JONATHAN PELED

Hace apenas unos días, al concluir el año 5776, se cerró con el fallecimiento de nuestro querido Shimon Peres, un gran capítulo en la historia de nuestra nación. Su partida es sin duda una gran pérdida, no sólo para el Estado de Israel y el pueblo judío, sino también para el mundo entero.

Con su entierro, sin embargo, no hemos enterrado sus sueños, su fe y sus esperanzas por alcanzar un mundo mejor y una realidad de paz para el pueblo de Israel. Siendo fiel a su lema de vida -que el futuro es más importante que el pasado- seguiremos mirando adelante y trabajando para realizar su visión.

Quisiera destacar, a su vez, la participación del Presidente Peña Nieto en su funeral en Jerusalem: fue un verdadero gesto de reconocimiento al hombre y al estadista y una expresión de la fuerte amistad entre México e Israel. Nuestro reto y compromiso el año próximo será poder realizar la planeada visita de estado del presidente a Israel.

Es difícil creer que ya ha pasado un año desde que me presenté aquí, frente a ustedes por primera vez. Me siento honrado y agradecido por haber sido acompañado por ustedes durante este período en tantos proyectos y actividades en los que Israel se ha hecho presente en México.

La cada vez más estrecha relación bilateral y la importancia que le atribuimos a México se manifiesta últimamente en la expansión de la embajada, y de su personal.

He tenido este año la oportunidad de viajar a lo largo y ancho del país, de visitar a gobernadores y alcaldes, universidades y escuelas, fábricas y empresas, y encontrarme con personas de muchos sectores y variados ramos de la vida en el país. Mi contundente conclusión es que existe una gran apertura hacia Israel y un gran deseo de conocer más y de cooperar con nosotros en temas de tecnología, agricultura y educación, entre muchos otros.

Hemos invitado a muchos de nuestros interlocutores en el campo político, económico, cultural, académico y de la comunicación, a Israel, porque no hay mejor manera de dar a conocer la realidad vital del país, más allá del conflicto, y poder así fortalecer los nexos de colaboración.

Recientemente una delegación del Comité Central realizó un importante viaje a Israel que incluyó encuentros con el PM Netanyahu y otras altas autoridades y que puso de manifiesto la cercanía de la comunidad judía de México y su gran compromiso con el pueblo de Israel.

En el marco de este viaje el grupo se reunió también con el Presidente de la Autoridad Palestina, Abbas, lo que da cuenta, a mi entender, de un creciente interés y apertura de la comunidad por conocer y estar más al tanto de la problemática y los acontecimientos del conflicto Palestino-Israelí.
Por mi parte, el permanente contacto y mis visitas a todas las distintas comunidades judías en el país, han sido con el propósito de fortalecer las relaciones entre ellas y la embajada de Israel, en el marco de la entrañable conexión, entramado solidario y cooperación, entre la Comunidad Judía y el Estado de Israel.

Otra arista importante, de esta reflexión, concierne a las relaciones de Israel con el mundo y particularmente con los EE.UU.,, misma que ha vivido trastornos y sacudidas en este último año. Sin embargo, acabamos de ver la participación de los Presidentes Obama y Clinton en el entierro de Shimon Peres y sus conmovedores discursos de apoyo y solidaridad.

Esta relación estratégica sigue siendo un pilar de nuestra política exterior y un interés bipartidario.

Últimamente se ha firmado un importante nuevo acuerdo de asistencia de seguridad con EE.UU., para 10 años por 38 mil millones de dólares. Este acuerdo no solamente extiende, si no también aumenta la asistencia al más alto nivel alcanzado y brinda un apoya estratégico muy significado e histórico para Israel. De los 38 mil millones, 5 mil millones serán para el desarrollo de sistemas de defensa de misiles. El gobierno israelí se ha comprometido, dentro de 6 años, a desviar e invertir toda esta suma en compras de equipamiento y servicios, exclusivamente en EE.UU.

Así se consolida la alianza estratégica entre EE.UU., y su único aliado democrático en el Medio Oriente.

El tema de las próximas elecciones en EE.UU., por supuesto nos preocupa y afecta también.

Vale destacar, que a pesar de lo que mucha gente quizás piensa, Israel no prefiere ningún candidato. Nuestra posición ha sido, y sigue siendo, que lo que sirve mejor a los intereses de EE.UU., serviría mejor a los intereses de Israel. Sin embargo seguimos con preocupación la insinuante comparación entre el propuesto muro entre EE.UU., y México y la barrera de seguridad que Israel se ha visto obligada a construir hace 12 años, frente a la terrible ola de terrorismo de suicidas. Hay que recordar que de los aprox. 700 KM de barrera, solo cerca de 20 KM son en forma de un muro y de hecho, esto ha reducido dramáticamente los atentados terroristas contra Israel.

Hoy lamentablemente enfrentamos otra amenaza desde el lado de la franja de Gaza en la forma de túneles contra lo cual empezamos a construir barreras subterráneas.

En general, la situación de seguridad en Israel sigue siendo estable a pesar de las múltiples amenazas en una región caótica e inestable.

El reto actual es frenar las olas de atentados de apuñalamiento y combatir sus terribles raíces de incitación y falsa propaganda desde el lado palestino.

Los retos y desafíos, tanto en Israel como en México, siguen siendo grandes y vigentes. Los retos de Israel y de la Comunidad judía aquí están entrelazados y nos convocan a seguir construyendo juntos una esperanza compartida para Israel , el Pueblo Judío y para nuestro futuro en nuestra Tierra.

Israel, a su vez, tiene que superar las divisiones en la sociedad y crear puentes entre todas las distintas comunidades: religiosas y seculares, judíos y árabes, así también suavizar las tensiones políticas entre derecha e izquierda, para seguir siendo un “Am Ejad”

De igual manera Israel sigue comprometido con la visión de paz y coexistencia con los palestinos y siempre dispuesto a decir sí a la paz, cuando haya una verdadera oportunidad.

Quisiera concluir estas vivencias y reflexiones, reiterando mi gran aprecio hacia esta magnífica Comunidad y mi compromiso de seguir trabajando por la relación entre Israel y México.

Les deseo un muy buen Año Nuevo y permítanme citar una frase emblemática de Shimon Peres:
“En el momento en que un judío se siente satisfecho, deja de ser judío. Porque lo que nos gusta es estar insatisfechos, queremos cambiar el mundo, queremos perfeccionar las cosas, y ese es nuestro compromiso…”

Shaná Tová, un año de éxitos, salud y paz.