MICHAEL MAKOVSKY

El nuevo gobierno puede renegociar el acuerdo nuclear con Irán desde una posición de fuerza.

Cuando los opositores bipartidistas del acuerdo nuclear con Irán del Presidente Obama se preparan para abordar sus muchas deficiencias, deben tener cuidado de no repetir inconscientemente algunos de sus errores.

En lugar de depender de más sanciones para desmantelar o renegociar el acuerdo, la necesidad más urgente es restaurar la credibilidad norteamericana y resolución en oponerse a la agresión iraní y volver a dar forma al Medio Oriente.

Dos errores de juicio fundamentales llevaron al desastroso acuerdo nuclear. En primer lugar, Obama evitó amenazas militares creíbles y confió en sanciones económicas generadas en el Congreso para presionar a Irán a negociar. En segundo lugar, él se enfocó sólo en el programa nuclear de Irán, ignorando la maligna conducta regional. Libre de presión y escrutinio, Teherán dio forma a los términos del acuerdo y expandió su agresión e influencia.

El actual debate político ha ignorado estos errores. En su lugar, está enfocado en usar las sanciones para ejecutar y mejorar el Plan Integral de Acción Conjunto con Irán. Este estrecho enfoque es contraproducente. El acuerdo cargó frontalmente los beneficios económicos de Irán. Pero sólo bloqueó elementos de su programa nuclear; no lo erradicó por completo.

Estados Unidos necesitará años para reconstruir un régimen robusto de sanciones; Irán necesita sólo semanas para reconstruir su programa nuclear. Aun si Irán continúa dentro del marco del acuerdo, podría responder a las sanciones intensificando su agresión regional, ejerciendo su propia forma más inmediata y peligrosa de influencia.

Un ingrediente necesario comprobado al lidiar con Irán es una amenaza militar creíble. Dos ejemplos: Teherán suspendió elementos de su programa nuclear en el 2003-04 luego del derrocamiento del dictador iraquí Saddam Hussein por parte de Estados Unidos, y nunca cruzó la línea roja de Israel del 2012 sobre su arsenal nuclear.

Cuando la administración Trump considera la política para Irán, incluido cómo ejecutar, renegociar o cancelar el acuerdo nuclear con Teherán, aquí hay cinco políticas que puede implementar para poner a Irán sobre aviso y recuperar la ventaja estratégica:

-En primer lugar, ordenar al Pentágono actualizar planes de contingencia para el uso de la fuerza contra Irán, incluidas sus plantas nucleares, especialmente en el caso de una violación importante de, o retirada del acuerdo nuclear. Esto comunicará una nueva postura robusta y lo preparará para lo que podría ser necesario.

-En segundo lugar, cambiar las normas de combate para los buques navales estadounidenses en el Golfo Pérsico. Ya no deben ser toleradas las fuerzas iraníes provocadoras, sino que en su lugar, como dijo Trump en su primer debate con Hillary Clinton, “deben salir disparadas del agua.” Estados Unidos no puede vacilar en hacer esto cuando surja la primera de tales situaciones, como seguramente lo hará. Esto demostrará a Irán y a otras potencias globales una resolución creíble, y debe contribuir a un mejorado comportamiento iraní a nivel regional tanto como hacia el acuerdo.

-Tercero, impulsar la coalición regional anti-Irán. En lugar de alejar a los aliados regionales tradicionales, como ha hecho Obama, debemos abrazarlos y colaborar estrechamente. Esto incluye apoyar sin pedir disculpas a la coalición liderada por los saudíes que está combatiendo a la insurgencia huzí respaldada por Irán en Yemen; incrementar la ayuda a Jordania; apoyar al presidente egipcio Abdel Fattah Al Sisi; y mejorar las relaciones con Azerbaiyán. También incluye fomentar el apoyo a Israel a través de aumentar la ayuda militar estadounidense por encima del acuerdo reciente, respaldarlo fuertemente contra Hamas y Hezbolá que son apoyados por Irán, y mitigar las consecuencias negativas de la resolución reciente del Consejo de Seguridad de la ONU que facilitó Obama, incluyendo mudar la Embajada de Estados Unidos a Jerusalem.

-Cuarto, anunciar planes para establecer un sistema de defensa misilística regional —para incluir a Israel y los aliados norteamericanos en el Golfo Pérsico y Europa Oriental, construyendo sobre la amplia infraestructura ya en vigencia. Para neutralizar la amenaza de misiles balísticos de Irán, la cual ha legalizado efectivamente el acuerdo nuclear, Trump debe ordenar que este escudo anti-misiles derribe a cualquier misil iraní disparado como prueba o cualquier otro.

-Quinto, y más desafiante, recorten la media luna iraní que se está formando desde Teherán a Beirut. Irán domina las capitales de Irak y Siria, ambos estados artificiales fallidos y multiétnicos creados a partir del Imperio Otomano después de la Primera Guerra Mundial. Estados Unidos debe duplicar la apuesta en el enfoque posterior a la Primera Guerra Mundial de auto-determinación y apoyar a las nuevas entidades políticas que están surgiendo. En Irak, eso comienza con un estado kurdo independiente y estacionar una base militar norteamericana allí. En Siria, trabajar con vistas a crear entidades suníes, alauitas y kurdas que podrían controlarse entre sí, tal vez como parte de una confederación.

Las sanciones sin credibilidad militar tienen poco significado. Solas no pueden impedir que Irán incumpla el acuerdo nuclear o inflame la región. Pero las sanciones emparejadas con una estrategia enfocada pueden cambiar el cálculo de Teherán. Esto podría facilitar una renegociación eventual del desastroso acuerdo, o, si fracasa la democracia, mejorar la posición de Estados Unidos y sus aliados para impedir un Irán con capacidad de armas nucleares por otros medios. Podría también transformar la región a favor de Estados Unidos.

 

*Michael Makovsky, funcionario del Pentágono en la administración de George W. Bush, es presidente y CEO del Instituto Judío para Seguridad Nacional de Estados Unidos (JINSA).

 

Fuente: The Wall Street Journal

Traducido por Marcela Lubczanski para Enlace Judío México