NOA (ACHINOAM NINI)

Nací en Israel pero crecí en Estados Unidos. Como hija de inmigrantes en una época diferente, Estados Unidos me otorgó la ciudadanía junto con mi familia, nos dio oportunidades que nunca hubiésemos soñado en Israel como judíos yemenitas sin ninguna ventaja económica. Mi padre, un brillante hombre carismático, obtuvo su doctorado en ingeniería química de la Universidad de Columbia en Nueva York y desempeñó puestos clave en la industria alimentaria estadounidense. Mi madre se convirtió en una educadora estrella en la escuela judía privada de alto nivel a la que mis hermanos y yo asistimos, lo que nos permitió pagar la buena educación que la escuela ofrecía. Yo sobresalí en literatura inglesa, historia, matemáticas y ciencias, fui expuesta al arte y la cultura de la rica metrópolis de Nueva York, que ampliaría mis horizontes y formaría mi identidad para siempre. Mi hermano y mi hermana disfrutaron de excelentes estudios universitarios, en Cornell y CalArts respectivamente, y lograron sobresalir en sus campos. Mi familia le debe mucho a Estados Unidos, que nos dio las alas para volar y elevarnos por encima de lo que podría haber sido un destino predeterminado.

Abandoné Nueva York de adolescente luego de enamorarme de un joven israelí con el que más tarde me casaría y formaría una familia. Fue desde Israel que lancé una carrera internacional que me llevaría varias veces por el mundo. A pesar de que he llamado a la Tierra Santa mi hogar por casi tres décadas, el conocimiento de que existe el vasto y hermoso Estados Unidos del otro lado del Atlántico, y que de alguna manera, todo es posible en su suelo, siempre ha sido una gran fuente de confort e inspiración para mí y mi familia.

Todo eso cambió el 8 de noviembre.

Al igual que muchos millones de personas, estoy luchando por encontrar maneras de explicar a mis hijos, que adoran a Estados Unidos y todo lo que representa, las profundidades de la tragedia que ha ocurrido. Es un error, digo. Un país libre puede cometer errores, eso es parte de ser libre. Es algo pasajero, un trampolín, la desinformación, la mala educación, puede ocurrir en cualquier lugar, esto ya ha sucedido en la historia, es el deterioro de la misma fibra de la sociedad … trabajaremos juntos para cambiarlo … .

A pesar de mis débiles esfuerzos para racionalizar, la consternación y la aplastante decepción en los ojos de mis hijos es abrumadora. Alguien apuñaló a su héroe, y al mío, directamente en el corazón, y ahora estamos huérfanos de nuestra fantasía.

Este proceso de pensamiento y reflexión, tristeza y sobriedad, generó varias ideas de “tikun olam” – el concepto judío de la “reparación” – que siento que todos necesitamos desesperadamente:

1. Un gran empuje para la responsabilidad personal y el activismo

Lo que ha sucedido en Estados Unidos, nos recuerda que no podemos escatimar esfuerzos y energía para educarnos a nosotros mismos y a nuestros hijos y alcanzar lo más alto de los valores humanos. Tenemos la oportunidad de dar un ejemplo personal del tipo de comportamiento que ha glorificado a la humanidad a través de los siglos, que ha cruzado las fronteras de la raza y la religión. En pocas palabras, “ama a tu prójimo como te amas a ti mismo”. Eso incluye apoyar los derechos civiles y de igualdad, contribuir a la sociedad en beneficio de los débiles y los desfavorecidos, sabiendo perfectamente que todos estamos conectados simbiótica e inseparablemente, ir a manifestaciones y sí ¡protestar! Protestar pacífica y obstinadamente contra los males de la sociedad, que se manifiestan horriblemente en las acciones de Trump. Él nos ha demostrado que la cultura popular, la codicia, la animosidad y la carencia de ella, no sólo no educarán de manera constructiva, sino que nos conducirán por el camino del olvido. No debemos dejar a nuestros hijos en las garras de la cultura popular barata, porque ellos son el futuro. Debemos encontrar el tiempo para compartir a pesar de nuestras carga de trabajo, y darles un ejemplo personal de voluntariado, generosidad, modestia, solidaridad y activismo … es decir, CUIDAR DE ELLOS.

2. El Árbol de la Sabiduría está listo para dar fruto, y Eva debe abrir camino

Para muchos, la era de la información ha traído más miedo que otra cosa. El estar consciente de todo lo que está ocurriendo en los rincones más lejanos del planeta, en lugares en los que fácilmente podríamos olvidar en el pasado, las guerras, los genocidios, el terror, el hambre, las enfermedades, los desastres naturales y todo tipo de fenómenos aterradores e insondables han dejado a la mayoría de la gente en el planeta aterrorizada, amenazada e insegura. Como resultado, la gente gira a la derecha, se aferra a los hombres fuertes y a sus promesas huecas, construye muros y maneja armas. En muchos sentidos, la era de la información es una versión moderna del Árbol del Conocimiento.

El resultado inmediato del salto de la ambigüedad al conocimiento fue la conciencia de la “desnudez”, un sentido inmediato de juicio y finalmente, la expulsión del jardín del Edén. Pero generaciones de seres humanos transformaron la “maldición” bíblica del conocimiento en una bendición, y a través de una incesante curiosidad, experimentación y diligencia, llevaron a la humanidad a logros espectaculares. Ahora, en esta época de singularidad Kurzweiliana, los seres humanos no necesitan de generaciones para experimentar la transformación del miedo a la fruición. Tenemos todas las herramientas que necesitamos. Este es un tiempo para infundir compasión y cuidado en la informática, calor en la web y educación impulsada por los valores en aplicaciones … disolviendo lentamente el miedo con la acción positiva. ¿Y quién mejor que Eva para liderar la revolución?

3. Un cambio de macro a micro

La era de Trump será un período tribal, donde en ausencia de un liderazgo digno, muchos se volverán hacia sus comunidades, sus grupos (religiosos o seculares) y sus familias extendidas en busca de apoyo, resonancia e inspiración. Los efectos secundarios negativos de los medios sociales y la globalización masiva nos llevarán a reagruparnos, pasar de macro a micro, apoyándonos mutuamente y cultivando nuestros valores localmente. Creo que el cambio vendrá de esta renovación de raíces.

4. Una academia para el liderazgo

¿No es extraño que no se exijan cualidades básicas de un individuo que aspira a la presidencia? En casi todas las áreas existen demandas muy específicas, desde los deportes hasta las empresas y las artes. Desde CVs hasta entrevistas y audiciones, los aspirantes pasan por un estricto proceso de selección con estándares altos a fin de aterrizar en puestos claves en casi todos los campos… con excepción de la candidatura presidencial. Tal vez este sea el momento de abrir una academia de liderazgo, con la mejor formación no sólo en ciencias políticas, sino también en humanidades y una variedad de disciplinas cuidadosamente seleccionadas para un líder en ciernes, con los mejores instructores y un programa enriquecedor y desafiante. Todo aspirante al Congreso y a la presencia de EE.UU. y de cualquier país deberá ser egresado de esta academia. Becas completas deberán ser ofrecidas a cualquier persona que cumpla con los requisitos de admisión, pero no pueda solventar sus estudios. Creo que esto producirá una gran generación de nuevos líderes con mente y corazón abierto, preparados para los retos políticos y sociales de gobierno.

5. Una oportunidad para el Este

Durante muchos decenios, Estados Unidos ha sido la “tierra prometida” para millones. Los carteles aparecían en pequeñas habitaciones desde Delhi hasta Darfur, donde la juventud esperanzada los miraba y se transportaba. Los íconos americanos plasmados en camisetas, sombreros, bolsos, botones, la moda, la música, el estilo y el manierismo fueron adoptados por los ciudadanos con ojos soñadores que orientaban sus brújulas al oeste, a la tierra de infinitas oportunidades e igualdad. Tal vez sea esta una oportunidad para redescubrir la sabiduría y la belleza incrustadas en las culturas del Oriente, que a menudo pasan desapercibidas y son poco apreciadas por un mundo enamorado de todo lo que se huele en Occidente. Tal vez ahora, la India, China y el mundo árabe puedan restaurar parte de su gloria del pasado, volver a sus “edades de oro”, llenas de enormes contribuciones a la sabiduría humana y el progreso, y pese a sus numerosos enredos y dilemas, ofrecer una alternativa cultural al sagrado Oeste.

Estoy consciente de que esta declaración es utópica a la luz de los conflictos económicos, el extremismo religioso, el malestar civil y el poder político – las luchas que han paralizado a estas culturas durante tanto tiempo … pero en un mundo trumpiano, donde todas las reglas se han roto y lo inimaginable se convierte en mundano … todo es posible.

6. El poder del arte

Soy una firme creyente en el poder de los individuos para tomar su destino en sus manos y transformar el mundo en el que viven. Por lo tanto, confío en que el poder del arte cambie la conciencia y las perspectivas humanas, ennoblezca a mujeres y hombres en todas partes, destaque nuestra humanidad y fragilidad compartidas, nos ayude a darnos cuenta de nuestra fuerza y potencial. Esta debe ser la edad de oro de los artistas de todo el mundo, ¡los que tienen las claves secretas del corazón y la mente! Músicos, bailarines, actores, comediantes, directores, pintores, escultores, animadores, poetas, escritores, vocalistas, artistas experimentales, clásicos, raperos, compositores, acróbatas y creadores de todas las formas y tamaños. Levanten sus voces ahora.

El mundo estará escuchando …

Fuente: The Times of Israel

Traducción: Esti Peled

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