Conferencia en París: Israel y Palestina, dos Estados

ESTHER SHABOT

Esa fórmula, que contó con un consenso casi general en el pasado, hoy se ha visto debilitada.

El día de hoy y bajo la convocatoria del gobierno francés, se reúnen en París ministros de relaciones exteriores y diplomáticos de más de 70 países y organizaciones internacionales. El objetivo es reafirmar prioritariamente dentro del tema del conflicto entre israelíes y palestinos, la adhesión general de la comunidad internacional al esquema de “dos Estados para dos pueblos” como base esencial para impulsar las negociaciones entre las partes. Esa fórmula que contó con un consenso casi general en el pasado, hoy se ha visto debilitada en el contexto israelí-palestino, debido a que la próxima llegada a la Casa Blanca de Donald Trump ha inyectado combustible a los sectores israelíes y palestinos contrarios a ella. Se tratará, por tanto, de llamar al premier israelí, Netanyahu, y al presidente de la Autoridad Palestinaí, Mahmoud Abbas, a declarar de nuevo su apoyo al plan de los dos Estados y desautorizar a sus respectivos funcionarios que se oponen a él.

Sin embargo, el primer ministro israelí rechazó asistir, declarando que se trata de un evento sesgado en contra de Israel. Su postura es que sólo negociaciones bilaterales son aceptables y por lo tanto, no se comprometerá con ninguna de las conclusiones a las que llegue la reunión en París, a la cual considera contraria al avance de las oportunidades de paz. La indignación de Netanyahu también tiene que ver con que dos días después, el martes 17, el Consejo de Seguridad de la ONU se reunirá para discutir el tema israelí-palestino y ahí seguramente las conclusiones de París serán tomadas en cuenta.

Es así que la fórmula de dos Estados para dos pueblos ha cobrado enorme centralidad en la discusión internacional. A pesar de que su viabilidad ha decrecido debido a la expansión de asentamientos israelíes en Cisjordania y Jerusalén oriental, aún sigue teniendo el apoyo unánime de la comunidad internacional como forma no sólo de satisfacer las aspiraciones nacionales palestinas, sino también de hacer que Israel pueda conservarse como Estado democrático y judío. Al respecto, es interesante el paulatino surgimiento de agrupaciones de judíos que viven fuera de Israel, pero que son solidarios con él y han decidido dejar oír su voz a favor de la fórmula de dos Estados. La más antigua es la llamada J Street (calle judía), fundada en 2008 y que cuenta con cerca de 250 mil miembros. Poco después apareció J Call, representativa de la misma línea entre judíos europeos, y ahora se halla en proceso de integración JAmlat con judíos de América Latina (Argentina, Brasil, México, Chile y Uruguay). El denominador común es apoyar a los sectores progresistas israelíes en su lucha por alcanzar la seguridad y conservación de Israel como Estado judío y democrático, conviviendo en vecindad y paz con un Estado palestino vecino con lo cual se pueda poner fin al añejo conflicto que tanto dolor y sufrimiento ha costado a ambos pueblos.

Se sabe que esta lucha no es fácil. Más aún con la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca y la incertidumbre acerca de cómo abordará este conflicto. Las señales son hasta ahora confusas, pues aunque David Friedman, su embajador nombrado para Israel, es un partidario de la expansión de asentamientos israelíes, no está claro todavía cuál será la postura al respecto de Rex Tillerson, el nuevo secretario de Estado norteamericano. A ello se suman tanto el efecto de la Resolución 2334 recientemente adoptada por el Consejo de Seguridad de la ONU, la cual condenó el crecimiento de los asentamientos y la incitación palestina a la violencia, como lo que se resuelva el día de hoy en París y el próximo día 17 de nuevo en el Consejo. Todo ello, aunado a las investigaciones hoy en curso para determinar la suerte del premier Netanyahu, investigado por temas de corrupción, abre grandes signos de interrogación acerca del futuro que enfrentará la problemática relación entre israelíes y palestinos.

Fuente:excelsior.com.mx