ASA FITCH-MARGHERITA STANCATI

El llamado del líder supremo de Irán se produce días antes del inicio del peregrinaje anual hajj a La Meca.

El Líder Supremo de Irán, Ayatola Ali Khamenei, cuestionó la aptitud de Arabia Saudita para supervisar los lugares más santos del Islam y acusó a los gobernantes del reino de asesinato en la letal estampida del peregrinaje hajj del año pasado.

“Debido al comportamiento opresivo de estos gobernantes hacia los invitados de Dios, el mundo del Islam debe reconsiderar fundamentalmente la gestión de los dos lugares santos y la cuestión del hajj,” dijo Khamenei el lunes en un desafío que probablemente empeore las relaciones hostiles entre las dos potencias políticas y religiosas días antes del inicio del hajj de este año a La Meca.

La estampida en el hajj del año pasado dejó a 769 personas muertas, según el gobierno saudí. La Associated Press dijo que el número de muertos fue al menos de 2,426, después de examinar informes de medios estatales y comentarios de funcionarios de países cuyos ciudadanos participaron en el peregrinaje.

En sus comentarios, Khamenei dijo que las autoridades saudíes se comportaron con crueldad deliberada en el desastre en el cual resultaron muertos 461 iraníes.

“Los saudíes, sin corazón y asesinos, encerraron a los heridos con los muertos en contenedores en vez de proporcionar tratamiento médico y ayudarlos o al menos calmar su sed”, dijo él. “Ellos los asesinaron.”

La estampida no fue la única tragedia en arruinar el hajj del año pasado: Días antes de que comenzara, fuertes vientos y lluvias causaron que colapsara una grúa sobre la Gran Mezquita de La Meca, matando a más de 100 personas.

El príncipe heredero saudí, Mohammed bin Nayef, defendió la preparación de su país para el hajj.

Irán anunció en mayo que no participaría en el hajj de este año, diciendo que Riad era culpable por el colapso de las negociaciones sobre acuerdos de viaje para los peregrinos iraníes y la falta de compensación para los parientes de los ciudadanos muertos en la estampida del año pasado.

“Las autoridades de Irán no quieren que vengan los peregrinos iraníes por razones que corresponden a los mismos iraníes como parte de su búsqueda de politizar el hajj”, dijo. “Esto es algo que no aceptamos y no permitiremos que suceda, y nos mantenemos firmes y fuertes contra los que trabajan para perturbar la seguridad en el hajj.”

El príncipe, quien también se desempeña como ministro del interior y preside el comité a cargo de organizar el hajj, hizo sus comentarios después de asistir a un desfile para las fuerzas de seguridad del hajj, según la agencia noticiosa estatal de Arabia Saudita.

Arabia Saudita no hizo declaraciones inmediatas sobre los comentarios de Khamenei, quien ha rechazado repetidamente las acusaciones iraníes de mal manejo del hajj.

El hajj anual de cinco días a La Meca, que se solicita hacer una vez en su vida a todo musulmán sano que puede permitírselo, comienza esta semana.

El rey saudí tiene el título de “Custodio de las Dos Mezquitas Santas,” y su supervisión del hajj y administración de Medina—reverenciada como el lugar de entierro del Profeta Mahoma y la segunda ciudad más santa en el Islam después de La Meca—son fuentes de gran prestigio a lo largo del mundo musulmán.

El reino controla estrictamente la participación en el hajj, emitiendo visas bajo un sistema de cuotas organizado por nacionalidad.

Arabia Saudita es la potencia musulmana suní dominante del Medio Oriente, e Irán su potencia chií líder. En los últimos años, su rivalidad se ha intensificado políticamente, militarmente e ideológicamente a lo largo de la región, y los dos están involucrados en conflictos indirectos en Yemen, Siria e Irak.

Su relación, ya tensa antes de la estampida, cayó en espiral hacia abajo después de esto.

La ejecución en enero por parte del reino del prominente clérigo y activista chií Nemer al-Nemer provocó protestas en los complejos diplomáticos iraníes en Irán. Riad entonces cortó vínculos diplomáticos y comerciales con Irán, y muchos de los aliados suníes del reino degradaron o cortaron sus relaciones con Teherán.

Funcionarios iraníes de bajo rango han cuestionado antes la administración de los lugares santos por parte de Arabia Saudita. Pero la reprimenda de Khamenei, quien tiene la palabra final sobre la mayoría de los temas de Estado en Irán, fue su punto más agudo desde la estampida.

Arabia Saudita ha presentado nuevas medidas de seguridad para el hajj este año, incluidos brazaletes electrónicos para los peregrinos para manejar mejor el flujo de gente junto a la ruta de peregrinaje. Van a ser distribuidos unos 1.5 millón de los brazaletes electrónicos, los cuales están codificados con información de identificación y detalles de contacto relevantes.

El gobierno también ha introducido más cámaras de vigilancia y otra mejor tecnología para control de multitudes, y dijo que aplicaría en forma estricta un calendario para llevar a cabo el rito del hajj. Unas 17,000 fuerzas de seguridad han sido movilizadas para el peregrinaje, dijeron la semana pasada los funcionarios saudíes.

Una ola reciente de ataques por parte de militantes ha aumentado las preocupaciones de seguridad.

En julio, tres bombardeos separados atacaron Arabia Saudita en un solo día, incluida una explosión al lado de la mezquita en Medina donde se dice que está enterrado el profeta.

Fuente: The Wall Street Journal
Traducido por Marcela Lubczanski para Enlace Judío México