Declive de los espectáculos circenses

El reciente anuncio de los propietarios del circo Ringling Bros, Barnum & Bailey Circus cerrará sus puertas en el Estado de Nueva York el próximo 21 de mayo, después de 146 años de fundado. El circo que hizo la frase “el mayor espectáculo del mundo”; que deleitó a millones de familias y “que hicieron parte de sus vidas durante varias generaciones”, enfrenta caída en el número de espectadores y altos costos de operación; Kennet Felds, director de la compañía estadounidense; anunció que pensaba dejar de utilizar elefantes en sus espectáculos después de que las actuaciones de los paquidermos fueran criticadas por asociaciones de protección de animales. Esta decisión agravó el descenso de asistentes.

El concepto original del circo se remonta al legado cultural que nos dejaron algunas de las civilizaciones hace aproximadamente 3 mil años atrás; algunas de sus actividades que hoy día son relacionadas como parte del espectáculo circense, como la acrobacia, el equilibrismo o el contorsionismo tenían una utilidad que estaba íntimamente ligada a la preparación de guerreros, rituales religiosos y con algunas prácticas festivas de la época. Fueron los romanos cristianos quienes dieron el nombre de circo a estas actividades.

Tras la caída de estas civilizaciones, principalmente las occidentales, las artes escénicas (teatro gestual, danza, gimnasia y circo) perdieron interés en la sociedad. Fue en la Edad Media que estos espectáculos públicos nuevamente comenzaron a ganar espacio. El primer circo moderno como hoy lo conocemos fue inaugurado en Inglaterra en enero de 1768 en Londres; en esos espectáculos se utilizaba la música, los animales domesticados (leones y tigres entre otros), acróbatas y payasos.

Recuerdo vagamente que en mi niñez asistí a una función del legendario Circo Atayde Hermanos, fundado hace 125 años, que se anunciaba “hoy emoción, hoy alegría para toda la familia” ¡Vamos! ¡Vamos! ¡Vamos!… al Circo Atayde Hermanos. Lo que sí recuerdo es que primero llevé a mis hijos mayores con su mamá a una función que me pareció inolvidable en los setentas y posteriormente a los hijos menores, también con su madre. En Crónicas anteriores hice comentarios sobre estas experiencias y también sobre la que tuve con mis cuatro nietos. A mi juicio, estas últimas fueron “desangeladas” por el énfasis que daban los empresarios circenses a la venta de productos diversos y de fotografías de los asistentes con los artistas. Por lo demás, se empezaba a utilizar más tecnología en las funciones, en detrimento de las habilidades de los cirqueros.

El declive de los circos en México se acentuó el pasado 8 de julio del 2015, en virtud de que los circos dejaron de incluir la participación de animales en funciones, al entrar en vigor la Ley General de Vida Silvestre que prohíbe dicha práctica. Esta legislación se justifica debido a que era muy frecuente el maltrato a los animales. Así que la alternativa para mi nietecita de 2 años es que en 3 ó 4 años podrá asistir al Cirque du Soleil. Un concepto de espectáculo basado en alta tecnología, que creo que para ella va resultar atractivo, ya que desde hoy está involucrada en la misma.
El Cirque du Soleil, compañía canadiense de entretenimiento que se describe así misma como “un montaje dramático de artes circenses y esparcimiento”, fue fundado en 1980. En sus presentaciones Cirque du Soleil no olvida a los payasos, a los acróbatas y otro tipo de artistas incluidos en el circo tradicional. La compañía ha sido muy exitosa y emplea a más de 5 mil personas de diferentes nacionalidades; de sus ganancias ha destinado desde 1989 el 1.0% de sus utilidades obtenidas por las ventas de sus espectáculos y productos a programas sociales para combatir la pobreza. Paso a la modernidad.

Corrupción sin límites

Hoy día se considera que es creciente el número de hechos de corrupción que se difunden en el mundo, se atribuye esto a las redes sociales que tienen una gran capacidad de difusión; sin embargo, el exorbitante número de casos de corrupción que se conocen, en buena medida se atribuye a la impunidad de que gozan los corruptos, hecho que ha sido un aliciente para que aumente el número de personas involucradas en los mismos. Destaca que se ha incrementado la corrupción en altas esferas del sector público, del empresarial y el financiero, sobre todo en naciones desarrolladas.

En México la ciudadanía se siente muy lastimada por los cientos de millones de pesos robados en efectivo en varios estados de la República; en un entramado de empresas fantasmas para sustraer ilícitamente recursos públicos; en licitaciones amañadas, entre otros ejemplos de la corrupción rampante que se experimenta en el país.

Las buenas noticias que se dan en México, frecuentemente son opacadas; la corrupción tiene efectos negativos en el avance de la economía y “en la percepción que tenemos de nosotros mismos y en el exterior”. Cuesta en Inversión. Las iniciativas que se generan en la sociedad poco se discuten y todo queda en discursos que distan de convertirse en compromisos.

En la Crónica previa se mencionó que en el poder legislativo del país existen evidencias comprobables de actos de corrupción realizados por varios de sus miembros. Sin embargo, en el caso particular de la Cámara de Diputados, respaldados por dos candados constitucionales y por acuerdos internos de la Junta de Coordinación Política, como máximo órgano de gobierno, ocultan hechos de corrupción porque se califican como confidenciales los resultados de sus auditorías internas y solo las pueden dar a conocer los coordinadores parlamentarios y la auditoria interna. “Una vez conocidas y cuando supuestamente solventaron las observaciones, todas las pruebas documentales se destruyen físicamente. Son elementos secretos y no los conocen ni siquiera la Auditoría Superior de la Federación a la que se le entrega solo una parte de la información”… que bonito y eficiente mecanismo legal para ocultar las fechorías de los diputados.

Un caso que recientemente apareció a la luz pública es el de los sobornos que la constructora brasileña Odebrecht otorgó a presidentes y altos funcionarios públicos de varios países de Latinoamérica de Brasil, Panamá, Colombia, Venezuela, Guatemala y, por supuesto México, para que le asignaran obras públicas.

El presidente de Perú Pablo Kuczynski ya solicitó a EUA deportar al ex presidente Alejandro Toledo, acusado de recibir 20 millones de dólares en sobornos de Obedrecht por la adjudicación de obras de una carretera durante su mandato (2001-2006), Toledo pretendió escapar a Israel de donde es originaria su esposa, empero, el gobierno de ese país le negó el ingreso a su territorio “hasta que resolviera sus asuntos pendientes con la justicia peruana”.

Asimismo, otro expresidente de Perú, Ollanta Humala (2011-2016) y su esposa Nadine Heredia, tienen restricciones para salir del país en virtud de que están siendo investigados por lavado de activos para financiar presuntamente su campaña electoral con dinero procedente de Venezuela y Brasil. También en Perú la fiscalía ha abierto una investigación por lavado de dinero contra Keiko Fujimori, líder de Fuerza Popular, principal partido de oposición y estuvo a punto de ganarle la Presidencia a Kuczynsk. Keiko es hija del ex presidente preso Alberto Fujimori, Keiko no es la única integrante del Clan Fujimori con problemas judiciales, su hermano menor, Kenji, el congresista más votado en Perú en las últimas elecciones, podría ser incorporado a otra investigación por lavado de dinero. Bonita familia la del Clan Fujimori.

El caso Odebrecht también amenazó con golpear a la política colombiana. La Fiscalía de ese país difundió un comunicado en febrero pasado de que un millón de dólares provenientes de sobornos de la constructora brasileña habían ido supuestamente a parar a la campaña presidencial del 2014 del actual mandatario. El presidente Santos ha mantenido silencio, por el momento no hay documentos por el monto de este pago. Las consecuencias en Colombia, todavía resultan impredecibles.

Los costos de la corrupción no es un asunto menor; medidos solo por los sobornos que solo se pagan cada año, ascienden entre 1.5 y 2 billones de dólares, de acuerdo a cifras del Fondo Monetario Internacional (FMI), 2.0% del Producto Interno Mundial. Los costos tienden a ser mayores al afectar el crecimiento potencial. El FMI considera que la corrupción tiene efectos negativos principalmente en el crecimiento, engendra desconfianza de la ciudadanía y debilita la capacidad del Estado para llevar a cabo sus funciones básicas. La corrupción socaba la confianza en los gobiernos y erosiona las normas éticas de los ciudadanos.

Un nuevo capítulo sobre la corrupción se publicará en las próximas Crónicas.