JOSEPH AX / Un jurado de la Corte Suprema de Nueva York en Manhattan encontró el martes a un antiguo trabajador de delicatessen culpable de asesinar a Etan Patz, un niño de seis años cuya desaparición en 1979 despertó la conciencia nacional de la situación de los niños secuestrados y sus padres.

SILVIA SCHNESSEL PARA AGENCIA DE NOTICIAS ENLACE JUDÍO MÉXICO – Etan Kalil Patz, nacido en 1972 y declarado muerto en 2001 por un juzgado de Manhattan, fue un niño estadounidense que desapareció el 25 de mayo de 1979 en Nueva York.

Etan, que era judío, fue uno de los primeros niños desaparecidos cuya imagen apareció en los cartones de leche, ante la ausencia de pistas fiables que dieran con su paradero. En la década de 1980 este recurso se convirtió en una forma popular de buscar pistas sobre los niños desaparecidos. Su desaparición también ayudó a crear una base de datos nacional de estos casos.

Este caso generó un gran impacto en la sociedad norteamericana, tanto que supuso la creación del Día Nacional de los Niños Desaparecidos (National Missing Children’s Day) por parte del presidente Ronald Reagan en 1983, que se conmemora cada 25 de mayo.

Durante décadas fue uno de los misterios sin resolver más infames de Nueva York. Etan desapareció mientras caminaba hacia la parada de su autobús escolar a dos cuadras de su casa en el barrio SoHo del centro de Nueva York por primera vez solo. Hernández, entonces de 18 años, trabajaba cerca en un supermercado.

En mayo de 2012, treinta y tres años después, Pedro Hernández, un hombre que regentaba una tienda especializada en productos mexicanos próxima a la parada de autobús utilizada por el niño, se declaró autor del secuestro y posterior asesinato de Etan Patz. Hernández confesó a la policía diciendo en una cinta de video que había atraído al niño al sótano de la charcutería donde trabajaba cerca de la casa de Patz y lo estranguló, puso luego el cuerpo del niño en una caja, y la dejó en un callejón.

Más tarde se retractó, y sus abogados argumentaron que la confesión era producto de una enfermedad mental, incluyendo alucinaciones y coerción por parte de la policía.

El cuerpo de Patz nunca fue encontrado a pesar de una búsqueda masiva, y los fiscales no tenían pruebas físicas que vincularan a Hernández con la desaparición. En su lugar, confiaron en gran medida en la confesión de Hernández y en las declaraciones que había hecho a otros durante los años referentes al secuestro.

Fue detenido inicialmente hace cinco años, después de que su cuñado llamara a las autoridades para denunciar sus sospechas.

La condena de Pedro Hernández, de 56 años, de Nueva Jersey, llegó durante su segundo juicio en un tribunal estatal después de deliberar durante nueve días. Siguió a un juicio declarado nulo en 2015 después de 18 días de deliberación dado que un juez no estuvo de acuerdo con los otros 11 miembros del jurado convencidos de su culpabilidad.

Después de leerse el veredicto en la Corte, el padre de Patz, Stan, compartió abrazos con los fiscales. Está previsto que Hernández sea sentenciado el 28 de febrero.

Fuente: The Forward y JTA – Traducción: Silvia Schnessel – © EnlaceJudíoMéxico