BENNY MORRIS

En 1947-1948 no hubo ninguna intención a priori de expulsar a los árabes, y durante la guerra no hubo ninguna política de expulsión.

Después de la publicación de mi artículo “Israel no condujo ninguna limpieza étnica en 1948” (Ha’aretz, 10 Oct.), los críticos afirmaron nuevamente que Israel perpetuó la limpieza étnica.  En 1948, algunos palestinos fueron expulsados (de Lod y Ramle, por ejemplo), a algunos se les ordenó o fueron alentados a escapar por sus líderes (de Haifa, por ejemplo), y la mayoría huyó por miedo a las hostilidades y aparentemente en la creencia de que retornarían a sus casas después de la esperada victoria árabe.

Mis opiniones acerca de la historia de 1948 no han cambiado en lo absoluto. Cambió durante la década de 1990 mi opinión acerca de sólo una cosa, la voluntad de los palestinos de hacer la paz con nosotros. En el año 2000, después del “no” de Yasser Arafat en Camp David (el cual fue respaldado por su sucesor Mahmoud Abbas), y en vista de la segunda intifada y la naturaleza de la misma, me di cuenta que ellos no estaban interesados en la paz. Lamentablemente, la situación no ha cambiado desde entonces.

En 1947-1948 no hubo ninguna intención a priori de expulsar a los árabes, y durante la guerra no hubo ninguna política de expulsión. Aparte, es bien sabido que decenas de miles de árabes permanecieron en el territorio del estado judío – en Haifa y Jaffa, en Jisr al-Zarqa y Fureidis, en Abu Ghosh y Ein Nakuba, en la Galilea y el Neguev.

*El autor es profesor de historia en la Universidad Ben-Gurion.

Fuente: Haaretz
Traducido por Marcela Lubczanski para Enlace Judío México