GREG SHERIDAN

El ex primer ministro Tony Abbott ha solicitado que Australia corte su presupuesto anual de ayuda de $40 millones para la Autoridad Palestina mientras esta “sigue pagando pensiones a los terroristas y sus familias.”

Abbott ha regresado hace poco de una visita a Israel donde se reunió con el Primer Ministro Benjamin Netanyahu, visitó los territorios palestinos y se reunió con el primer ministro de la Autoridad Palestina, Rami Hamdallah.

En un artículo publicado en The Spectator Australia el Sr. Abbott también solicita que Australia exprese su “apoyo inquebrantable para Israel como la única democracia liberal y pluralista de la región” considerando seguir cualquier medida del gobierno de Trump de mudar su embajada desde Tel Aviv a Jerusalem.

Aunque Jerusalem es la capital nacional, todas las naciones con relaciones diplomáticas con Israel localizan sus embajadas en Tel Aviv, la ciudad más grande.

Esto es porque la mayoría de las naciones no reconocen formalmente la anexión por parte de Israel de Jerusalem oriental, ocupada después de la Guerra de los Seis Días de 1967.

Los comentarios de Abbott reflejan el sentimiento generalizado en el Partido Liberal de consternación por lo que es visto como una resolución sesgada y anti-Israel que Estados Unidos permitió aprobar al Consejo de Seguridad de la ONU, donde normalmente veta tales votaciones.
Aunque Australia no es un miembro del Consejo de Seguridad, la Ministra del Exterior Julie Bishop ha aclarado que Canberra se opone a la resolución como fue aprobada.

En respuesta a la aprobación de la resolución, la Sra. Bishop autorizó comentarios al efecto de que Australia no apoyaba resoluciones anti-Israel en la ONU.

Aunque sin mencionar la resolución por su nombre, está claro que Bishop se estaba refiriendo a la reciente votación, la cual nombró a todos los israelíes que viven en cualquier lugar más allá de los límites del país anteriores a 1967, incluidos aquellos en la Ciudad Vieja del Barrio Judío de Jerusalem, como colonos ilegales.

La oficina de la Sra.Bishop señaló resoluciones similares que Australia votó en contra y Estados Unidos vetó siempre, cuando Australia estuvo por última vez en el Consejo de Seguridad en el año 2014. El gobierno de Turnbull ya ha tomado acciones duras para restringir y examinar la ayuda australiana a la Autoridad Palestina.

Luego de las acusaciones contra World Vision de que algo del dinero que estaba desembolsando en los territorios palestinos estaba yendo al grupo terrorista Hamas, Bishop suspendió toda financiación relevante para World Vision en agosto.

World Vision niega las acusaciones, las que están actualmente ante los tribunales en Israel.

En los cinco años hasta el 2015, Australia había proporcionado $13 millones a World Vision para actividades en los territorios palestinos. En los años 2015-16, Canberra proporcionó $42 millones en ayuda a la Autoridad Palestina canalizados principalmente a través de agencias de la ONU y algunas ONGs, incluidas Oxfam y CARE.

Se cree que la cifra ha caído este año. En la revisión que ordenó la Sra. Bishop luego de las acusaciones a World Vision, solicitó también una contabilización minuciosa de todo el dinero australiano que está yendo a los territorios palestinos para asegurarse de que estaba siendo gastado en forma apropiada.

Continúa la repercusión política de la decisión del gobierno de Obama de revertir su posición anterior de vetar resoluciones sesgadas anti-Israel. Observadores diplomáticos ven como inconcebible ahora que Netanyahu siga adelante con una visita planificada a Nueva Zelanda, programada para tener lugar en algunas semanas.

Nueva Zelanda, como miembro temporal del Consejo de Seguridad, co-patrocinó la resolución.

El ministro del exterior de Nueva Zelanda, Murray McCully, visitó Israel en noviembre y vio a Netanyahu, pero, según fuentes, no planteó con él ninguna posible resolución del Consejo de Seguridad.

No está del todo claro cuánto sabía sobre ella el nuevo Primer Ministro de Nueva Zelanda, Bill English, o si entendió la importancia de la resolución antes de ue esta fuera presentada en el Consejo de Seguridad.

El presidente norteamericano electo, Donald Trump se opuso a la resolución y había hecho campaña en forma activa contra ella.

La colaboración activa de Nueva Zelanda con el gobierno de Obama en una acción tan partidista dañará sus relaciones con la próxima administración Trump.

 

Fuente: The Australian
Traducido por Marcela Lubczanski para Enlace Judío México