PEDRO HUERGO CASO / ENLACE JUDÍO MÉXICO –Al otro lado de la Línea Verde, en los Montes de Judea, junto al camino a Hebrón, y a las afueras de la aldea hoy palestina de Al Káder -a unos cinco kms. al sur de Belén- existen tres antiquísimos depósitos de agua que eran el principio del acueducto que servía para  aprovisionamiento hídrico del Templo de Jerusalem.

A pesar del nombre -Brejót Shlomo- las Piscinas del Rey Salomón no son de su tiempo -hacia el año 1000 a.e.c- sino de mucho después. La más antigua datación de las piscinas data de tiempos de los Hasmoneos, hacia el S. II o I aEC Más tarde, en tiempos de Herodes , se construyó el acueducto, en parte subterráneo, que iba desde los manantiales hasta su palacio en Jerusalem y luego al Templo que él ordenó reconstruir. En una tercera fase, el pretor  romano Poncio Pilatos construyó otro acueducto que traía agua de un manantial 39 kms. al sur de las piscinas. Todo esto lo sabemos por el hoy profesor emérito de la Universidad Hebrea de Jerusalem Amijai Mazar, que lo estudió en 1968.

¿Entonces,  por qué se relaciona el lugar con el Rey Salomón?  En Eclesiastés, Salomón dice haber construido sus propias piscinas -aunque no dice donde- pero más tarde, un milenio más tarde, Flavio Josefo escribe en “Antigüedades” que el pueblo sabe que Salomón solía montarse  por las mañanas en un carro (es decir, había una cierta distancia) para ir a un lugar llamado Etám -Ein Etám- recoleto remanso de paz con jardines y manantiales.

Tras los famosos Acuerdos de Oslo, esta zona queda incluida en la zona A. de control absoluto en manos de la autoridad Palestina. Pero aquí podemos ver el desastroso estado de conservación de esta reliquia arqueológica.