JUDITH BERGMAN / En noviembre de 2016, la policía suiza arrestó al imán de la mezquita an’Nur en Winterthur, en el cantón de Zúrich, por pedir el asesinato de musulmanes que se niegan a participar en la oración comunitaria. El joven imán, que había venido de Etiopía, había estado en Suiza por poco tiempo. La Federación de Organizaciones Islámicas de Zúrich (Vioz) declaró que estaba “sorprendida” y suspendió la mezquita an’Nur de la federación hasta nuevo aviso: “Nos sorprende que un imán en una de nuestras casas de oración pidiera violencia”.

SILVIA SCHNESSEL PARA AGENCIA DE NOTICIAS ENLACE JUDÍO MÉXICO – Hay poca causa de “shock”. Ya en 2015, Winterthur fue noticia en Suiza como centro emergente para jóvenes musulmanes con ambiciones yihadistas. Cuatro personas de Winterthur lograron viajar a Siria para unirse a ISIS y una quinta fue detenida en el aeropuerto de Zúrich.

En noviembre de 2015, el periodista suizo y experto en Siria, Kurt Pelda, dijo: “El Estado islámico tiene una celda en Winterthur cerca de la Mezquita An’Nur en Hegi, ya no queda ninguna duda”. También dijo que además de los cinco casos conocidos, otro hombre de Winterthur también había viajado a Siria.

El ex presidente de la Asociación Cultural Islámica de An’Nur, Atef Sahoun, negó todas las demandas en ese momento:

“Si descubrimos tendencias radicales en un miembro, entonces la persona apropiada será inmediatamente excluida y los expulsaremos, no importa quién sea”.

Atef Sahoun fue arrestado por incitación en noviembre de 2016, junto con el imán etíope, pero luego fue puesto en libertad.

Según Saïda Keller-Messahli, experto islámico y presidente del Foro para el Islam Progresista, el imán detenido de la mezquita an’Nur es sólo “la punta del iceberg”:

“Los imanes radicales siempre predicaban en la mezquita An-Nur … Los responsables son fanáticos, no es casualidad que tantos jóvenes de Winterthur quisieran hacer la yihad”.

En noviembre de 2015, la policía suiza realizó una incursión en las casas de dos imanes de la mezquita más grande de Suiza, la Mezquita de Ginebra, que fue inaugurada en 1978 por el ex rey de Arabia Saudita. La mezquita está dirigida por una fundación, la Fondation Culturelle Islamique de Genève, que parece tener estrechos vínculos con Arabia Saudita. Si bien la policía francesa se negó a comentar sobre las incursiones o las acusaciones en torno a los imanes, un periódico suizo informó, “… un grupo de unos 20 jóvenes extremistas habían asistido a la mezquita durante varios meses, dos de los cuales supuestamente viajaron a Siria”.

Las autoridades suizas están investigando actualmente a 480 presuntos yihadistas en el país. Por lo tanto, Suiza es una excelente respuesta para aquellos que todavía reclaman que el terrorismo islámico está reservado para aquellos países que han participado en operaciones contra ISIS u otras organizaciones terroristas musulmanas. Suiza no ha hecho nada de eso, pero su bandera figuró entre otras sesenta banderas enemigas mostradas en un video de propaganda de ISIS.

¿Quién financia las aproximadamente 250 mezquitas en Suiza? El gobierno suizo no lo sabe, al menos oficialmente, ya que no tiene jurisdicción para recopilar datos sobre la financiación de asociaciones y mezquitas musulmanas, salvo en casos excepcionales en que se amenace la seguridad interna.

Doris Fiala es una parlamentaria de centro-derecha que ha instado a las autoridades a crear transparencia. Quiere listar todas las asociaciones que se benefician de dinero extranjero en un registro comercial, cuyas cuentas son supervisadas por una autoridad cantonal independiente y un auditor. En respuesta a sus peticiones, el gabinete le dijo:

“No obstante, es sabido que las organizaciones gubernamentales y particulares envían donaciones desde el exterior, pero el Servicio Federal de Inteligencia no tiene información sobre posibles financiamientos externos de mezquitas que puedan afectar la protección del Estado”.

Según Reinhard Schulze, profesor de Estudios Islámicos de la Universidad de Berna:

“Hay indiscutiblemente contactos estructurados entre la Liga Musulmana Mundial y ciertas organizaciones islámicas en Suiza, donaciones de la Liga Mundial y otros fondos procedentes de Arabia Saudí se dan a las mezquitas y organizaciones que están abiertas a la tradición wahabí”.

El dinero de Arabia Saudita llega a Suiza de varias maneras, según Schulze. Un ejemplo es la Organización Europea de Centros Islámicos (EOIC), fundada en Ginebra por un argelino en 2015, que tiene como único objetivo la financiación de la infraestructura de las instituciones musulmanas y la formación y empleo de los imanes.

“Grandes sumas de dinero de Arabia Saudita, Emiratos Árabes Unidos, Qatar, Kuwait y Turquía fluyen a Suiza”, dijo Saïda Keller-Messahli al periódico NZZ en noviembre. Según Keller-Messahli, la mezquita an’Nur no es un ejemplo único de una mezquita suiza “radical”:

“Hay toda una red de mezquitas radicalmente orientadas en Suiza, la Liga Musulmana Mundial está detrás de ella, entrenando imanes jóvenes y enviándolos al mundo“. Estos son verdaderos predicadores errantes, que no sólo están activos en Suiza, sino también en Austria, Alemania, Noruega y Dinamarca.

La red es un centro para salafistas. Las autoridades suizas cometen un gran error al no mirar las mezquitas. La imagen de las lamentables mezquitas del patio trasero ya no es verdadera. Actualmente, se están construyendo nuevas mezquitas a costa de varios millones de francos, más recientemente en Volketswil, Netstal y Wil. La idea de que estas cantidades provienen de miembros de las mezquitas es simplemente una mentira – provienen de la Liga Musulmana Mundial y sus organizaciones, por ejemplo en Ginebra, con la clara intención de difundir aquí el pensamiento salafista”.

Además, hay alrededor de 70 mezquitas turcas, que son financiadas directamente desde Turquía a través de la Fundación Diyanet en Suiza. Las más importantes son: Zúrich, Lucerna, St. Gallen, Lugano, Biel, Friburgo y Neuchâtel.

Además, el gobierno suizo parece dar a Qatar, uno de los principales propagadores del salafismo wahabí en el mundo de hoy, un tratamiento extremadamente especial. Qatar ha invertido miles de millones de francos suizos en Suiza: Ya en 2008, invirtió 6.000 millones de francos en Credit Suisse y el hijo del ex emir está en el consejo de administración del banco. Tiene el 8,42 por ciento de las acciones del grupo de productos básicos Glencore Xstrata y el 4,11 por ciento del minorista de arroz Dufry. Qatar tiene incluso un banco propio, el QNB Banque Privée Suisse, que opera en Ginebra. Aparte de estas inversiones, Qatar ha invertido mucho en la industria hotelera suiza, donde continúa creciendo su influencia. Actualmente está gastando mil millones de francos suizos en la adquisición y renovación de tres hoteles y resorts de lujo en Suiza en Lausana, Berna y cerca de Lucerna, conocido como el proyecto “Selección Bürgenstock”. El mayor de los tres es un resort, muy por encima del Lago de Lucerna, donde se están construyendo tres hoteles, diez villas de lujo y decenas de apartamentos. En palabras de Die Welt, “Qatar está construyendo su propio pueblo” en Suiza.

Lo más revelador de todo, tal vez, es una pequeña ocurrencia, que tuvo lugar a finales de diciembre. Die Welt informó que la fuerza aérea suiza permitió que el ex Emir de Qatar, Hamad Bin Khalifa al-Thani, aterrizara en medio de la noche en el aeropuerto de Zúrich, a pesar de la prohibición de vuelos nocturnos. Khalifa al-Thani, de 64 años, se había roto una pierna de vacaciones en Marruecos e insistió en volar inmediatamente a Suiza, sin importarle lo más mínimo que nadie pueda aterrizar en Zúrich entre las tres y las seis en punto de la mañana. Sin embargo, la Fuerza Aérea Suiza aceptó el aterrizaje, basando su decisión en una “emergencia médica”. Justo antes de las seis, otros dos aviones – esta vez desde Doha, la capital de Qatar – aterrizaron, también durante la prohibición de vuelos.

Al gobierno suizo, evidentemente, no le importa que la familia gobernante de Qatar considere a Suiza como una extensión de Qatar – y eso resume realmente la actual islamización de Suiza.

Fuente: Gatestone Institute – Traducción: Silvia Schnessel – © EnlaceJudíoMéxico