LUIS WERTMAN

Lamento insistir en que el nuevo presidente de Estados Unidos no es el principal problema de México. Si bien sus primeros 12 días en el cargo han sido peores de lo que cualquier analista, diplomático o político mexicano hubieran esperado, existe una peligrosa congruencia en sus acciones.

Creo que la molestia general nace precisamente de que el hombre, que ahora ocupa uno de los cargos más importantes en el planeta, no actúa como quisiéramos. Y no veo por qué debería hacerlo. Sus promesas de campaña se dirigían a cumplir –como fuera– una serie de medidas que involucraban directamente a México, lo que de manera implícita significaba una nueva relación con nosotros.

Otro tema de debate será la calidad de las respuestas que ha recibido hasta el momento por parte del gobierno mexicano. Sin embargo, lo que queda claro es que a la sociedad civil le urge organizarse para enfrentar estos cambios que pueden volverse radicales en poco tiempo.

Cada semana llegan al Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México varios vuelos con mexicanos repatriados. Muchos buscan regresar a sus estados de origen y otros tratan de establecerse en la capital del país. Sin excepción, todos regresan a una tierra desconocida, que abandonaron por falta de oportunidades y a la que no pensaban retornar, más que para vacaciones o fiestas familiares. Pero ya no vienen solos, los acompañan sus hijos y hasta sus nietos quienes nunca vivieron en México. El choque para ellos es terrible.

En unos meses de trámite, cientos de muchachas y muchachos bilingües, con la preparatoria terminada y habituados a otra rutina de vida, llegan como migrantes por segunda ocasión, aunque ahora al país que una vez fue el de sus padres. Atrás se quedan negocios, bienes, amigos y hasta oportunidades de seguir estudios universitarios. Hacia adelante lo único que hay es volver a empezar.

A partir de este lunes, 14 consejos ciudadanos que formamos una red nacional pusimos el número *5533 a disposición de cualquier paisano que regrese a México. La Línea Nacional Ciudadana trabaja 24/7 para brindar tanto asesoría jurídica como atención psicológica y emocional gratuitas.

Apoyaremos para validar no sólo los estudios, sino las habilidades profesionales de quienes retornaron para que puedan encontrar un empleo formal. Con los más de 200 aliados del Consejo Ciudadano de la Ciudad de México, ayudaremos con la gestión de créditos para emprendedores, por ejemplo. Son diez primeras acciones concretas que pueden consultar en www.consejociudadanodf.org.mx.

Nuestro objetivo es crear una red de asistencia en el país en caso de que las deportaciones aumenten y fortalecer la condición de ciudad santuario de esta capital. Es un reto y una oportunidad: aprovechar este tesoro que son todos aquellos que pueden prosperar al fin en México si nos unimos como nación y nos enfocamos en hacer que esta tierra sea una de oportunidades.

Fuente: El Financiero