THE WALL STREET JOURNAL

Teherán pone a prueba al nuevo Presidente con otro lanzamiento de misil balístico.

Una prueba temprana para el gobierno de Trump será cómo aplica el acuerdo nuclear con Irán, y esa cuestión se ha vuelto más urgente con la prueba de otro misil balístico por parte de Irán el fin de semana pasado.

La prueba de un misil Khorramshahr de mediano alcance y fabricación propia es la duodécima por parte de Teherán desde que éste firmó el acuerdo nuclear con Estados Unidos y sus socios diplomáticos en el 2015. John Kerry, entonces Secretario de Estado, insistió en que el acuerdo prohibía a Irán desarrollar o probar misiles balísticos. Pero eso resultó ser un autoengaño en el mejor de los casos, ya que la resolución del Consejo de Seguridad de la ONU solamente “llamó” a Irán a no conducir tales pruebas de misiles, en vez de prohibirlas.

Irán tiene pocas razones para detener tales pruebas porque las sanciones han sido muy livianas. La administración Obama respondió con sanciones débiles sobre algunas pocas entidades e individuos iraníes, aun cuando insistió en que Irán estba cumpliendo con el acuerdo general y merecía tener menos sanciones. En diciembre Boeing firmó un acuerdo de u$s16 mil millones para vender 80 aviones de pasajeros a Irán, no importa que el régimen use sus aviones de línea para transportar tropas y material a satélites en Siria.

El Presidente Trump ha ofrecido opiniones contradictorias acerca de esa venta y ha sido inequívoco en su oposición a lo que él llama el acuerdo “desastroso” con Irán. En una llamada telefónica el domingo con el Rey Salman de Arabia Saudita, el Presidente prometió ejecutar “rigurosamente” el acuerdo con Irán, y el lunes el gobierno solicitó una reunión de emergencia del Consejo de Seguridad para discutir la última prueba.

Esa reunión probablemente no devengará mucho, gracias a la obstrucción rusa acostumbrada, pero pondrá un foco sobre la voluntad de aliados tales como Inglaterra de hacer más para sostener un acuerdo con los mecanismos de ejecución que estuvieron una vez ansiosos por promocionar. ¿Qué sucedió con las “sanciones económicas resorte” que se suponía eran la póliza de seguro del Occidente contra el engaño de Irán?

La administración podría también advertir a Irán que el Departamento del Tesoro prohibirá a los bancos globales conducir transacciones en dólares con sus homólogos iraníes en el caso de otra prueba, y que ejecutará rigurosamente las normas de “conoce a tu cliente” para empresas extranjeras que están haciendo negocios con homólogas en la República Islámica, muchas de las cuales son frentes para la Guardia Revolucionaria.

Estados Unidos tiene que proporcionar a los aliados garantía militar contra la amenaza iraní. Suministrar a Israel fondos adicionales para desarrollar su sofisticado sistema antimisiles balísticos Flecha III enviaría el mensaje correcto, como lo haría una oferta a Arabia Saudita de vender el sistema de alta altitud Thaad ABM de Lockheed Martin. El Departamento de Estado y el Pentágono tendrán que explorar opciones diplomáticas y militares en caso que se deshaga el acuerdo.

Lo que la Administración no puede permitirse es dejar que la última prueba pase sin respuesta. Eso diría a los iraníes que ellos pueden desarrollar misiles y amenazar a los vecinos con impunidad. Trump es afecto a mostrar que honrará sus promesas de campaña, y trazar un curso más duro contra Irán es una de ellas.

 

 

Traducido por Marcela Lubczanski para Enlace Judío México