El caso de Aaron Driver, el converso musulmán de 24 años muerto por la policía antes que pudiera llevar a cabo un ataque terrorista contra un importante centro urbano, ha enfocado nuevamente la atención pública en las capacidades de Canadá para combatir la radicalización.

SHERYL SAPERIA

Abajo yo ofrezco recomendaciones y destaco algunas dificultades a ser encontradas mientras el Ministro de Seguridad Pública, Ralph Goodale, devela sus planes para el primer centro de contra-radicalización del país, para el cual fueron asignados en el último presupuesto u$s35 millones durante cinco años.

1. Los investigadores han ofrecido una serie de teorías vertiginosas y contradictorias sobre por qué y cómo los individuos se radicalizan. Un nuevo documento de trabajo de la Red Canadiense para Investigación sobre Terrorismo, Seguridad y Sociedad sugiere que los hombres jóvenes en el Norte de América y Europa que se vuelven extremistas violentos son impulsados principalmente por ideas religiosas, y no son necesariamente los que están en los márgenes de la sociedad. Por el contrario, Ahmad Mansour, un respetado israelí-palestino dedicado a contrarrestar el extremismo islámico y antisemitismo, postula que muchos islámicos están usando la religión como un medio para un fin. La tentación real, argumenta, es un avance repentino de la posición acompañado por el sentimiento de pertenencia a un grupo de élite. Si estas dos teorías pueden ser reconciliadas en cierta forma no es la cuestión. El punto es que debido a que no hay un solo camino hacia la radicalización, tampoco hay un único método de radicalización. Será necesario por lo tanto que los programas sean altamente individualizados.

2. El gobierno no puede depender de la contra-radicalización como su técnica de contra-terrorismo única o incluso primordial. Canadá debe usar una combinación de enfoques de “seguridad dura” y “seguridad más blanda”, medidas complementarias dirigidas a impedir o deshacer el proceso de radicalización, dejando impedidos a los que planean ataques terroristas, y respondiendo con duras sanciones penales cuando es necesario.

3. Una de las primeras tareas del centro no sólo debe ser crear un programa de de-radicalización, sino también concordar en cómo identificar a los que necesitan del programa. Driver había llegado a la atención de la Policía Real Montada de Canadá anteriormente pero aparentemente se pensó que había templado sus puntos de vista y no estaba siendo vigilado de cerca. El ex funcionario del Servicio de Inteligencia de Seguridad Canadiense, Phil Gurski, explica que grupos terroristas como el Estado Islámico alientan a sus seguidores a usar el engaño como una táctica; por lo tanto las autoridades deben suponer que los extremistas que pueden afirmar haberse reformado son mentirosos hasta que se pruebe lo contrario.

4. Mi colega en la Fundación para la Defensa de las Democracias, Daveed Gartenstein-Ross, ha hecho hincapié en la necesidad de contra-mensajes mejorados para desafiar el atractivo de los grupos terroristas. El Estado Islámico en particular posee una impresionante maquinaria de propaganda que ha ayudado a inspirar a hasta 31,000 personas de todo el mundo a dejar sus hogares y luchar por la organización. Las campañas de contra-narrativa deben formar parte de las campañas oficiales de de-radicalización de Canadá. Aun cuando no logran persuadir a los partidarios actuales de abandonar la causa, las campañas pueden todavía ser eficaces si sirven a un propósito perjudicial, como obligar a la entidad terrorista a gastar recursos en la refutación.

5. América del Norte debe alcanzar a Europa en su estudio del antisemitismo como un indicador de radicalización. Jytte Klausen explicó en un artículo en Foreign Affairs que, “Combatir la nueva amenaza de antisemitismo en Europa está vinculado indisolublemente con la lucha contra el extremismo terrorista.” Ella cree que “en Europa, la religión no impulsa a los jóvenes musulmanes y conversos al Islam a la llama de la yihad. El odio lo hace. Y los terroristas y sus partidarios han explotado el antisemitismo para justificar su violencia.” Mientras tanto, Günther Jikeli, un profesor en la Universidad de Indiana, publicó hace poco un libro llamado “Antisemitismo Musulmán en Europa. ¿Por Qué Los Varones Jóvenes Urbanos Dicen Que No Les Gustan Los Judíos?

Canadá tiene que invertir en sondeos e investigación similares para comprender y combatir este odio, un componente central de la mente yihadista.

Un centro federal de contra-radicalización no será una iniciativa simple, y no están garantizados los resultados positivos. El “alcance comunitario” puede no ser suficiente para cambiar los corazones y mentes de gente atraída hacia un grupo que alaba la violación y decapitación. Desde una perspectiva de seguridad nacional, hay días desafiantes por delante.

Fuente: Canadian Jewish News- Traducido por Marcela Lubczanski para Enlace Judío México