Suena al inicio de un mal chiste: “estaban un Rabino y el Papa hablando de futbol…”; pero esto se ha hecho realidad. El Rabino Abraham Skorka, rector del Seminario Rabínico Latinoamericano en Buenos Aires, rabino de la comunidad judía Benei Tikva, y profesor honorario de Ley Hebrea en la Universidad del Salvador, Buenos Aires, habla en entrevista con la escritora Silvia Cherem sobre su relación de amistad con el Papa Francisco, una relación que cumple ya 25 años. Esta entrevista se realizó el pasado 7 de dieiembre en instalaciones de la Comunidad Sefaradí. 

ELENA BIALOSTOCKY PARA ENLACE JUDÍO MÉXICO –El diálogo continuado de estos dos amigos, cada uno con sus profundas convicciones religiosas, comenzó con una rivalidad futbolística, ya que el Rabino es fan del equipo River, y el jerarca católico es fan del equipo San Lorenzo, fundado por un sacerdote católico.

El rabino dice que las homilías de Bergoglio durante la época a él le sonaban a los discursos de los profetas de israel, ya que hablaba sobre los problemas de la gente común, y que su afición común por el deporte los unió, además del desprecio de ambos por los protocolos y su preocupación por los problemas de la gente,

El rabino habla sobre el momento en que el entonces arzobispo pidió que él, un rabino, escribiera la introducción de su biografía autorizada, y cómo las relaciones entre la religión católica y la judía disfrutan de una relación especialmente saludable en este momento.

Mantuvo con el entonces arzobispo de Buenos Aires, Jorge Mario Bergoglio, una serie de coloquios interreligiosos sobre temas diversos, tales como Dios, el fundamentalismo, el ateísmo, la muerte, el holocausto, la homosexualidad y el capitalismo.

Estos coloquios se realizaban alternativamente en la sede del arzobispo y en la comunidad del rabino. Juntos publicaron un libro titulado Sobre el cielo y la tierra.

Skorka es ingeniero Químico por la Universidad de Buenos Aires, y tiene publicaciones científicas de biofísica, así como numerosos artículos de asuntos bíblicos y talmúdicos.

En 2010, la Universidad Católica Argentina lo condecoró con el doctorado Honoris Causa, siendo la primera vez en América Latina que una universidad católica otorga este título a un rabino.