RABBI URI AYALON

Es un gran honor comenzar a escribir una columna en Enlace Judío. Trataré de traer a los lectores al Israel cotidiano, ese de los pequeños momentos, de los grandes desarrollos. De las personas que se despiertan por la mañana en Jerusalem, preparan sándwiches a sus hijos, van al trabajo y por la noche buscan una buena charla, una rica cerveza, una emocionante exposición de arte o de danza moderna. Esos que confrontan día a día la identidad israelí, que saben lo que es ser judío en un estado judío y democrático. Trataré de dejar a un lado el Israel romántico, pero para mí la vida diaria también es cuando se demuestra un Israel duro, complejo, eso es vivir el sueño. Vivir en el estado de Israel.

Mis padres me trajeron a Israel cuando tenía 7 años, directo a Jerusalem. Hoy tengo 47, en abril festejaremos 40 años en Israel, 40 años en Jerusalem. Escribir eso me emociona cada vez que lo hago.

Ser parte de Israel es estar involucrado, cada uno tiene su opinión, pero los que quieren pueden ser parte actual del diseño de la sociedad israelí.

Vine a Jerusalem de chico y elegí a Jerusalem como adulto, una Jerusalem abierta, pluralista, multicultural, sagrada y laica. La Jerusalém donde las diferencias y la tensión la hacen la ciudad más interesante, más profunda y más innovadora de Israel.

En Jerusalem estás constantemente creando, luchando, abrazando y separando. Al que no quiere luchar por sus ideas lo sacan de la ciudad, pero el que lucha gana su lugar. Su lugar físico y su lugar de honor.

La imagen de Jerusalem, especialmente dentro de la sociedad israelí, es compleja. Muchos israelíes, cuando vienen a visitarla, se sienten como si viajaran fuera. Como si fuera otro mundo, con otro idioma, con otra mentalidad. Jerusalem para los israelíes es un símbolo máximo, el lugar donde se celebra el Bar Mitzvah o Bat Mitzvah. Para muchos en el mundo es nada más una ciudad sagrada.

Y para nosotros, que vivimos acá, es un lugar donde primero que todo buscamos un lindo jardín con un lindo tobogán y sombra en los días ardientes de verano. Es el lugar donde llegamos al mercado para tomar una cerveza por la noche después de que cierran las tiendas de verduras y frutas, o ir al barrio cristiano, el de la ciudad vieja, donde está el mejor hummus del mundo. ¡Esa es Jerusalem!

Y estos días volvemos a luchar porque de vez en cuando se despierta alguna parte de la ciudad que quiere limitar a otra. Después de unos años de silencio se están despertando algunos políticos ultrareligiosos para limitar las posibilidades de la población laica en Shabat.

Ya conocemos el tema, lucharemos como siempre para que cada uno pueda vivir su vida, y al final de una dura lucha cada uno recibirá su lugar de vuelta. En el Jerusalém de hoy hay muchos activistas, pluralistas, religiosos y seculares que quieren mantener la ciudad abierta y agradable para todos. Como luchamos hace unos años lo haremos otra vez ahora. Los restaurantes seguirán abiertos en Shabat, más cultura estará disponible para los que quieran, y los que no, seguirán en su vida y respetarán a los que piensan diferente.

En esas luchas, que pasan cada cuanto, tenemos que estar alertas; lamentablemente a la sociedad israelí no le importa el Jerusalem diario, para ellos, los pluralistas perdimos la batalla.

Nosotros sabemos muy bien que este es un momento de lucha, donde todos ganaremos porque una Jerusalem pluralista y abierta es el deseo de todos los que tenemos a Jerusalem dentro del corazón.