THE WALL STREET JOURNAL

Trump puede enviar un mensaje después del asesinato de Kim Jong Nam.

La policía malaya está reuniendo pruebas de que Pyongyang es responsable por el escalofriante asesinato en el aeropuerto la semana pasada de Kim Jong Nam, el distante hermano mayor del dictador norcoreano Kim Jong Un.

Según los investigadores y vídeo de la escena, el ataque fue llevado a cabo por dos mujeres de Indonesia y Vietnam, que habían practicado en centros comerciales locales bajo la orden de muchos hombres norcoreanos que se les unieron en el aeropuerto y huyeron del país minutos después. El miércoles la policía dijo que un diplomático de alto rango de la embajada de Pyongyang y un empleado de su aerolínea estatal están siendo buscados para ser interrogados. Corea del Norte ha negado su participación y criticó la investigación de Malasia como una conspiración extranjera corrupta y exigió la repatriación del cuerpo.

Pyongyang es la primera sospechosa porque Kim Jong Nam, quien había comenzado a vivir en China después de pelear con su familia en el 2001, había criticado al régimen norcoreano por manejar mal su economía y perpetuar la sucesión hereditaria. Kim Jong Un podría haber temido que su hermano buscara reemplazarlo, tal vez a través de un golpe con respaldo extranjero. Corea del Sur frustró muchas conspiraciones norcoreanas previas para asesinar a Kim Jong Nam.

La policía malaya dijo el viernes que Kim Jong Nam fue asesinado por medio de un agente nervioso tóxico llamado VX que está prohibido por las Naciones Unidas. Imágenes del aeropuerto de Kuala Lumpur muestran a las dos mujeres atacando a Kim Jong Nam durante menos de tres segundos, huyendo luego en sentidos opuestos. Se cree que Corea del Norte tiene arsenales de armas químicas y agentes nerviosos como el VX.

Es incuestionable que este ataque se ajusta a un patrón de Corea del Norte, la cual hace mucho tiempo ha atacado a desertores y críticos en China y especialmente en Corea del Sur. Dos agentes norcoreanos se declararon culpables en Corea del Sur en el 2010 de intentar asesinar a Hwang Jang Yop, anteriormente el principal ideólogo del Norte y su más alto funcionario en la historia en desertar. En el 2011, Corea del Sur frustró una conspiración de agentes norcoreanos para asesinar al desertor y activista de derechos humanos, Park Sang Hak, con una aguja envenenada disfrazada como una lapicera.

Estos incidentes siguieron a la desafortunada decisión de la administración Bush de quitar a Corea del Norte de la lista de estados patrocinantes de terrorismo en el 2008, a cambio de promesas de desmilitarización que Pyongyang rompió como siempre. Estados Unidos puso a Corea del Norte en la lista en 1988 después que sus agentes bombardearon un avión de Korean Air en 1987 y a una delegación diplomática surcoreana en Burma en 1983.

El historial terrorista de Pyongyang posterior al 2008 va mucho más allá de los asesinatos. El Panel de Expertos de Naciones Unidas ha citado en forma repetida envíos norcoreanos de armas ilícitas y municiones a Irán, el principal estado patrocinante de terror en el mundo, y de materiales relacionados con armas químicas a Siria, la que ha utilizado tales armas contra civiles y está también designada como patrocinante de terrorismo. Un ataque cibernético de Pyongyang en el 2014 contra Sony Pictures puede no calificar como terrorismo, pero sí sus amenazas contra salas de cine y sus intentos de hackear y dañar las plantas de energía nuclear surcoreanas.

El año pasado Estados Unidos impuso importantes sanciones sobre Corea del Norte, así que etiquetarla patrocinante del terror tendría menos efecto práctico hoy que años atrás. Pero señalaría que el nuevo gobierno de Trump está dispuesto a reconocer la amenaza norcoreana como es, no como desea que sea. Especialmente si es seguido por sanciones contra las empresas chinas que sostienen al régimen de Pyongyang, esto pondría sobre aviso a Kim Jong Un y sus patrones chinos.

 

 

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Traducido por Marcela Lubczanski para Enlace Judío México