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El médico alemán realizó atroces experimentos con miles de judíos en un campo de concentración.

Josef Mengele fue un médico alemán que realizó atroces experimentos con miles de judíos en un campo de concentracón nazi. Ahora, según publica Telemundo,  sus huesos fueron analizados y salieron a la luz espeluznantes revelaciones.

Por más de 30 años, los huesos de Mengele permanecieron en una bolsa de plástico azul en el Instituto de Medicina Legal de Sao Paulo, sin que nadie los pidiese.  Sin embargo el doctor Daniel Romero Muñoz, que encabezó el equipo que identificó los restos en 1985, decidió darles un uso práctico.

Hace algunos meses el director del Departamento de Medicina Legal de la Facultad de Medicina de la Universidad de Sao Paulo consiguió la autorización para usarlos en clases de medicina forense. Es así que numerosos estudiantes se preparan analizando en clase los huesos de quien fuera conocido como el “Angel de la Muerte”.

“Los huesos ayudan a examinar los restos de un individuo y a cotejar esa información con los datos de los documentos relacionados con esa persona”, dijo Muñoz durante una reciente entrevista.

Mengele murió hace casi cuatro décadas, al ahogarse frente a las costas del estado de Sao Paulo. Había estado prófugo por años en los que se le buscó por realizar experimentos entre los detenidos y por enviar a miles de ellos a las cámaras de gas durante la Segunda Guerra Mundial.

Su vida como prófugo y el misterio que lo rodea contribuyen a hacer que los huesos resulten una herramienta educativa particularmente buena, señaló Muñoz.

“Por ejemplo, al examinar los restos de Mengele, vimos que tenía una fractura en la parte izquierda de la pelvis”, explicó, agregando que “información que encontramos en su ficha del ejército indica que se fracturó la pelvis en un accidente de motocicleta en Auschwitz”, un tristemente célebre campo de concentración nazi de Polonia.

Sosteniendo el cráneo de Mengele, Muñoz señala un pequeño agujero en los huesos de la mejilla izquierda, que dice es consecuencia de una sinusitis crónica.

Muñoz indicó que la pareja alemana que albergó a Mengele en Brasil le dijo a la policía que a menudo sufría de forúnculos que se trataba él mismo con una rasuradora.

 

“No sé lo que siento” al saber que los huesos de Mengele están siendo usados con fines académicos, comentó Cyrla Gewertz, sobreviviente del holocausto judío de 92 años. “Tengo demasiados recuerdos dolorosos de él y de lo que nos hizo a mí y a otros en Auschwitz. Son recuerdos que no puedo borrar de mi mente”.

Después de la guerra, Gewertz, quien dijo haber estado internada en otros campos de concentración como Ravensbruck y Malchow, se fue a Suecia, donde vivió siete años y conoció a su marido, con quien vino a Brasil en 1952.

Oriunda de Polonia, Gewertz tiene un tatuaje en su brazo izquierdo que la identifica como prisionera de Auschwitz: A24840. Cuenta que estuvo cara a cara con Mengele en varias ocasiones.

Gewertz afirma que en una ocasión vio a Mengele matar a una bebita recién nacida tirándola de un techo en el campo de concentración. “Era un hombre diabólico, perverso. Un torturador”.

Después de la guerra, cuando los líderes del Tercer Reich de Adolf Hitler estaban siendo juzgados por crímenes de guerra, Mengele huyó a la Argentina y vivió en Buenos Aires por una década. Se radicó en Paraguay cuando agentes de la Mossad israelí capturaron a otro jerarca nazi, Adolf Eichmann, que también vivía en Buenos Aires. En 1960 llegó a Sao Paulo.

Mengele murió en 1979 cuando nadaba en una playa de la ciudad costera de Bertioga. Fue enterrado en Embu, en las afueras de Sao Paulo, usando el nombre de Wolfgang Gerhard. Años después, las autoridades alemanas interceptaron una carta que le envió la pareja que lo enterró a la familia de Mengele informándole de su muerte y alertaron a las autoridades brasileñas.

 

 

Fuente:telemundo47.com