YANIV POHORYLES
El profesor Sergio DellaPergola, que ha visitado casi todas las comunidades judías del mundo y es considerado una autoridad internacional en la investigación de la demografía judía, está preocupado por estudios que sugieren que el núcleo del pueblo judío se está reduciendo.

Parece haber una sensación de que al pueblo judío le gusta contar, resumir y colocar una etiqueta numérica sobre los elementos que rodean su vida. Sin embargo, el demógrafo Sergio Della Pergola, una persona que realmente dedica su vida a los judíos y los números, no lo cree.

“No creo que los judíos tengan especial interés en los números”, dice con una sonrisa en su rostro. “La humanidad entera ama los números. Muchos quieren saber, comparar y deducir las tendencias partiendo de los números a secas. Incluso en la Biblia ya había censos del pueblo de Israel, y es probable que allí comenzara el intento de contar el número de judíos en el mundo, un intento que ha continuado hasta el día de hoy de diferentes maneras”.

El Prof. DellaPergola, 74, de la Universidad Hebrea de Jerusalem, está considerado el investigador más prominente del mundo en el campo de la demografía judía. Comenzó a estudiar el tema cuando el campo se consideraba marginal y carecía de especial importancia en el mundo académico y observó su desarrollo y se convirtió en una cuestión clave con efectos sociales y geopolíticos que fascinan a muchos en el mundo.

Los estudios que lleva a cabo – incluido el Anuario Judío Americano 2016, en proceso de publicación – detallan con tanta precisión que hacen caer la mandíbula del lector. La información de todos los países incluye números, tendencias, aumentos y disminuciones del pasado, presente y futuro. Países desde Israel a Estados Unidos, Francia, Gran Bretaña y Argentina, a los países pequeños o países donde la gente nunca habría imaginado que hay comunidades judías activas como las Islas Vírgenes o Siria.

Entonces, ¿cómo se cuentan los judíos del mundo?

“Cada país individualmente. Hay casos complicados y hay casos en los que es más fácil recopilar la información. En los casos sencillos, hay países con censos de población como Inglaterra, Canadá o Australia, que incluyen cifras que se pueden utilizar. Tomamos los datos del censo y comenzamos a verificar cruzando los datos con el número de niños que estudian en escuelas judías o con el número de fallecidos de la comunidad. El último momento en el que un judío recuerda su identidad es cuando selecciona el cementerio en que será enterrado.

“A partir de aquí, empezamos a implementar modelos demográficos en un análisis crítico y cauteloso. Podemos comparar las tendencias y los resultados con investigaciones anteriores. Además, hay países en los que la comunidad judía es un organismo reconocido por el Estado y registra el número de judíos, como en Italia o Suiza. Los datos de la comunidad proporcionan una buena infraestructura para la investigación”.

Estados Unidos es el caso más difícil
Con el fin de realizar la investigación, DellaPergola visitó decenas de países de todo el mundo en el que con orgullo dice que fue llamado a la Torá en las sinagogas de todos los continentes. De todos los muchos países con al menos 10.000 judíos, solo le queda visitar Chile (alrededor de 18.000 judíos) y Bielorrusia (alrededor de 11.000 judíos).

¿Qué se hace en países donde no hay infraestructura de datos?

“El caso más difícil es también el más importante – Estados Unidos. La comunidad en EE.UU. es un cuerpo disperso que refleja la percepción de la descentralización de América. La única manera de empezar es con una muestra de toda la población. En otras palabras, realizar estudios amplios, en un intento de atrapar a los peces pequeños que te interesa. Es una herramienta muy cara, ya que con el tamaño de la población de los EE.UU., se necesitan al menos 250.000 encuestados”.

Judíos ultra-ortodoxos. El futuro del pueblo judío depende de ellos (Foto: EPA)
Judíos ultra-ortodoxos. El futuro del pueblo judío depende de ellos (Foto: EPA)

Las Federaciones Judías de Norteamérica comenzaron a invertir millones de dólares en las encuestas realizadas en la década de 1970, pero en algún momento se llegó a la conclusión de que era demasiado caro y también estaban preocupados por los resultados, que provocaron serias discusiones y afectaron en gran medida a actividad de la comunidad.

Lo que ayudó al Prof. DellaPergola en los últimos años fue un extenso estudio sobre la comunidad judía de Estados Unidos realizado por el Centro de Investigación Pew en Washington, co-financiado con una familia judía de Filadelfia, que asignó una suma considerable para el proyecto. “Los resultados sirvieron como una excelente base para una investigación profunda y un terreno fértil para un discurso público”, añadió. “Los datos recibidos fueron, obviamente, en bruto, y ahí empezó el trabajo”.

Primero tomamos Italia, a continuación, tomamos el mundo
Sergio Della Pergola nació en Italia en 1942 en la Segunda Guerra Mundial. Su familia fue rescatada después de cruzar la frontera de Suiza con la ayuda de cuatro Justos entre las Naciones. Posteriormente, la familia regresó a Italia y se instaló en Milán. La vida judía se reanudó después de la guerra y DellaPergola estudió en una escuela judía antes de buscar la educación superior en la Universidad de Pavía.

Si bien su apellido melódicamente es raro, no es inusual entre los judíos italianos. Pergola es una ciudad en el centro de Italia, al este de Florencia y al norte de la zona afectada por un terremoto el pasado verano. Los judíos que abandonaron la zona en el siglo 16, huyendo del régimen del Papa, se trasladaron a la más agradable y cercana Toscana y tomaron el nombre de la ciudad.

Década de 1940. Italia después de la liberación (Foto: Getty Images)
Década de 1940. Italia después de la liberación (Foto: Getty Images)

DellaPergola, que visitó Israel varias veces de adolescente, dice que finalmente se enamoró del país en 1960. “Fue maravilloso. Los hombres andaban con pantalones cortos color caqui y había una sensación de pioneros en el aire”, relata. “Me dije a mí mismo que esteo es un lugar maravilloso y sabía que volvería”.

“Hice aliá en diciembre de 1966, y por suerte recibí una beca de la Universidad Hebrea y la opción de vivir en los dormitorios. Empecé a estudiar como una especie de protegido del Prof. Roberto Bachi, que me dijo que si quería dedicarme seriamente a lo que estaba haciendo, la investigación de la construcción y la demografía del pueblo judío, debería hacerlo en Jerusalem”.

DellaPergola convirtió en su objetivo poner en práctica los métodos de investigación en ciencias sociales en la comunidad judía en la diáspora. Empezó con la comunidad en Italia y más tarde amplió su investigación al resto del mundo.

“Construí mi carrera académica en experiencia en estudios demográficos en diferentes países”, dice. “Tratamos de entender los procesos, las tendencias y los dilemas que rodean la identidad judía. Con el tiempo, creamos una infraestructura de datos que no existía en el pasado y que hoy en día nos permite mantener discusiones exhaustivas sobre la distribución y el futuro del pueblo judío”.

¿A quién llamó judío?

La pregunta más básica que enfrenta cualquiera que intente investigar el tema es quién es en realidad judío. Como todos los israelíes saben, hay varias respuestas a esta pregunta, cada una ocultando el potencial para una discusión sin fin, tormentosa, con significados religiosos, nacionales y políticos.

La cuestión es, obviamente, relevante para el Estado de Israel, y DellaPergola basa su investigación en varios supuestos, principalmente el fallo “Hermano Daniel” del Tribunal Supremo, en el que un monje cristiano-judío nacido buscó la ciudadanía israelí bajo la Ley del Retorno. Una mayoría de cuatro jueces contra uno decidió rechazar la petición, al dictaminar que una persona convertida al cristianismo ya no puede ser considerado judía.

“En el pasado, era fácil determinar quién es judío”, suspira DellaPergola. “El que vivía dentro del gueto, hablaba un idioma determinado o participaba en profesiones identificadas con judíos – era considerado judío. Hoy las cosas son mucho más complicadas y se construyen en diferentes círculos. La libertad y los procesos intelectuales que Europa ha experimentado en los últimos siglos crearon una separación entre religión y nacionalidad y la identidad se ha complicado. Una persona puede decir: “Soy judío por mi nacionalidad y cristiano según mi religión’, o viceversa”.

DellaPergola se basa en la sentencia del Tribunal Supremo que define como judío a cualquier que haya nacido de persona judía o convertida y no tiene ninguna otra religión. A partir de este círculo, que se llama núcleo del pueblo judío, emergen círculos adicionales de poblaciones con diferentes afiliaciones al judaísmo. El segundo círculo incluye, por ejemplo, personas que no son judías, pero que son parte de una familia nuclear judía. Por ejemplo, la pareja o las personas que viven en un hogar que incluye al menos un judío.

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Entonces ¿quién es judío? El Prof. DellaPergola se basa en una sentencia del Tribunal Supremo (Foto: Gil Yohanan)

“Un círculo más distante se basa en la Ley del Retorno, que desciende hasta el nivel del nieto de un judío”, añade. “Otro círculo que ha estallado en los últimos años es el movimiento de Bnei Anusim o tribus perdidas, que no son una tercera generación de judíos, pero dicen ser descendientes más distantes. Han mantenido cierta identidad y el sentimiento de pertenencia todos estos años, incluyendo ceremonias y costumbres judías, incluso la circuncisión”.

En sus estudios, el profesor DellaPergola publica los datos de todos estos círculos, y las diferencias entre uno y otro son drásticas. El núcleo del pueblo judío incluye unos 14,5 millones de judíos, pero el círculo de los que son aptos para la ciudadanía bajo la Ley del Retorno incluye cerca de 9 millones de no-judíos (en Israel hay alrededor de 300.000 personas en esta brecha).

Hay bastantes desacuerdos sobre donde deberíamos dejar de contar.

“Cada investigador se detiene en un lugar diferente. A mí me perciben como conservador y paro en el primer y segundo círculo, cerca de lo que falló el Tribunal Supremo – en otras palabras, que sólo hay una identidad. Hay investigadores que afirman que hay movimientos entre los círculos, que la identidad es fluida y que se puede ser las dos cosas o pasar de un círculo a otro. Incluso hay quienes sostienen que “Judío es quien elige ser judío”. Esa es una percepción que cambia en gran medida la manera en que contamos”.

“Es una catástrofe, hay que hacer algo”
Profundizando en los datos y los diferentes círculos, especialmente a la luz de la percepción de que la identidad cambia constantemente, se plantea la cuestión de si estos estudios tienen algún significado práctico. En una era en la que las personas se sienten judías un día y no judías, el otro, ¿hay realmente algún punto de conteo y división?

De acuerdo con DellaPergola, “Las diferentes percepciones no cambian el hecho de que el tema es interesante. Todavía hay un concepto de un ‘pueblo judío’ que incluye un buen número de ramificaciones. No tengo prisa en volverme nihilista y rechazar la percepción. No hay duda de que el pueblo judío todavía está vivo y coleando, aunque no siempre es fácil colocarlo en dentro de un marco.

“En un sentido más amplio, los estudios mundiales muestran que la religión es una variable predictora extremadamente fuerte de otros fenómenos tales como la economía, la educación, la esperanza de vida, etc. Por otra parte, estos estudios tienen – no sólo en lo que respecta a los judíos – una enorme importancia geopolítica. Por ejemplo, la estimación de que en 2050 la mitad de la población mundial será musulmana. Esta cifra tiene consecuencias significativas. La pregunta de cómo será Europa dentro de 50 años es muy importante. Tiene tanto micro como macro ramificaciones. La investigación sobre los judíos es parte de la investigación sobre los procesos globales, y es importante más allá delinterés privado del Estado de Israel”.

Los investigadores que presentan dichos datos – tanto más en cuanto al número de judíos y la identidad judía – deben estar preparados para una fuerte reacción. Cualquiera puede mirar los números de manera diferente, y sobre todo usarlos en favor de su propia agenda. DellaPergola suele utilizarla para la variedad de respuestas y las divide en reacciones que son públicas o basadas en la investigación. La reacción del público va desde “es una catástrofe y hay que hacer algo” a “ésta es la mejor época que hemos experimentado”. Una reacción que a menudo recibe de los líderes de comunidades en el extranjero es: “No nos confunda con los hechos. Ya lo sabemos todo”.

“Se me conoce como conservadora del ala derecha”, dice Della Pergola, “pero no hay duda de que los estudios sugieren que el núcleo del pueblo judío se está reduciendo. El hecho de que la minoría ultraortodoxa está creciendo más fuerte en realidad puede ayudar a aumentar el núcleo en el futuro.

“En cuanto a los otros círculos, estoy documentando una erosión en la identidad judía, pero no una desaparición completa. A pesar de que diferentes elementos se están volviendo más débiles, todavía hay muchos que asisten al menos a una ceremonia al año en la sinagoga, donan en una campaña de recaudación de fondos judía o tienen una afiliación o ciertos sentimientos hacia el Estado de Israel. También se conservan memorias en los círculos más lejanos que ya no están en el centro”.

Fuente: Ynetnews – Traducción: Silvia Schnessel – © EnlaceJudíoMéxico