El legendario submarino alemán se hundió cerca de las Islas Azores en 1942 y reposa ahora a 900 metros de profundidad y partido en 2.

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Los U-Boot , o U-Boat, son los legendarios submarinos que los alemanes utilizaron durante la Primera y la Segunda Guerra Mundial. Su fama se debe, por un lado, a su terrible eficacia en operaciones militares y, por otro, a que se construyeron más de 1000 por lo que todavía hoy seguimos localizando sus naufragios. El último ha sido el del U-581, que se hundió cerca de las islas Azores en 1942 y reposa ahora a 900 metros de profundidad y partido en 2.

Investigadores de la fundación alemana Rebikoff-Niggeler consiguieron encontrar los restos el pasado mes de septiembre. Desde ese momento se han llevado a cabo diversas operaciones de reconocimiento para poder confirmar que se trata del mismo submarino que salió de los astillleros 557 de Hamburgo.

El U-Boot U-581 partió de Kiel en diciembre de 1941, navegó por la costa atlántica francesa y puso rumbo a las Azores con el objetivo de hundir el buque británico Llanggibby Castle, pero fue descubierto por el Westcott, que desbarató el plan con sus armas antisubmarinas. La tripulación alemana perdió a cuatro hombres y 41 fueron rescatados y se convirtieron en prisioneros de guerra. Walter Sitek, uno de los oficiales del U-581, nadó unos seis kilómetros por las gélidas aguas hasta la orilla de la isla de Pico, posteriormente fue repatriado a Alemania a través de España.

Kirsten y Joachim Jakobsen, los operadores del fantástico sumergible LULA1000, localizaron el naufragio el pasado 13 de septiembre, tras una búsqueda de varios meses. El LULA 1000 puede llevar a un equipo de tres personas hasta los 1,000 metros de profundidad, pero sobre todo es único por su cabina de plexiglás, desarrollada por la alemana Evonik Industries, un observatorio subacuático de gran calidad para realizar filmaciones o investigar la fauna de los fondos marinos.

Los Jakobsen detectaron el submarino de la Segunda Guerra Mundial durante otra investigación, mientras estaban tratando de filmar una especie de pez que vive en las aguas profundas. “El momento del hallazgo fue muy emocionante. El hermoso coral crece fuera del cañón, aunque el lugar del naufragio es, a la vez, bastante espeluznante. Se encuentra en la base de una pendiente pronunciada, en un jardín de coral. Me gusta mucho ver un submarino militar transformado en un arrecife de coral, creando nuevas formas de vida y no destruyéndolas”, expresa Kirsten.

 

Fuente:nationalgeographic.com.es