El pasado Jueves 2 de febrero por la noche, los jóvenes Madrijim de “Beyajad”, que forman la Tnúa o la Asociación Juvenil formada por nuestra comunidad y nos representa en México y en Israel, convocaron a los padres de familia de todos los janijim con el propósito de dar una plática para explicar, mostrar y demostrar, que la carga tan grande de trabajo que tienen no es en balde, da bellos frutos y culminan logrando que todos estos niños y niñas que asisten obtengan, sábado a sábado, nuevos conocimientos, fortalezcan sus raíces dentro del judaísmo además de convivir sanamente.

THELMA KIRSCH PARA ENLACE JUDÍO MÉXICO

Nos hicieron entender la razón del porqué estar dentro de la organización de Beyajad es tan importante: que no es tan solo ir unas horas al club por la tarde a divertirse con los amigos, o jugar cualquier cosa, sino que todo conlleva una razón y una meta a la que desean llegar a través de todas las actividades que preparan.

En esta ocasión la presentación se llevó a cabo muy seriamente.
Partieron de la estructura que ellos mantienen e integran como directivos, nos explicaron sus objetivos y cuáles son las actividades que tienen programadas para este semestre. Es decir; que los padres entiendan que existe un programa previo y realizado con el que se trabaja. Esto requiere de tiempo e intención, previo al inicio de las actividades formales.

Por otro lado, y aunque parezca como algo superficial, muy pronto los niños tendrán un nuevo “Tilboshet” o un nuevo uniforme que los distinguirá y será para ellos una forma de identificación, a la vez que los integrará como Tnúa. Los madrijim esperan que todos se sientan muy orgullosos de su nuevo Tilboshet, tal como ha venido sucediendo desde hace años, cuando otras tnuot existían en Monterrey, y lo cuiden y mantengan en excelentes condiciones para portarlo en las actividades comunitarias, tanto dentro, como fuera del Centro Israelita.

Cabe destacar que todos los que conforman este “gran equipo”, son jóvenes que se han comprometido fuertemente con la Comunidad y “dan, otorgan con mucho cariño”su tiempo, (el cual para nosotros, -padres que los vemos trabajar-), sabemos que son muchas más horas de las que se podría pensar, y que estas, en caso contrario, formarían parte de otras actividades propias de su edad.

Se centran en lograr actividades exitosas, de calidad, además de prepararse con nuevos conocimientos, o los que ellos consideran necesarios, para lograr transmitir una energía positiva que dé frutos y se hagan notar (lo cual es el punto más importante), para que más adelante, puedan ser parte o/y directivos en los diferentes papeles que jugarán dentro de las comunidades judías del mundo y de sus familias.

No está de más mencionar sus nombres, porque cada uno de ellos hace una gran diferencia. Queremos, a través de este medio, dar las gracias a muchachas como Grace Drucker, Yoanna Rosenfeld, Iara Gornic, Batia Fascovich y a jóvenes como Jacobo Kirsch, Salvador Smeke, Mauricio Maya y José Rosenfeld. Ellos nunca tienen una excusa para no cumplir con la responsabilidad que han adquirido.

Muchachos: ¡No tienen idea como valoramos su esfuerzo, pues ustedes se han convertido en una parte vital de nuestra Comunidad! Y solo queremos decirles con el corazón dos palabras: ¡Kol Hakavod!