciones judías – parte de una red de decenas de establecimientos privados con el reconocimiento del Estado, enseñanza costosa y asociaciones de estudiantes que se componen casi exclusivamente de judíos.

“Inscribir a un niño judío en una escuela pública era normal cuando yo era niño,” dijo Tayar en una entrevista reciente, mientras esperaba con dos cascos en la mano para recoger a su hija menor de la escuela judía en el este de París. “Hoy en día olvídalo; ya no se puede pensar así. Actualmente, las escuelas públicas son perjudiciales para cualquier niño judío.”

Esta impresión y la creciente religiosidad entre los judíos de Francia ha causado que decenas de miles de jóvenes judíos franceses y belgas abandonen las escuelas públicas. En un momento de tensiones sectarias sin precedentes, estos jóvenes crecen más aislados que las generaciones anteriores.

Hace 30 años, la mayoría de los judíos franceses inscribían a sus hijos en escuelas públicas, mientras que hoy sólo un tercio de ellos lo hacen. Los dos tercios restantes se dividen en partes iguales entre escuelas judías y privadas no judías, incluyendo instituciones católicas y protestantes, explicó Francis Kalifat, presidente del grupo de convergencia CRIF de las comunidades judías de Francia.

El cambio ha sido especialmente dramático en el área de París, que alberga cerca de 350,000 judíos, aproximadamente el 65 por ciento de los judíos de Francia.

“Los judíos de París prácticamente no asisten a escuelas públicas debido a un ambiente de acoso, insultos y agresiones así como el desarrollo del sistema de educación judía.

Mientras que la mayoría de los incidentes antisemitas implican burlas e insultos que no se reportan, algunos casos involucran amenazas de muerte y ataques armados. En un incidente de 2013, varios estudiantes acorralaron a un compañero judío cuando salía de la escuela pública en el oeste de París. Uno de ellos lo llamó “judío sucio” y amenazó con apuñalarlo. Finalmente, un transeúnte intervino y rescató al niño judío.

El aumento del antisemitismo en las escuelas de Francia, señalado por primera vez en un informe interno del Ministerio de Educación en 2004, coincidió con un aumento de incidentes antisemitas en general. Antes de 2000, sólo pocas decenas de incidentes se registraban en Francia. Desde entonces cientos de ellos se reportan anualmente. Muchos de los ataques – y la mayoría de los violentos – son cometidos por personas de origen musulmán, contra judíos o en venganza por las acciones de Israel en lo que se conoce como el “nuevo antisemitismo”.

En 2012, un yihadista mató a tres niños y un rabino en una escuela judía de Toulouse en venganza por las acciones de Israel en Gaza. Desde entonces, las instituciones judías en Europa y en Francia en particular, son protegidas por guardias armados, o por soldados con armas automáticas.

En Bélgica, la Liga Belga Contra el Antisemitismo ha documentado varios incidentes que según los informes, han ahuyentado a los judíos de las escuelas públicas. Algunos culparon a las escuelas belgas de abstenerse de castigar a los alumnos por su comportamiento antisemita.

Recientemente, en una escuela pública fuera de Bruselas, los compañeros de clase de un niño de 12 años lo rociaron con latas de desodorante en la ducha simulando una cámara de gas. La madre del niño dijo que era una broma elaborada que le causó quemaduras por el desodorante.

En abril, otra madre judía dijo que una escuela pública en el próspero barrio de Uccle en Bruselas ignoraba deliberadamente el sistemático abuso antisemita de su hijo con el fin de ocultarlo. Ella lo inscribió en una escuela no judía porque buscaba una educación más amplia para su hijo, pero se vio obligada a trasladarlo a una escuela judía debido al abuso.

Además del antisemitismo entre los alumnos, organismos de vigilancia en Francia y Bélgica observan un creciente número de incidentes relacionados con los profesores – como víctimas o autores de la violencia.

El mes pasado, el Ministerio de Educación en Francia lanzó una investigación de un maestro de preparatoria que compartía con sus estudiantes teorías antisemitas de conspiración en Facebook – incluyendo historias sobre la influencia del lobby judío en Estados Unidos y las raíces judías del presidente francés, Francois Hollande (sin tenerlas).

En 2012, un profesor de un barrio de Lyon dijo que fue obligado a renunciar después de que sus jefes se enteraron de que había sido acosado por sus alumnos. Más tarde, dos adolescentes fueron detenidos cerca de Marsella bajo la sospecha de desencadenar una explosión cerca de un maestro que se había quejado de recibir amenazas antisemitas en la escuela.

Las circunstancias están impulsando a muchos padres judíos franceses a emigrar a Israel. Desde 2012, 20,000 judíos han tomado la iniciativa. Su ausencia ya se está sintiendo en las escuelas judías y en otros ámbitos, señaló Kalifat, debido a que “aquellos que abandonan el país son exactamente las personas que están involucradas en la comunidad judía.”

Algunos de los que se han ido desarrollaron el sistema de educación judía de Francia mucho antes de que el antisemitismo se convirtiese en una realidad cotidiana para los judíos franceses, dijo Kalifat. Hace más de 30 años él inscribió a sus dos hijos en una escuela judía “no por el antisemitismo, que no era un problema en aquel entonces, sino simplemente para darles una educación más judía,” expresó.

Los inmigrantes judíos del norte de África en Francia desempeñaron un papel fundamental en el crecimiento de las escuelas judías hasta el establecimiento de redes de educación judías con decenas de instituciones, comentó Kalifat, un judío, nacido en Argelia y el primer sefardí de África del Norte en ser electo presidente del CRIF.

Al llegar a un país donde una cuarta parte de los judíos fueron asesinados en el Holocausto, los judíos provenientes de las antiguas colonias de Francia fueron más tradicionalistas y religiosos que muchos nacidos en Francia.

“Ellos desarrollaron todos los sectores de la vida judía y las escuelas judías particularmente”, explicó Kalifat.

El esfuerzo ha dado sus frutos de varias maneras. El año pasado, dos escuelas judías fueron clasificadas por la prensa francesa entre las mejores preparatorias de aproximadamente 4,300 escuelas del país: una de ellas es la institución Jabad; la otra forma parte de una Alianza más liberal.

Algunos judíos franceses, entre ellos Yeshaya Dalsace, un rabino conservador de París, dicen que el aumento de las escuelas religiosas ortodoxas y otras instituciones es parte de una tendencia de insularidad que viene a expensas de la apertura en un momento en el que los judíos deberían participar más que nunca en la sociedad francesa.

Pero para Tayar, el crecimiento de las escuelas judías en medio del antisemitismo es un rayo de luz.

“Es trágico que padres como yo no puedan enviar a sus hijos a las escuelas públicas.” dijo. “El único aspecto positivo que puedo ver aquí es que el odio antisemita nos impulsa a hacer el sacrificio económico para formar una generación con un mayor conocimiento del judaísmo.”

Fuente: The Jerusalem Post / JTA

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