En la víspera de Shabat, la imponente sinagoga judía de Porto zumba con el sonido de la charla – no sólo en portugués, sino también en inglés, francés y español.

ESTI PELED PARA AGENCIA DE NOTICIAS ENLACE JUDÍO MÉXICO – En este ambiente animado, la comunidad judía del norte de Portugal que desapareció inesperadamente en el siglo 15 vuelve a renacer acogiendo a judíos que se sienten amenazados en Europa y en otros lugares – algunos procedentes de lugares tan lejos como la India.

“El antisemitismo está creciendo en Europa, pero Porto parece ser un refugio seguro. Es bueno ser judío aquí,” señaló Sam Elijah, quien dirige una comunidad que hace sólo cuatro años contaba con 20 miembros.

Desde entonces, se ha incrementado a 200 miembros de 21 nacionalidades diferentes.

Actualmente, la comunidad ortodoxa abierta a todos los judíos no duda en hacer publicidad de los atractivos de la ciudad y prevé un gran impulso principalmente de Francia y Turquía en los próximos años.

La familia Zekri dio el paso decisivo en agosto de 2015. Ellos forman parte de los 50 judíos franceses asentados en Porto, la segunda ciudad de Portugal y la más grande en el norte del país.

Después de vivir en Israel, la familia se trasladó a Toulouse en Francia para “apoyar a la comunidad tras los ataques terroristas de marzo de 2012.”

El yihadista Mohamed Merah había asesinado a tres niños y un profesor en una escuela judía en la ciudad suroccidental.

“Hemos sentido el antisemitismo. Esta es otra de las razones por las que hemos llegado a Portugal,” explicó Zekri.

Este viernes de septiembre, la familia se preparaba para recibir el sábado, el día del reposo en el que se prohíbe laborar y conducir, así como el uso de la electricidad, según la tradición judía ortodoxa.

“Aquí me paseo sin preocupaciones con la kipá e incluso la gente me dice que le encantan los judíos.”

“Nunca he scuchado esto en otros lugares de Francia o Europa,” agregó el padre de dos hijos, que estudia odontología.

La primera familia de Turquía llegará a finales de septiembre gracias a la nueva ley que ofrece a judíos sefardíes nacionalidad portuguesa como reparación por las expulsiones y persecuciones sufridas por sus antepasados al final del siglo 15.

Otros se preparan para seguir su ejemplo. Alrededor de 500 descendientes de judíos expulsados ya han recibido la nacionalidad portuguesa con la ayuda de un intermediario en Porto, de los cuales el 70 por ciento son de Turquía.

Eliran Graedge, quien llegó de Israel en 2007 con su esposa e hija, fue uno de los primeros emigrantes.

Hoy dice que se siente como en casa en Portugal.

“Este es un país maravilloso para vivir,” dijo. No sólo para los judíos de Europa y Oriente Medio, que se han unido a la comunidad en Porto. Otros también han llegado de Asia y América.

Dan Capriles, de 39 años, no se arrepiente de haber salido de Colombia. Él aprecia a los residentes de Porto de quien dice que “saben que los judíos siempre han formado parte de la historia de la ciudad.”

Al comienzo del día de reposo, judíos ashkenazi y sefarditas se reúnen en la sinagoga Kadoorie Mekor Haim construida entre 1929 y finales de 1930 para rezar en hebreo.

Muchos de ellos no frecuentan la sinagoga en las ceremonias religiosas, pero el edificio situado no muy lejos del centro de Porto sigue funcionando como centro comunitario que incluye un pequeño supermercado con productos kosher y una guardería para niños.

Una escuela se abrirá pronto y en el primer piso hay un museo dedicado a la historia de los judíos en la ciudad.

La sinagoga, construida en una impresionante mezcla de Art Deco y estilos marroquíes, con un interior forrado de azulejos de cerámica pintados, es la más grande de la Península Ibérica y fue completamente renovada en 2012 con donaciones de todo el mundo.

Porto también dio la bienvenida a cerca de 10,000 turistas judíos en 2015, y un hotel se ha construido a pocos pasos de la sinagoga para satisfacer sus necesidades.

“Contamos con una segunda cocina que prepara comidas kosher”, dijo Liliana Castanheira, gerente del Hotel Música.

“Y durante el día del reposo, las puertas automáticas del hotel permanecen abiertas para los clientes no hacen uso de la electricidad,” agregó.

Fuente: The Times of Israel / Olivier Devos

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