YONI BEN MENACHEM

La crisis a la que ha llegado Mahmoud Abbas en las últimas semanas con el “Cuarteto Árabe” (Egipto, Jordania, Arabia Saudita, y los Emiratos Árabes Unidos), después de rechazar su solicitud de reconciliarse con su encarnizado adversario Muhammad Dahlan, ha dejado su marca en las relaciones de la Autoridad Palestina con estos países.

Egipto está celebrando conferencias académicas y económicas para figuras importantes de la Franja de Gaza – independientemente de la AP. Tiene intención de abrir el cruce de Rafah regularmente por algunos días cada mes y está considerando establecer una zona de libre comercio en Rafah—todo como un gesto hacia Dahlan y a fin de impulsar su estatus como parte de la batalla por la sucesión.

Jordania, también, ha estado expresando su furia por el comportamiento de Abbas.

El diario Ra’i Al-Yawm informó el 11 de noviembre del 2016, que Jordania está considerando revocar la ciudadanía y pasaportes jordanos de 22 individuos de la AP—antes que nada de Abbas—como parte de una revisión de su política en respuesta a las recientes aperturas de Abbas hacia Turquía y Qatar sin consultar con Jordania.

Todavía no hay ruptura real entre Abbas y el “Cuarteto Árabe.” Pero los comentaristas en el mundo árabe no descartan la posibilidad de que Abbas, a causa de su comportamiento, pueda perder legitimidad árabe.

¿Adónde están los fondos?

Uno de los factores que preocupan gravemente a la AP es el retraso de Arabia Saudita en transferirle el dinero de ayuda.

Jibril Rajoub, un miembro del Comité Central de Fatah que se ve también a sí mismo como sucesor de Abbas, fue entrevistado el 11 de noviembre del 2016, en el canal de televisión Al Mayadeen. Él negó informes de que hay una conexión entre el retraso en la ayuda saudí a la AP y el rechazo de Abbas a la demanda del “Cuarteto Árabe” de reinstalar a Dahlan en Fatah.

“Esta es una cuestión logística y nada más,” afirmó Rajoub.

Arabia Saudita ha estado reteniendo sus compromisos de ayuda a la AP durante siete meses. Se supone que la ayuda llegue a US$20 millones mensuales; los saudíes ahora tienen una deuda con la AP de US$140 millones.

Arabia Saudita es el más grande contribuyente árabe a los cofres de la AP. Hasta el 2014, los saudíes dieron a la AP una suma mensual de US$14 millones; ésta entonces recaudó el total de US$ 20 millones mensuales.

El dinero de ayuda saudí constituye un tercio del presupuesto anual de la AP. Si continúa el recorte, entonces para fin de año la AP podría ser hundida en un déficit presupuestario y crisis financiera en la que sería incapaz de pagar los salarios de sus funcionarios en medio de la creciente inestabilidad.

Arabia Saudita suspendió la ayuda a la AP antes de que comenzara la disputa con la AP por Dahlan. Sin embargo, a pesar de las afirmaciones de Rajoub de que Arabia Saudita no apoya a Dahlan, figuras importantes en Fatah dicen que el recorte de la ayuda saudí está dirigido a expresar su disgusto con el comportamiento de Abbas.

Una alta fuente de Fatah dice que lo que está finalmente involucrado es “dinero político”, con Arabia Saudita usando su influencia financiera para presionar a Abbas como parte de una política de zanahorias y palos hacia la AP y su líder.

Hay otras razones para el recorte de ayuda. La guerra de Arabia Saudita contra los rebeldes huzíes en Yemen ha conllevado altos gastos para el reino.

Está pasando también por una crisis financiera causada por la caída en los precios del petróleo crudo del 60 %, con el precio del barril desplomándose de US$ 120 a US$50.

Según fuentes árabes, Arabia Saudita quiere mayor influencia sobre la cuestión palestina y un futuro acuerdo político con Israel. Hace poco trató de revivir la Iniciativa de Paz Árabe y de hacer cambios en ella a través de la iniciativa del presidente egipcio Sisi. Abbas, sin embargo, rechazó totalmente la iniciativa egipcia y se apegó a la iniciativa francesa, la cual se propone convocar a una conferencia internacional para fin de año.

Arabia Saudita está también preocupada por los intentos de Abbas por cortejar a Irán; quiere que él realce la cooperación con Riad en cuestiones regionales. Los saudíes no estuvieron complacidos por la visita de Abbas a Turquía y Qatar hace dos semanas como un acto de desafío contra el “Cuarteto Árabe.” La visita, sin embargo, no llevó a un avance en las relaciones entre Fatah y Hamas y finalmente fracasó.

Fuentes de la AP afirman que el enfriamiento de los lazos saudíes y de la AP es sólo temporal y que los saudíes finalmente renovarán la ayuda a la AP debido a que no quieren que esta colapse.

Es posible, sin embargo, que los saudíes vinculen la renovación de la ayuda a condiciones que establecerán para Abbas.

El recorte de la ayuda incluso debilita más el estatus tambaleante de Abbas entre la población palestina y debilita su apoyo a Fatah. Abbas, sin embargo, está determinado a hacer lo que sea necesario para asegurar un “paso seguro” para él y para sus familiares cuando se retire de la vida política y se vaya a vivir a Qatar. Está apostando a que Arabia Saudita finalmente arregle las cosas con él para que pueda ser percibido como que no ha abandonado la cuestión palestina y que está rescatando a la AP del colapso financiero.

Fuente: Jerusalem Center for Public Affairs
Traducido por Marcela Lubczanski para Enlace Judío México